Tocado y casi hundido en Euroliga
La victoria del Baskonia en Estambul ante el Galatasaray abre la opción de que dos equipos más acaben con cinco victorias
JUAN CARLOS VILLENA
Sábado, 6 de diciembre 2014, 00:28
El Valencia Basket no depende desde anoche de sí mismo para clasificarse para el Top 16 de la Euroliga. Esa es la conclusión más triste de una nueva derrota, la sexta en ocho partidos, de los valencianos en su tercera participación en la máxima competición europea. El Estrella Roja acabó celebrando de forma merecida su clasificación para la siguiente fase con sus seguidores, merecida porque sobre el parquet fueron ampliamente superiores a los hombres de Perasovic. En el deporte se reconocen las derrotas.
Al conjunto taronja le sobraron nervios y les faltó clarividencia para leer el juego controlado del conjunto serbio, que fue mucho más que Marjanovic. El gigante volvió a reivindicar su faceta de MVP (con 18 puntos y 11 rebotes) pero el Estrella Roja basó la victoria cuando no contó ni con Marjanovic ni con Williams en la pista. La segunda unidad se reivindicó en la Fonteta marcándose un partidazo, con Mitrovic y Kalinic realizando un clinic de baloncesto.
El Valencia Basket sacó el orgullo con más de ocho minutos de partido por delante, con un mate de Loncar que puso en pie el pabellón (60-64). Pero se le encogió la muñeca en el momento más decisivo. El nefasto arbitraje, Zamojski y Bissang evidenciaron que no tienen nivel para pitar en Euroliga, fue la puntilla. Con 64-67 tan sólo ellos en todo el planeta (televidentes incluidos) no vieron una falta clamorosa de Mitrovic sobre Dubljevic. Fue la gota que colmó el vaso de un arbitraje irritante y sin sentido. El propio Mitrovic anotó unos segundos después la canasta que puso la puntilla al partido (64-69). Hasta el final, desesperación.
La derrota deja a los valencianos al borde del abismo, sin depender de sí mismo por primera vez en toda la competición para clasificarse para el Top 16. La victoria del Baskonia en Estambul abrió la posibilidad a una carambola mortal; si los vascos vencen en Belgrado en la última jornada (la Euroliga está a tiempo de evitar la injusticia de no forzar el horario unificado cuando las normas de competición le dan la potestad) y Galatasaray gana los dos partidos que le restan (en Klaipeda y en casa ante Olympiacos) el Valencia Basket estará eliminado, aunque venza sus dos partidos. Sea como sea, lo que sí es claro es que de no ganar en el Buesa Arena el próximo viernes estará fulminado.
La dura derrota, además, devuelve en parte en clima de nerviosismo que reina en la Fonteta casi desde que comenzó la temporada, con un equipo que no es capaz de enlazar tres victorias seguidas. Desde el club se sigue mandando un mensaje de confianza con respecto al proyecto que lidera Perasovic, pero los próximas días volverán a ser muy duros para un equipo que está obligado a levantarse de inmediato porque mañana a las doce de la mañana recibe precisamente al Laboral Kutxa en partido de Liga Endesa.
El 13-8 inicial ilusionó a una afición que agotó por primera vez en la temporada las entradas de la Fonteta para presenciar el partido. La buena defensa de Vives se evaporó con la entrada de Nedovic (el serbio sigue de momento desaparecido en combate en su particular adaptación) mientras Lishchuk y Van Rossom (dos de los mejores defensores del equipo) siguen lesionados. El Estrella Roja contestó con un parcial de 7-20 en los siguientes siete minutos y medio de partido que comenzó a amasar las primeras ventajas importantes (20-28).
Los triples de Marcus Williams, anotó cuatro de forma casi consecutiva aunque le sobraron gestos a la grada y al banquillo local recibiendo la recriminación de Carles Durán, lograron que la renta serbia creciera para llegar a los diez al final del tercer cuarto con una última canasta de Jenkins (52-62). Cuanto todo parecía perdido, el último cuarto comenzó con un mal ataque del Valencia Basket, el espíritu de Ribas (volvió a ser de largo el mejor taronja) permitió albergar las últimas esperanzas. Marjanovic, Blazic y el nefasto arbitraje las sepultaron. Tocados y casi hundidos.