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El Valencia Basket y el Claret disputaron un intenso partido en la Fonteta. miguel ángel polo
El triunfo de la Fonteta (76-46)

El triunfo de la Fonteta (76-46)

4.600 personas presencian el derbi entre el Valencia Basket y el Claret | Las taronja pasarán a la final por el ascenso si vencen al Aros y el Claret necesita que pierdan las locales para no depender de un milagro

JUAN CARLOS VILLENA

Sábado, 28 de abril 2018, 00:55

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valencia. El Valencia Basket y el Claret llegan a la última jornada de la fase de grupos de la Fase Final de la Liga Femenina 2 con opciones abiertas para disputar mañana las finales por el ascenso. Pero ayer la gran victoria fue para el baloncesto valenciano, para las 4.600 personas que demostraron que la capital de la Comunitat merece un equipo en la máxima categoría. La cifra, sin precedentes en una fase de ascenso a la Liga DIA, alcanza todo su brillo si se recuerda que en la final de la Euroliga de 2010 entre el Ros Casares y el Spartak de Moscú, el partido más importante de baloncesto femenino disputado en la Fonteta, la cifra de asistencia fue de 7.800 espectadores. Si el anfitrión disputa mañana el partido decisivo, la previsión de la entidad taronja es superar las 5.000 personas. Sería el mejor homenaje para los dos equipos de la ciudad, puesto que los vasos comunicantes de su pique deportivo en las dos últimas temporadas han sido fundamentales para llegar al rutilante presente. Si el de ayer ha sido el último derbi entre los dos equipos, será recordado como el del agradecimiento a la semilla germinada tras el solar que dejó el Ros Casares con su desaparición. Gracias.

El Valencia Basket se quitó la presión de encima, a partir del segundo cuarto, para acabar ganando de forma abultada al Claret (76-46). Una diferencia que puede tener su valor en oro en la jornada final. Las opciones de las claretianas de disputar el partido por el ascenso pasan por una victoria del Aros frente al Valencia Basket, puesto que un triunfo del equipo de Rubén Burgos les obligaría a una hazaña frente al Ensino. En el lado opuesto, al Valencia Basket se le abrirá incluso la puerta del primer puesto de grupo si el Claret da la campanada y vence a las gallegas. En el caso contrario deberán centrarse en cerrar ante las leonesas el segundo puesto del Grupo 2, el que le cruzaría contra el Celta en el partido por el ascenso. Si lo logra, la cifra récord de ayer quedará desbordada.

La claretianas hurgaron en los nervios del Valencia Basket durante el primer cuarto, cerrando el camino en la pintura con defensas alternativas de Rabassa y Argente sobre Pocek y Tirera, y confiando en que siguiera el acierto nulo de las taronja en el tiro exterior, la condena del primer partido para las mujeres de Rubén Burgos y que volvió a tener anoche su reflejo con un 1 de 8 en el primer cuarto. El plan funcionó desde el 4-0 inicial. Un fogonazo local que se quedó en un camino incompleto gracias a un parcial de 2-12 de las amarillas, culminado con tercer triple de Beatriz Royo a tres minutos del final del primer cuarto (6-12).

El anfitrión sentenció el partido con una gran segunda parte, donde el parcial fue de 48-21 Garí fue el salvavidas local anotando diez puntos vitales en el segundo cuarto para espantar los nervios

Aleksic contestó con otro triple (9-12) pero ahí se quedó la anotación del Valencia Basket en el primer parcial, que terminó con un 3 de 18 en tiros de campo para las taronja. La primera falta señalada a las locales, a falta de 42 segundos, fue celebrada con una gran ovación por parte de la afición amarilla. No hay que olvidar que se trataba de un derbi, con toda la salsa acumulada en los últimos años entre las categorías inferiores de ambos clubes. El primer cuarto terminó con un tiro libre anotado por Rabassa (9-13) y con la sensación para el Claret de poca renta a favor para demasiado desgaste. Con la zona, en defensa, como coto privado de las mujeres de naranja, el conjunto de Benimaclet tan sólo pudo lanzar tres tiros de dos en los primeros diez minutos, para no convertir ninguno.

El Valencia Basket comenzó a quitarse la presión de encima desde el 11-16 tras un triple de Rabassa. La tercera falta de Argente, el muro defensivo interior del Claret, hizo el resto. Con Pocek y Tirera sobre la pista se abrió el campo, para que la figura de Irene Garí diera un paso al frente. Sus diez puntos en el segundo cuarto, los dos últimos sobre la bocina del descanso, fueron el salvavidas para el equipo de Rubén Burgos, que con un parcial de 17-9 se marchó con una pequeña ventaja al paso por vestuarios (28-25).

Los primeros minutos del tercer cuarto, en una Fase Final marcada por la igualdad, iban a ser decisivos. El Valencia Basket saltó mentalizado por su cuerpo técnico para seguir confiando en su defensa, el desgaste físico del Claret debería llegar en algún momento como ocurrió en el derbi de la última jornada de la Liga Regular y el porcentaje de tiro si mantenían la calma tendría que subir si se hacían buenas selecciones. Al igual que ocurrió con la lectura de Carles Martínez en el primer cuarto, la de Rubén Burgos se cumplió en el tercero. Dos triples de Bettencourt y Pocek abrieron la lata (34-27) y cuando Aleksic logró que la renta superara por primera vez los diez puntos (45-32 a dos minutos del final del tercer cuarto) esa diferencia se convirtió en un camino sin retorno para un Claret corto en la rotación y que acabó pagando el brutal desgaste del nivel físico de la plantilla taronja. Con una Garí desatada el triunfo local quedó sellado en el minuto treinta, puesto que para las amarillas era una quimera, visto el ritmo del partido en ese instante, voltear quince puntos de ventaja ante un equipo superior (49-34).

El Valencia Basket apretó los dientes al inicio del último cuarto sabedor de que el average que podía conseguir, con la opción matemática de un múltiple empate a una o dos victorias donde el Claret esté de por medio, puede tener su importancia en la tercera jornada de la fase de grupos. Un parcial fulgurante de 11-3 subió la renta al 60-37 y a la mínima bajada de tensión en una defensa (triple de Masiá y 60-40) Burgos paró el partido con un tiempo muerto. El siguiente listón llegó al 64-40, tras una canasta de Ramona que pudo estar precedido por unos pasos. La protesta de Carles Martínez le costó la segunda técnica y la expulsión. Por cierto, con el partido decidido y el nivel de ese lamento quedó como un castigo excesivo. El encuentro terminó con la máxima renta local... aunque el verdadero triunfo fue de la grada. De todos.

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