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La fuerza  de la manada

La fuerza de la manada

La clave de la temporada europea del Valencia Basket ha sido la profundidad de una plantilla donde todos aportan

JUAN CARLOS VILLENA

Jueves, 6 de abril 2017, 00:06

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valencia. El MVP real del Valencia Basket es el bloque. Es cierto que la frase está muy trillada pero no lo es menos que cuando los números avalan esta afirmación resulta muy complicado de rebatir. El conjunto taronja no hubiera llegado al último partido de la final de la Eurocup si no hubiera tenido en nómina a los doce jugadores que tiene. Con sus nombres y apellidos. En cualquier otra temporada, y con otra docena, el vestido se hubiera descosido en algún momento. Mucho antes. Por propia lógica, ya sea por el alto nivel deportivo del torneo como por la plaga de lesiones en el momento más delicado, cuando comenzó el frenético camino de los cruces que ha acarreado una carga de trece partidos en poco más de un mes, del 28 de febrero al 5 de abril. Algo brutal. El equipo valenciano llegó a la serie final sin su mejor taponador y tirador de dos en pista (Kravtsov) y con el mejor en asistencias y robos de balón recuperado al toque de campana (Diot). En el base y en la pintura, las dos patas fundamentales en las que se asientan los equipos basados en el bloque y no en el calidad individual de las estrellas.

Una de las claves de la gran Eurocup que ha realizado el Valencia Basket, culminada con un balance de 18-5, es que los picos de forma de los jugadores ha ido escalonado. Es decir, en cada tramo de la competición ha tirado del carro una parte de la plantilla. Hasta ocho integrantes del equipo han sido, al menos una vez, el mejor jugador de su equipo en un partido del torneo continental. Una cifra que ni siquiera está al alcance de los mejores equipos de la Euroliga, donde ese apartado suele estar repartido de tres a cinco jugadores. Dubljevic, Rafa Martínez, San Emeterio, Will Thomas, Sato, Diot, Van Rossom y Sastre han firmado una, o varias, actuaciones estelares para apuntalar una victoria o un momento de apuro.

El orden de aparición es cronológico y permite descubrir otro de los secretos, el paso al frente paulatino que han ido dando los jugadores más apagados en la rotación en el primer mes. 'Curiosamente', las comillas no son una errata, el único tramo de dudas, donde llegaron las únicas dos derrotas de la temporada en la Fonteta (frente al Real Madrid en la Liga Endesa y el Hapoel en la Eurocup). Will Thomas ganó en confianza en el triunfo de Krasnodar, el 9 de noviembre por 64-73, con 15 puntos, 10 rebotes y 20 de valoración. Desde entonces su aportación, salvo contadas excepciones, incrementó su valor. El caso de Van Rossom ha sido diferente. El belga ha ido acortando plazos contra el reloj en el primer tramo de la temporada, puesto que para él suponía una puesta en forma tras su grave lesión. La Copa siempre fue un objetivo personal para llegar a su mejor nivel. Lo cumplió y lo celebró el 8 de febrero en Berlín con 27 de valoración.

El último paso al frente ha sido el de Joan Sastre. El balear, bendecido por el seleccionador Sergio Scariolo cuando anunció en este periódico que es uno de los jugadores que está marcando de cerca para el Eurobasket de este año, ha acabado siendo fundamental. Su primoroso primer partido de la final, donde levantó al Valencia Basket de los momentos de dudas frente al Unicaja, merece un reconocimiento.

Pedro Martínez ha dispuesto de una rotación amplia en la calidad, aunque haya sido corta en la cantidad en momentos puntuales. No todos los entrenadores pueden luchar por un título con su jugador más castigado por minutos con menos de 23 (San Emeterio) y donde los últimos de la rotación se disparen a 14 (Kravtsov ) y 14,30 (Vives). Menos de nueve minutos entre el que más juega y el que menos. El grupo, la fuerza de la manada taronja, merece un reconocimiento más allá de no haber podido levantar la copa. El trabajo no sólo se mide por títulos.

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