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Lección de orgullo taronja (67-63)

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J. Signes

Lección de orgullo taronja (67-63)

El Valencia Basket cierra su pesadilla de derrotas en la Euroliga tumbando al Panathinaikos

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Jueves, 28 de diciembre 2017

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Un Valencia Basket con un total de 6 bajas recibe hoy al Panathinaikos, el equipo más en forma de la Euroliga. A las ausencias de Diot, Sastre, Williams, Vives y Sergi Garcia se une la de San Emeterio (sufre una microrrotura fibrilar) y Abalde está con gripe.

Sigue en directo el partido Valencia Basket - Panathinaikos

LA PREVIA

La dolorosa racha de derrotas consecutivas del Valencia Basket en la Euroliga -el contador antes de afrontar el último partido de la primera vuelta está en diez partidos seguidos- ha tenido como efecto colateral que la botella siempre se vea medio vacía antes de afrontar los partidos. El problema es que, en la mayoría de ellos, la realidad está siendo aplastante para los taronja. El equipo de la Fonteta disputará hoy su último partido europeo de 2017 con la intención de terminar con su pesadilla... pero enfrente tendrá al equipo más en forma de la competición. El Panathinaikos de Xavi Pascual ha tomado velocidad de crucero desde noviembre y llega a la cita en la tercera plaza, con un balance de 10-4 y de 8-1 en los últimos nueve partidos. En ese segmento del torneo supera a los dos equipos que le preceden en la tabla, el CSKA y el Olympiacos, que han firmado un 7-2. Polos opuestos, el mejor contra el peor en los últimos dos meses de competición. Duro, pero objetivo.

A los problemas deportivos, de calidad de juego en los envites, y al de la confianza de nuevo se une el físico. Vidorreta volverá a contar con un equipo diezmado por las lesiones para intentar frenar al, posiblemente, grupo más físico del continente. A las ya asumidas bajas -no por ello dejan de doler- de Diot y Williams se siguen sumando Sastre, Vives (parado al recaer de su bursitis) y Sergi García, que aún no ha podido completar una sesión con el equipo. «El Valencia Basket no tiene una crisis de resultados sino de lesionados, que ya dura más de tres meses», sentenció ayer Vidorreta, que lanzó un mensaje de profundidad: «Todos los equipos españoles tenemos que darnos cuenta de que en este formato de Euroliga no nos sirven plantillas de doce. Si queremos competir en al Euroliga tenemos que ir a plantillas de catorce o quince. Sólo el Real Madrid lo ha entendido».

Dubljevic jugará con dolor, puesto que terminó el partido ante el Zalgiris volviendo a sentir molestias en el tobillo y hasta el martes no se entrenó con el resto del equipo. Así de duro está el parte de guerra para frenar a Gist, Antetokounmpo, Auguste, Denmond, Gabriel, Singleton... El único respiro para el Valencia Basket es que Calathes no se ha recuperado a tiempo y no viajó ayer a España. Lukas Lekavicius, internacional lituano, le ha tomado el relevo. El Panathinaikos basa su fortaleza en la defensa, la cuarta mejor de la Euroliga, y en el acierto en el tiro de tres. Los dos equipos llegan habiendo tirado el mismo número de triples (341), aunque los atenienses, con mejor porcentaje, han acertado en 138 por 133 el Valencia Basket.

«Medicarme, que quiero jugar». La frase la pronunció Alberto Abalde en el corazón del vestuario de la Fonteta ayer a las ocho menos cuarto de la tarde. San Emeterio ya estaba descartado para el partido ante el Panathinaikos por una lesión muscular y el gallego, con fiebre alta, sabía que su baja era la puntilla. De no haber sido de la partida, el Valencia Basket hubiera afrontado la cita contra el que ayer era el equipo más en forma de Europa con siete ausencias. Demasiado cruel. Ese ejemplo de Abalde, del más joven, fue un chute de adrenalina para el equipo. Erick Green, que presenció la escena con el gallego pasando por una ducha caliente para acabar con los temblores con los que llegó al pabellón, sabía que era el momento de dar un paso al frente. Menos de tres horas después de esa escena, el americano anotó dos tiros libres que certificaron la victoria por 67-63 de los valencianos.

