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JUAN CARLOS VILLENA
TEL AVIV.
Jueves, 7 de diciembre 2017, 23:28
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El eterno conflicto entre Israel y Palestina parece dispuesto a no abandonar la agenda de los viajes del Valencia Basket a la actual capital del país hebreo. Como si fuera una pesadilla o un mal sueño. Cuando todo parecía indicar que ayer se cerró un círculo de más de 5.000 días, tras la negativa del entonces Pamesa de viajar a Tel Aviv para disputar un partido contra el Maccabi por la escalada bélica, la expedición taronja se despertó ayer con una sensación parecida. Mientras las casi 200 personas, entre directivos, patrocinadores y aficionados salían del hotel para desplazarse en autobús a Jerusalén para visitar la ciudad santa, comenzaban los primeros disturbios en Belén, al sur de la ciudad ya en territorio palestino, como protesta a la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. La visita se desarrolló sin incidentes aunque se extremaron las medidas de prudencia, tal y como confirmaron asistentes a la misma a este periódico, y se evitaron las zonas de conflicto.
Las calles del casco histórico de Jerusalén fueron un mapa, exacto, de la tensión latente que podría vivir a partir de hoy una nueva escalada, tras el anuncio de Hamás de iniciar una nueva intifada contra Israel. En la parte este, la musulmana, los comercios permanecieron cerrados como señal de protesta, así como el habitual mercado de la Puerta de Damasco y las escuelas. En la parte oeste, la zona judía, la ciudad vivió una jornada de actividad normal aunque los valencianos tuvieron que acceder a la explanada del Muro de las Lamentaciones bajo un estricto control de seguridad.
Mientras todo eso sucedía, el Valencia Basket se desplazó sin ninguna incidencia al Menora Arena para realizar la habitual sesión de tiro previa a los partidos. En Tel Aviv, la huella de la tensión se vivió en los alrededores de la embajada de Estados Unidos, a pocos metros del hotel donde estaban alojados los periodistas desplazados a Israel para cubrir el partido ante el Maccabi. El edificio reforzó de forma notable la seguridad y se impidió el tráfico rodado por su acceso principal. Policías de paisano peinaron el perímetro de la embajada recayente al paseo marítimo de Tel Aviv, muy transitado como en un día normal, indicando a los turistas que no podían realizar fotografías ni al edificio ni a sus alrededores.
Nada más llegar al pabellón, donde las medidas de seguridad fueron especiales por motivo de la nueva alerta terrorista, Juan Roig y Paco Raga charlaron con Vicente Solá para confirmarle que la visita a Jerusalén se realizó sin sobresaltos. Así lo confirmó el presidente del Valencia Basket a LAS PROVINCIAS: «No va a pasar nada. En 2004 lo que ocurrió fue mucho más grave y el consulado americano instó a no viajar a Israel pero es verdad que hemos estado atentos y preocupados por todo lo que está ocurriendo ahora».
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