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Juan Carlos villena
Lunes, 25 de mayo 2015, 02:49
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El Valencia Basket acabó la Liga Regular de la Liga Endesa como quinto clasificado, tras vencer de forma plácida en la pista del Fuenlabrada por 64-87. El conjunto valenciano no quiso especular con el resultado del Joventut puesto que tras la bronca en el último partido en la Fonteta no podía permitirse la pésima imagen de caer frente a un equipo que no se jugaba nada porque estaba descendido de forma matemática. La ACB hará público hoy los horarios de los partidos de cuartos de final, aunque en Bilbao deslizaron ayer que jugarán jueves, pero Carles Duran ya advirtió ayer tras el partido que la serie contra los vascos «será durísima» para los dos equipos.
«No hace falta motivar a los jugadores para afrontar un duelo contra un equipo que nos ha ganado los dos partidos en el último minuto», esa fue la reflexión del técnico catalán a la hora de analizar los cuartos de final frente al Bilbao Basket. Un cruce que para el club supone la oportunidad de vengar deportivamente el batacazo de 2011, donde el entonces Valencia Basket de Pesic perdió por 0-2 unos cuartos de final que cerraron la puerta de la Euroliga. Ahora la ventaja de campo es para los vascos, que la lograron en buena lid en su visita a la Fonteta.
A los taronja les bastó en la primera parte con apretar en dos tramos para labrar una cómoda renta, demostrando que era muy evidente que su rival, ya descendido de forma matemática, no había comparecido en el envite con todos los sentidos puestos en el mismo. El 0-11 inicial, en menos de tres minutos, fue el mejor símbolo de lo ocurrido en el primer cuarto. Un tiempo muerto solicitado por Jesús Sala no cambió la dinámica, puesto que el equipo de Duran siguió apretando hasta conseguir la máxima renta, 4-17 tras canasta de Loncar, que provocó la primera pitada de un público que no estaba para bromas.
Harangody fue el mejor jugador taronja en el encuentro, acabó con 18 puntos, y el Valencia Basket puso tierra de por medio con los once triples que anotó. Panko fue el único jugador del Fuenlabrada que mostró orgullo sobre la pista, aunque la resistencia madrileña desapareció al inicio del tercer cuarto con la aparición de Van Rossom (32-48). Fue el momento en el que entró Nemanja Nedovic al partido, a 5.30 de inicio del último cuarto. Su cara era el espejo del alma. Lo primero que hizo el serbio fue intentar anotar, el rostro de Duran también reflejó de forma clara sus sentimientos. Fue el único lunar de un partido plácido, esa sensación de que deportivamente no hay entendimiento entre un Nedovic con contrato garantizado y el actual equipo. Tal y como informó este periódico, la entidad se plantea negociar la rescisión con el serbio una vez acabe la temporada. Nedovic entró ocho minutos en la rotación de un partido marcado a priori para recuperar sensaciones, y recibió en el banquillo algunas muestras de ánimo.
El último cuarto fue un trámite, con un Valencia Basket que marcó su máxima renta con una canasta de Harangody (52-77). Hasta el final, lo único destacable fue comprobar que el Unicaja se cruzará con Baskonia. Una victoria de los vascos y otra de los taronja ante el Bilbao abrirían de par en par las puertas de la Euroliga.
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