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Christian Felber.
Christian Felber: «Debería obligarse a las empresas a publicar un balance ético»

Christian Felber: «Debería obligarse a las empresas a publicar un balance ético»

Su libro 'La economía del bien común' propone castigar a las empresas y gobiernos que incumplan valores éticos, ecológicos y humanitarios

José María Camarero

Domingo, 22 de febrero 2015, 07:21

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Miles de ciudadanos y organizaciones, como el Instituto Tomás Pascual, de quien ha llegado de la mano estos días a España, se han unido a un modelo alternativo de economía de mercado ética propugnado por Christian Felber. Este profesor austríaco propone «discriminar positivamente» a las empresas que hagan suyos valores universales en las relaciones laborales, medio ambiente o reparto de ingresos.

-¿Qué propone su modelo?

-Se basa en ideas diferentes al actual sistema capitalista y también al comunismo. Proponemos que los valores constitucionales, los que definen los derechos humanos, sean los que guíen a la economía.

-¿Da por buena la Constitución?

-El contenido de las constituciones es el correcto. Lo que no está bien es que sus principios no se están cumpliendo por parte de los parlamentos. Por ejemplo, las leyes exigen a las empresas que elaboren un balance financiero, pero no les obliga a publicar uno que sea ético.

-¿Pero cómo se cuantifican los beneficios éticos en su propuesta?

-Hemos desarrollado el balance del bien común, no interesándonos tanto en los beneficios financieros sino en el impacto ético que pueda tener una inversión. Así aseguramos que todas las actividades económicas lleguen a ese bien común.

-¿Y cómo se pone eso en práctica?

-Les planteamos a las empresas un cuestionario completo para conocer cuál es su actitud ante estas variables como la distribución de ingresos que realizan, su responsabilidad ecológica, el trato de las relaciones laborales con sus empleados

-¿Puede haber más sensibilidad hacia esta rentabilidad más justa?

-Hasta ahora, estábamos midiendo una prioridad, que eran los resultados financieros. Pero el dinero solo es el medio. No es una cuestion de concienciación sino también un asunto lógico, porque no está cuestionado que el objetivo final sea el bien común. De hecho, ya se están desarrollando alternativas a indicadores como el Producto Interior Bruto, porque este dato no mide la satisfacción del ciudadano o si se cumplen los valores constitucionales.

-¿Qué toma del capitalismo y qué del modelo comunista?

-Vamos más allá de ambos conceptos, porque no tenemos nada que ver con planificación central de la economía ni con la obtención de capital por encima de cualquier otro objetivo. Lo que sí podemos reconocer es que ambos sistemas están basados en valores clave, como el capital del individuo, en un caso, y la comunidad solidaria, en otro. En vez de priorizar un valor en contra del otro, realizamos un balance: queremos la máxima libertad individual pero dentro de una comunidad justa entre ciudadanos.

-En el caso de las empresas, ¿no son suficientes los programas de responsabilidad social que tienen?

-No, porque son iniciativas voluntarias, no universales y su incumplimiento pasa inadvertido. Entre una empresa que lo hace bien en lo relativo a la ética y una que lo hace mal, ambas tienen el mismo derecho a acceder al mercado. Por ello, hay que fomentar de forma positiva la ética y desincentivar a las empresas que no la apliquen. El objetivo es que a quienes no cumplan con el balance del bien común, se les apliquen consecuencias legales.

-¿Se han puesto en contacto con ustedes los políticos españoles?

-Prácticamente todos los partidos políticos, y eso es algo positivo. Pero no nos vamos a vender a ninguno de ellos. Todos comparten los valores universales, porque no conozco a ninguno que esté en contra de los derechos humanos, por ejemplo. Pero a la hora de ponerlos en práctica lo hacen de forma diferente.-¿Los recortes en España han mermado los valores solidarios?

-La verdad es que España tiene una trayectoria ética bastante débil, que se ha ido perdiendo en las últimas décadas y no solo desde 2008. Se ha ido quedando a la zaga, con un tamaño del sector público mucho menor que la media europea. La solidaridad institucionalizada es comparativamente débil, a diferencia del resto de países de su entorno.

-¿Cómo influye la falta de humanismo en los casos de corrupción?

-La responsabilidad social corporativa es completamente inútil mientras no se recompense a los comportamientos empresariales que sean éticos. Esa es la causa de la corrupción, porque en esta economía el empresario o político menos ético siempre es el más exitoso.

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