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Justin Hamilton machaca el aro del Laboral Kutxa en el partido de la Fonteta.
Valencia Basket saca el carácter
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Valencia Basket saca el carácter

Hamilton vuelve a crecerse ante uno de los grandes y San Emeterio guía a los valencianos al conocer a la perfección la hoja de ruta del rival

Juan Carlos Villena

Domingo, 8 de noviembre 2015, 19:26

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El duelo de los invictos cayó del lado taronja, aunque si algo quedó claro tras el partido más intenso en el arranque de la ACB es que Valencia Basket y Laboral Kutxa van a dar mucho que hablar esta temporada. El duelo tuvo todos los ingredientes dignos de un encuentro de playoff; tensión, polémica e intensidad. El equipo de Pedro Martínez supo gestionar mejor toda esa mezcla de sentimientos para sacar adelante un triunfo trabajado, coral y que permite mirar al horizonte con un 5-0 en Liga Endesa. La entidad de la Fonteta no comenzaba una temporada en España con cinco victorias consecutivas desde hace quince años, con Luis Casimiro en el banquillo. Contando la Eurocup, el balance abierto es de 9-0. El miércoles, en Charleroi, buscarán la décima. Aunque eso será otra historia.

Aunque el mérito del triunfo hay que repartirlo de nuevo en el colectivo, la sombras de Justin Hamilton y San Emeterio volvieron a ser muy alargadas para el rival. El americano dio un paso al frente cuando su equipo más lo necesitaba, como ocurrió en el debut de la Liga en Madrid. En los partidos grandes es donde la fuerza en la pintura decide las victorias. Es ahí donde los equipos que aspiran a los títulos imponen su ley. Hamilton no se arrugó ante Ayón o Felipe Reyes en su momento y ayer volvió a hacer lo mismo con Bourousis, con un amplio repertorio ofensivo que desquició a la defensa del Baskonia. Al igual que el cántabro, que pidió el balón en los momentos más espesos puesto que conoce de primera mano el baloncesto que práctica un rival ayer que fue su equipo durante siete años.

El arbitraje desquició a los dos equipos, por etapas. En un partido con tanta tensión competitiva, era fácil de adivinar viendo los alicientes de la previa, a la Liga se le fue la mano al completar la terna con un debutante. Zamorano tenía tantas ganas de agradar que acabó derrapando para desespero de los dos banquillos, que acumularon varias acciones claras pitadas en contra. No tuvo él la culpa de que no se señalara ninguna antideportiva, puesto que queda claro a estas alturas de noviembre que hay un consenso arbitral este año para no aplicar la norma. Otro punto más de desespero. Juzgar la actuación arbitral siempre es algo subjetivo, pero en un partido que acaba 118-63 en valoración sería injusto quitar méritos al equipo ganador. Sea quien sea.

La primera parte tuvo un antes y un después de la expulsión de Perasovic. Antes de ella el juego físico del Baskonia impidió al conjunto de Pedro Martínez desarrollar el baloncesto alegre en ataque en el que más cómodo se siente. Con 22-20 llegó la jugada de la discordia, tras un falta de Diop en ataque tras un gorro de Shurna, y los taronja aprovecharon la circunstancia para marcharse en el marcador para poner la primera máxima renta a 7.45 para el final del segundo cuarto (29-20). Agustí Julbe, el técnico asistente de Peras, paró en ese momento el partido. Su equipo reaccionó para igualar al marcador con un parcial de 2-11 (31-31).

Le tocó mover ficha al técnico taronja, y su equipo respondió de la misma forma que su rival. La conexión de Vives con Hamilton permitió a anotar con facilidad para disparar el marcador con un parcial de 13-3 (44-34) dentro del último minuto de la primera parte. Una renta jugosa para un partido tan trabado, aunque fuera reducida en tres puntos antes del paso por vestuarios tras un triple de Adams (44-37). El base americano se convirtió en el gran protagonista del tercer cuarto, haciendo más daño a la defensa valenciana cuando se encontró frente a frente con Van Rossom. Sus triples, algunos de ellos sin saltar, fueron puñales que amenazaron por primera vez la victoria valenciana (50-50), aunque el tercer cuarto acabó con una canasta final de Dubljevic tras un pase del belga (61-60 al arranque del último cuarto).

Pedro Martínez dotó de más músculo al juego exterior con la entrada de Sato y Stefansson. El Baskonia se sintió más incómodo con esa disposición y el trabajo del islandés en ambos lados de la pista permitió una renta jugosa que fue casi definitiva (67-61). El conjunto vasco contestó con un gran James, aunque la noche merecía un final entre Hamilton y Vives. La enésima conexión entre ellos puso el jaque a la victoria (81-73), que se convirtió en mate tras dos fallos consecutivos de Causeur en el triple. Ahora, los dos únicos invictos son Valencia y Barça.

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