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Mariano Rajoy y Tony Abbott.
Rajoy respira en el oasis del G-20

Rajoy respira en el oasis del G-20

El presidente del Gobierno obtiene en la cumbre el reconocimiento a su política económica y reclama actuaciones coordinadas para que España pueda seguir creciendo

NURIA VEGA

Sábado, 15 de noviembre 2014, 02:34

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Lejos de España, de los casos de corrupción que desgastan al PP y los desafíos que llegan desde Cataluña, en el otro lado del mundo, Mariano Rajoy disfruta de un oasis. La cumbre del G-20 que se desarrolla en Brisbane es para el presidente del Gobierno un espacio de buenas noticias en el que se reconocen las recetas económicas aplicadas por el Ejecutivo y el trabajo que desarrollan las empresas de nuestro país.

Invitado por el anfitrión del encuentro, Rajoy ha abierto la primera sesión de trabajo y ha defendido ante los líderes de las principales economías avanzadas y emergentes del mundo el "cambio radical" que está permitiendo a España crecer. Un cambio propiciado, a su entender, por las reformas estructurales aprobadas por el Gobierno. "El país hoy forma parte de una moneda sólida, tiene ganancias de competitividad continuadas y unos tipos de interés que permiten financiar a su economía. El esfuerzo está dando resultados", ha valorado el presidente.

Aún así, el jefe del Ejecutivo ha advertido sobre el frenazo de la zona euro y ha mostrado su preocupación por las últimas previsiones de la Comisión Europea, que hablan de un crecimiento muy débil y con disparidades entre países. Tanto, que ha reclamado al G-20 actuaciones multilaterales coordinadas para que pueda consolidarse la recuperación de España. "Una economía abierta como la española, sólo puede crecer si crecen sus principales socios", ha concluido.

Mañana domingo, la situación europea será uno de los temas centrales de la reunión paralela que organiza el presidente de EE UU con España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y los representantes de la UE. El jefe del Ejecutivo ha tenido ya la ocasión de acercarse a saludar en inglés a Barack Obama, con quien comparte estos dos días de trabajo en Brisbane. Ambos se han estrechado la mano y, según los presentes, Obama ha respondido en castellano: "Hola Mariano, ¿qué tal? Nos vemos mañana".

Reconocimiento internacional

El económico es el escenario en el que Rajoy se siente más cómodo. Él, que busca en la salida de la crisis el logro que avale su acción gubernamental y el argumento con el que librar cualquier batalla política, ha recibido el reconocimiento de la presidencia de turno del G-20.

En una bilateral celebrada con el primer ministro de Australia, Tony Abbott ha agradecido al jefe del Ejecutivo su política, que a fuerza de austeridad y recortes va cediendo paso a datos que confirman el crecimiento del país, a pesar de las cifras de desempleo. "Gracias por el buen ejemplo que dais al mundo. España tiene una gran historia que contar por el éxito de sus reformas", ha asegurado Abbott, según fuentes de Moncloa.

Los dos mandatarios han constatado, asegura el Gobierno, la buena relación que mantienen sus países y que para España es importante en materia de inversiones. El objetivo es fomentar el peso de empresas españolas como Acciona, que ha cerrado ya un contrato para la construcción del tren ligero de Sydney. El jefe del Ejecutivo ha visitado, antes del arranque del G-20, la principal obra de infraestructura que esta compañía, integrada en un consorcio, ha impulsado en las afueras de Brisbane. Se trata del proyecto 'Legacy Way', un túnel destinado a descongestionar el tráfico interno de la ciudad.

Desde allí, Rajoy ha destacado la importancia del trabajo conjunto y de la presencia de empresas internacionales y españolas en esta región del mundo. "Gracias a la eficiencia técnica que aportan, junto a su avanzada tecnología, sus nuevos métodos de gestión y experiencia en la financiación público-privada, la saludable nueva competencia entre empresas internacionales en el mercado australiano va a permitir desarrollar en los próximos años los grandes planes de obra pública pendientes en este país", ha afirmado el presidente.

También Navantia tiene negocios pendientes en este lado del planeta. Una vez ultimada la construcción del buque Canberra para la Marina australiana, la sociedad pública opta a dos contratos más valorados en 700 millones de euros.

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