El de anoche no fue un triunfo más. No puede ni debe serlo. El playoff de la Euroliga sigue estando muy lejano para el Valencia Basket, con su balance de 4-11 al finalizar la primera vuelta, pero la lección de orgullo taronja debe servir para despertar conciencias. Con las seis bajas confirmadas y la fiebre de Abalde, en el club dolió mucho, nadie lo dirá públicamente porque a nivel interno el tema afición es un tabú en el manual, la pitada en la presentación a Txus Vidorreta y al equipo tras el 0-7 inicial, cuando era obvio que el golpe anímico en la plantilla por la puntilla de la lesión de San Emeterio y la enfermedad de Abalde había pesado en el ánimo. Nadie entendió esa bronca cuando más cariño necesitaba una plantilla que poco tiempo después era jaleada por la ‘marcha Radetzky’ cuando la victoria estaba cerrada. Para Vidorreta fue la noche de agradecer el temple de Juan Roig, Paco Raga y Chechu Mulero, que supieron mantener la calma cuando el cuchillo comenzaba a asomar en la Fonteta. Anoche no se ganó nada... pero se ganó mucho, además de cerrar la losa de las diez derrotas consecutivas.

«No me gusta fichar cuando hay lesionados porque hay jugadores que dan un paso al frente en esos momentos». La frase la pronunció en la previa del encuentro el director deportivo en los micrófonos de Gestiona Radio Valencia. Antes, que después es muy fácil pronunciarla. La dupla de urgencia en pista con Green y Abalde, donde el gallego ejercía de base pero el juego pasaba por le californiano, fue clave para desmontar la defensa del Panathinaikos, que estaba basada en el visionado del partido del Valencia Basket ante el Zalgiris, donde Van Rossom acabó ahogado por la presión de los bases rivales. Con ese trabajo lograron los taronja llegar con el partido abierto al último cuarto. Con 57-57, a falta de tres minutos, Doornekamp enlazó dos triples seguidos que encendieron la Fonteta (63-60). Lojeski, el mejor del conjunto de Pascual, contestó al instante (63-63). Dubljevic, el corazón del vestuario taronja, asestó el penúltimo golpe (65-63) antes de que Doornekamp se jugara el cuerpo para robar el último balón a Singleton.

Valencia Basket

Van Rossom (4), Rafa Martínez (4), Doornekamp (8), Thomas (-), Pleiss (13) -cinco titular- Abalde (4), Rudez (2), Green (21) y Dubljevic (11).

67

-

63

Panathinaikos

Lekavicius (4), Lojeski (17), Antetokounmpo (-), Singleton (9), Gist (3) -cinco titular- KC Rivers (7), Pappas (3), Denmon (10), Vogioukas (8), Gabriel (-) y Auguste (2).

  • PARCIALES: 12-17; 20-15, 16-16, 19-15

  • ÁRBITROS: Lamonica (ITA), Rocha (POR) y Romano (ISR). Sin eliminados.

  • INCIDENCIAS: partido correspondiente a la décimo quinta jornada de la fase regular de la Euroliga disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 6.940 espectadores.

Tras el 0-7 inicial, y los pitos al pedir el primer tiempo muerto Vidorreta, el Valencia Basket contestó con un parcial de 10-3, con un triple más adicional de Green como colofón, que permitió a los taronja llegar al final del primer cuarto con la vía de agua solucionada (12-17). Esas buenas sensaciones se mantuvieron en el segundo, pese a que el Panathinaikos lo comenzó subiendo las revoluciones (12-23). Llegó entonces la segunda reacción valenciana, la que, a la postre, fue clave para el triunfo. Cuando el conjunto griego pensó que su rival iba a ondear la bandera blanca se encontró con un parcial de 22-9 que dejó el partido abierto al inicio del segundo tiempo (34-32). El último arreón de los de Pascual (36-46), fue contestado por el corazón de Dubljevic y los puntos de Pleiss (46-46). El Valencia Basket no estaba dispuesto a volver a perder... y lo consiguió. Fue una victoria de raza. De orgullo.

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