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Los jugadores del Valencia Basket celebran la victoria ante el Real Madrid.
Asalto taronja al palacio
Baloncesto | valencia basket

Asalto taronja al palacio

El Valencia Basket tumba al Real Madrid y apela a la Fonteta para buscar la final ACB

Juan Carlos Villena

Domingo, 7 de junio 2015, 11:22

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El Valencia Basket lo volvió a hacer. Cuando casi todo el mundo les daba por muertos, con la derrota ante un Real Madrid a medio gas el jueves y tras las lesiones de Loncar y Ribas, emergió de nuevo ese orgullo que se ha inoculado en el vestuario taronja en la últimas temporadas. No es la primera vez, ni será la última. El mismo arreón de adrenalina que valió para silenciar el Palau la pasada temporada con un 0-2 en las semifinales ante el Barça, o que sirvió para tumbar al Bilbao el pasado lunes, bastó para asaltar el Palacio de los Deportes. El Real Madrid, flamante campeón de la Euroliga, no pudo resistir las repetidas embestidas de un equipo que no aceptaba ayer un final alternativo a la victoria.

El Valencia Basket, con Carles Duran a la cabeza, se repuso a todo y a todos. El triunfo servirá para calmar la indignación por los arbitrajes del playoff, aunque el visionado pausado de la actuación de Arteaga, García González y Guirao, no hace más que confirmar el nerviosismo. Su doble rasero se define con un dato objetivo, durante el partido Slaughter y Duran cometieron el mismo error de patear con fuerza un balón. El técnico se llevó una merecida técnica y con el americano se miró hacia otro lado. Aunque la magia de verdad fue comprobar que Nocioni acabó el partido con una falta señalada. De nota. De traca.

La concentración del conjunto taronja durante todo el partido fue ejemplar. Se notó desde el primer minuto que no era una cita más para ellos, que querían focalizar todo ese orgullo durante dos días de concentración en Madrid. Lo consiguieron. Con la irrupción de un Nedovic en modo NBA, la lucha para enmarcar de Lishchuk, el temple de Van Rossom o la calidad de Dubljevic, los valencianos se han ganado el derecho de volver a soñar. La Fonteta tiene dos citas obligadas, mañana y el jueves, para demostrar que la ciudad se merece un equipo en la Euroliga. Con la serie entre el Barcelona y el Unicaja con un claro 2-0, dos triunfos más del equipo taronja abrirían de par en par las puertas de la Copa de Europa si los malagueños no remontan. Una oportunidad de oro, ante un grandísimo equipo, para volcarse con el basket.

Loncar y Ribas celebraron junto al resto del banquillo el 0-3 inicial tras triple de Sato. Fue el primer aviso, aunque un inmenso Llull (desde Petrovic en 1989 ningún jugador del Real Madrid había metido siete triples en un partido de playoff) comenzó a disparar con acierto. El 17-17 anotado por Harangody supuso el punto 6.000 de los valencianos en su historia en la eliminatorias por el título en la ACB, y fue la antesala del 'ciclón Nedovic'. El serbio saltó con ganas a tres minutos del final del primer cuarto, tras un dolor en la zona lumbar de Rafa Martínez que le hace ser duda para mañana. El marcador reflejaba entonces un 20-19. En los siguientes seis minutos el parcial fue 2-22, con un Nedovic desatado y Harangody y Dubljevic como escuderos. Con 22-41 comenzó el partido de Nocioni.

El argentino volvió a cargarse a su equipo a la espalda, como en el primer partido. El Valencia Basket comenzó a desesperarse, muchas veces con razón, con el doble rasero que se instaló a la hora de señalar faltas. Un juego en el que siempre tiene las de perder el equipo que tiene una renta cómoda. Los taronja aguantaron las embestidas sobre la lona, marchándose al descanso con una buena renta (41-53). La mayor anotación de los valencianos en toda su historia en una primera parte de un partido de playoff.

El Valencia Basket supo defender con uñas y dientes la barrera de los diez puntos, con una zona que desquició a los tiradores blancos. Una canasta de Llull con Vives en el suelo (55-65) incendió al banquillo taronja, que recibió una técnica. La reacción de Duran contra los suyos, golpeando de forma dura el balón contra la grada, se saldó con otra merecida técnica al catalán. El Real Madrid aprovechó los nervios para apretar el marcador, simbolizado en otro triple imposible de Llull en la última décima del tercer cuarto (71-73). El último fue digno de una final, apasionante, polémico y vibrante. Nocioni soltó un golpe que hubiera sido definitivo contra cualquier equipo (79-75). Menos con el taronja, que contestó con un brutal parcial de 0-14 (79-89). El Real Madrid llegó a ponerse a dos, pero la sangre fría de Vives en el tiro libre selló la épica victoria. Ahora, a intentar cerrar la serie en la Fonteta.

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