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Una fiesta emotiva y milenaria
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Una fiesta emotiva y milenaria

Juan Roig bajó a saludar a Pedro Martínez antes y después del partido y el técnico recordó con Coterón los años del madrileño en el Pamesa

Juan Carlos Villena

Lunes, 18 de enero 2016, 00:02

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Los acordes de la versión de Luciano Pavarotti del aria 'Nessun Dorma' atronaron en el cielo de la Fonteta mientras un vídeo repasaba la historia del Valencia Basket en sus partidos en la ACB. Por un día, las siluetas de Branson, Micheaux, 'Indio' Díaz, Rogers, Oberto, Luengo, Rodilla, Claver, Vukovic, Rafa Martínez o Lishchuk jugaron aunque fuera por una vez un partido unidos. Todos juntos hubieran formado un equipo temible, por separado consiguieron que el recinto de Hermanos Maristas contuviera la respiración durante un minuto. Fue de silencio, pero de admiración. La mayoría de seguidores no pudieron evitar las caras de emoción, algo que también ocurrió con los jugadores del actual primer equipo y con algunos históricos que, como José Luis Maluenda, estaban presentes en el pabellón. El aplauso final fue de los más atronadores que se recuerdan en las gradas de un recinto que vivió, con pista de atletismo, como aquel Pamesa debutó en la ACB 15 de octubre de 1988 y que ayer celebró por todo lo alto la etiqueta de milenario.

Nadie en el club pudo disimular durante toda la mañana el orgullo por la efeméride, desde el primero de los empleados de la entidad hasta el propietario. Juan Roig fue uno de los más activos, aunque evitó el foco de las cámaras. El símbolo del dulce momento que vive el proyecto del conjunto valenciano es Pedro Martínez, el entrenador que cogió el pasado verano el testigo dejado por Perasovic y Carles Duran para afrontar el final del mes de enero con un 28-0 en su palmarés. El mecenas bajó a saludar al entrenador antes del partido hasta su puesto de trabajo, el banquillo. Dos horas después repitió la visita en el vestuario de los técnicos. Fue uno de los símbolos de la fiesta. Tomen nota.

Pedro Martínez también vivió los actos de celebración en primera persona. El técnico puso una lógica coraza a su equipo en los días previos puesto que lo más importante para ellos era el encuentro ante el CAI, pero ayer también participó de la fiesta. Su encuentro más curioso fue con Sergio Coterón. «Me gustabas mucho como jugador por la lucha y el coraje que le ponías a los partidos», le comentó al madrileño cerca del túnel de vestuarios. El que fuera alero del Pamesa durante cinco temporadas recibió el halago con una sonrisa de oreja a oreja.

La frase del catalán tenía su intrahistoria, por algún 'roto' pasado de Coterón al TDK. Entre los 999 partidos con los que el Valencia Basket llegaba ayer a su cita ante los aragoneses aparece uno en la memoria del actual entrenador taronja, el disputado el 9 de febrero del 91 en la Fonteta, que acabó con victoria del Pamesa 86-72 ante el TDK Manresa de Pedro Martínez. Aquella tarde, Coterón amargó el día a los catalanes con 27 de valoración.

El presidente de la ACB, Francisco Roca, entregó una placa conmemorativa a la entidad para celebrar el hito milenario. En la misma se reflejaba el mayor éxito del club en las competiciones nacionales, la Copa del Rey conquistada en Valladolid en 1998. Roca permaneció sobre las tablas de la Fonteta unos segundos más, para soplar las velas de la tarta junto a Coterón, Luengo, Rodilla, Rafa Martínez, Vicente Solá y Berni Álvarez. El catalán reconoció a LAS PROVINCIAS tras el acto que siempre le emociona volver a la Fonteta y que el paso del tiempo ha dado más valor a su generación: «Cuando me marché de Valencia pensé que mi mejor recuerdo era la Copa del 98 pero con el tiempo te das cuenta que lo más importante para la historia del club fue el año de la EBA. Conseguimos algo vital para que ahora se siga disfrutando de un baloncesto al más alto nivel». En ese equipo imaginario con música de Pavarotti él sería el tirador.

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