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JUAN CARLOS VILLENA
Sábado, 29 de noviembre 2014, 23:46
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La segunda parada de la particular semana de redención para el Valencia Basket aterriza en Andorra, un rival al que el conjunto valenciano no visitaba desde hace casi dos décadas, donde venció 77-88 un ya lejano 12 de febrero de 1995. Tras la victoria del viernes ante el Galatasaray en la Fonteta, que permite a los taronja afrontar los tres partidos que restan de la primera fase de la Euroliga no sólo con opciones matemáticas de clasificación sino con la moral reforzada, tiene que servir al equipo para afrontar la difícil salida en ACB con una mayor tranquilidad; deportiva y anímica.
Los hombres de Perasovic tienen una oportunidad de oro en tierras andorranas para acabar con su mala racha como visitante, donde tan sólo ha sido capaz de ganar en Zaragoza. La prueba llega en un buen lugar para cambiar la dinámica, puesto que para hacerlo tendrán que sudar la gota gorda para tumbar a un equipo que está haciendo de su feudo un fortín. El Morabanc llega al partido con un balance de 3-5, con el Valencia Basket a tiro. Esa será la motivación del conjunto de Peñarroya, además de tratar de vencer su cuarto partido consecutivo ante su público.
Perasovic contará con las bajas de Van Rossom, Sato (aún no recuperado de su esguince de tobillo) y Lishchuk. El ucraniano no se entrenó el jueves por molestias y tan sólo un día después jugó dos minutos ante el Galatasaray. Ahí se rompió el pívot, que no pudo continuar sobre el parquet. Las pruebas que le efectuaron ayer confirmaron que Lishchuk padece una rotura muscular en los isquiotibiales de la pierna derecha y estará fuera de la cancha cuatro semanas. El Valencia Basket ha decidido no fichar un sustituto a no ser que el mercado aporte una opción muy interesante.
Por las bajas de Sato, Van Rossom y Lishchuk, completaron Pablo Pérez y Adriá Duch un viaje que comenzó en tren y continuó en autobús desde Tarragona, con una intensa lluvia, hasta llegar a media tarde al Principado. La ausencia del ucraniano será un nueva oportunidad para Loncar. El croata se sinceró en una entrevista a Efe: «No puedo decir que siempre es culpa de otro, a veces también es mía. Empecé la temporada bien, tuve un par de malos partidos e hice que el entrenador me llevara al banquillo. Lo puedo hacer mucho mejor, necesito tiempo. Ya me pasó algo parecido en el Khimki, donde apenas jugué los tres o cuatro primeros meses y después todo mejoró».
Los taronja se reencontrarán con Navarro y Carles Bivià. El base de Alginet ya cruzó su camino en las dos últimas dos temporadas con el club donde se formó cuando defendía la camiseta del Iberostar Tenerife. Tras comenzar la temporada en Manresa fichó por el Andorra tras la lesión de Sada. Hoy estará motivado ante el conjunto de su tierra.
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