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Pedro Martínez y Chechu Mulero conversan en el Palacio de los Deportes de Madrid. :: j. bermejo
El Valencia Basket cita  el martes a Pedro Martínez para negociar su renovación

El Valencia Basket cita el martes a Pedro Martínez para negociar su renovación

El técnico se reúne en la Fonteta uno por uno con los jugadores que viajan hoy fuera de Valencia y la plantilla cierra la temporada con una cena

JUAN CARLOS VILLENA

Sábado, 11 de junio 2016, 00:30

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El Valencia Basket 2016-2017 comienza desde la renovación de Pedro Martínez. Así de claro lo tienen en las oficinas de la Fonteta, esa fue la primera conclusión del primer día de trabajo tras la conclusión de la temporada en el recinto de Hermanos Maristas. La plantilla y el cuerpo técnico se citó anoche para la tradicional cena de final de temporada, donde la llegada de Shurna directamente desde el hospital fue celebrada por todo lo alto por sus compañeros, y el martes comenzará la ofensiva de la entidad para renovar al entrenador. El club ha emplazado ese día al catalán para comenzar a negociar su nuevo contrato, teniendo claro que Martínez les va a exponer un punto de vista que ya comenzó a vislumbrar en la última rueda de prensa. «Me gustaría continuar pero necesito saber que el Valencia Basket está de acuerdo y que hay convencimiento. Todos deben estar convencidos de que estamos en la buena línea». Ese fue su mensaje tan sólo unos minutos después de que se acabara la temporada, tras la derrota frente al Real Madrid por 80-82 en el cuarto partido de la semifinal. La frase no tiene desperdicio porque confirma todo lo que el catalán había ido dejando caer a lo largo del año en sus declaraciones públicas.

El entrenador quiere quedarse pero desde que llegó el primer golpe de la temporada, la eliminación de la Eurocup, notó que esa confianza mermó en una parte del club. Sin poner nombres y apellidos, pero poniendo una grieta en la unidad que se había labrado hasta diciembre. El paso al frente de Juan Roig, que escenificó en el Carpena tras eliminar al Unicaja en cuartos su apoyo al entrenador, ha sido importante para recuperar parte de ese ánimo perdido. El mecenas del proyecto repitió el jueves ese gesto, bajando al vestuario de los entrenadores antes de felicitar a la plantilla. El doble gesto en pocas semanas del empresario que sustenta el Valencia Basket tiene que ser la hoja de ruta para los empleados del club que, desde el martes, negocien la continuidad de Pedro Martínez. Mulero lo tiene claro, y ayer lo volvió a repetir a preguntas de este periódico: «Queremos que Pedro Martínez siga y vamos a hacer todo lo posible para que así sea. Creo que va a aceptar y va a seguir con nosotros».

El mejor ejemplo de normalidad se presenció ayer en la Fonteta. Pedro Martínez accedió por la tarde a su despacho como en una jornada de trabajo más, para tener una pequeña charla individual con cada uno de los jugadores que hoy se desplazan fuera de Valencia. El mensaje para todos los que acaban contrato fue el mismo, el agradecimiento por el trabajo y la petición de que tengan paciencia antes de conocer su futuro en las próximas semanas. Es el caso de Jordi Trias, que se marchó del pabellón con el convencimiento de que cuando fichas por un club en las condiciones que lo hizo él tan sólo te puedes centrar en el día a día. El catalán tiene claro que será uno de los primeros descartes.

La entrada de Trias en el despacho del técnico coincidió con la salida de Dubljevic. El montenegrino se llevó bajo el brazo, como el resto de compañeros, el trabajo de postemporada que ha realizado el preparador físico Pedro Cotolí. Hamilton fue el siguiente, aunque el americano se centró más en la parte del club. Nada más salir del despacho del entrenador se dirigió a las oficinas, para despedirse de todos los trabajadores. Un acto que, tal y como indicó a este periódico, no quiere decir que certifique su adiós. El californiano se marcha a casa y en caso de que no renueve no tendrá oportunidad de despedirse. Un gesto educado y preventivo. El Valencia Basket le trasladará en los próximos días una oferta de renovación y en el caso de que no la acepte le inscribirá en el derecho de tanteo para tener la última palabra en el caso de que reciba una oferta de la ACB.

Una de las conversaciones más sentidas de Pedro Martínez fue la que tuvo con Van Rossom. El belga ha sido el gran ausente de la temporada y, todo hay que decirlo, el primer episodio que mermó la unidad interna. Es cierto que el técnico ha ido calmando el enfado inicial que tuvo cuando supo que la lesión de un mes y medio se convertía en el año perdido por la aparición de los dos edemas. El club intuye que el entrenador pondrá encima de la mesa sus ideas para mejorar el funcionamiento de las secciones físicas o médicas. Algo que no quiere decir, en principio, que exija ningún cambio de personas. Todo el mundo es consciente, el primero Paco Raga, que la relación del doctor Miguel Frasquet con Pedro Martínez ha sido tensa. Que sea o no reconducible depende de todas las partes. Van Rossom se marcha hoy a Gante para estar una semana con la familia y el 20 de junio volverá a Valencia para seguir con la recuperación.

La reunión más larga de la tarde fue con Lucic. El serbio tiene claro que la falta de minutos se debe a que el entrenador ha confiado más en otros compañeros. Es por ello que quiso hablar con Martínez de baloncesto, sin entrar a valorar el futuro más inmediato. Cuando dos personas sinceras se miran a los ojos, nunca puede salir de ese encuentro nada malo. La decisión final con el alero no se tomará hasta que se resuelva la ecuación del banquillo, puesto que el club también tiene algo que decir. No sólo el entrenador. El martes se inicia el 'cónclave Martínez'.

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