Hopkins se exhibió con el Gran Canaria

valencia. Los duelos entre el Valencia Basket y el Gran Canaria han dejado grandes actuaciones individuales en la Fonteta, aunque la mayor de todas, por su trascendencia en el futuro, fue la que se produjo el 6 de diciembre de 1997. El Pamesa de Miki Vukovic afrontaba aquel partido como el de la fiesta de la clasificación para la Copa del Rey de Valladolid 98, la que acabó por con título conquistado por los azulejeros. El balance de 10-3 invadió la ciudad de una locura por aquel equipo, que llenó las gradas con 8.800 espectadores. Nadie podía imaginar ese día que el hombre que aguó toda la fiesta iba a convertirse en uno de los iconos de los treinta años de historia del club, hablamos del gran Bernard Anthony Hopkins.

El ala-pívot de Baltimore, que fue la sensación de aquella temporada en la ACB a sus 24 años, lideró la victoria 84-85 del Gran Canaria con una exhibición maravillosa de 31 puntos (12 de 18 en tiros de dos), 15 rebotes y 38 de valoración. Nadie podía imaginar que su duelo con Swinson iba a ser entre el presente y el futuro de la entidad. Unos meses después de ese partido, el Pamesa le fichó como sustituto del de Auburn, que se marchó al Joventut. El nombre de Hopkins quedó grabado ese día en letras rojas en los informes de la dirección deportiva azulejera. Aquel Gran Canaria estaba entrenado por Manuel Hussein y en sus filas tenía a otro jugador que llegó a vestir la camiseta taronja, Clifford. Eso sí, nadie como el gran 'Hop'.