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Juan Carlos Villena
Jueves, 7 de enero 2016, 23:57
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Dicen que las comparaciones son odiosas, pero también lo es que hacerlo entre dos casos calcados hace sonrojar al que se ha saltado una norma. El miércoles, en el partido de la NBA entre los Blazers y los Clippers, el entrenador de Portand, Terry Stotts, firmó el acta sin darse cuenta de que figuraba Luis Montero en lugar de C.J. McCollum. Cambien el primer apellido por Doncic y el segundo por Slaughter y tendrán un espejo de lo ocurrido en el tercer partido de la semifinal ACB entre el Real Madrid y el Valencia Basket, un caso que está a día de hoy en la justicia ordinaria.
La diferencia entre lo ocurrido en Estados Unidos y en España en un caso similar es contundente. El entrenador de los Blazers, Terry Stotts, asumió su error nada más acabar el encuentro. «Es fallo mío, porque firmé el papel sin darme cuenta», reconoció puesto que sabe que la firma de un entrenador en un acta es como la de un notario en un documento. La franquicia se puso en contacto con la NBA para intentar subsanar el error pero la competición fue inflexible, recordando que en ningún caso se puede modificar un acta una vez firmada y comenzado el partido. En Valencia, el colegiado principal Martín Bertrán dio su visto bueno a modificar el acta al descanso para incluir a Slaughter y la Liga, en este caso la ACB, dio validez a la decisión. La noche y el día.
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