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La tensión de la alternativa a los grandes creció de taronja y verde
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La tensión de la alternativa a los grandes creció de taronja y verde

La gran rivalidad entre el Pamesa y Unicaja comenzó en el playoff de cuartos de 2001 y llega a nuestros días como dos de los gallitos de la ACB

J. C. VILLENA

Lunes, 24 de noviembre 2014, 00:07

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La historia de los duelos entre Valencia Basket y Unicaja en la Fonteta, que comenzaron con los nombres de Pamesa y Caja Ronda, dejan encuentros llenos de tensión y de grandes actuaciones individuales entre dos equipos que en la última década y media se han postulado a alternativa a los grandes de la ACB. La igualdad, 18-15 en partidos totales y 4-5 en encuentros de playoff, no impidió varias rachas de triunfos, la última en encuentros de Liga Regular para los valencianos que encadenaban cinco victorias consecutivas hasta ayer desde marzo de 2009.

El primer partido entre ambos equipos en la Fonteta se remonta al 7 de febrero del 89. Un parcial de 6-21 antes del descanso fue definitivo para la victoria del Caja Ronda (78-89), con 31 puntos de Arlauckas y el por entonces seleccionador Antonio Díaz Miguel espiando en la grada a Vecina y Coterón. Aquel Pamesa afrontaba el final de Liga reforzándose con Waine Englestad, que aterrizó en Valencia para sustituir a un Cooper que fue pitado aquella tarde. La afición valenciana tuvo que esperar más de dos años para disfrutar de la primera victoria ante los malagueños, que llegó en octubre del 91. Coterón llevó el partido a la prórroga con un triple en el último segundo (83-83) remontando un partido que parecía perdido para el Pamesa a dos minutos para el final (70-79). El pundonor de Branson, con 26 puntos jugando con dolor donde la mano del fisio holandés Pruimboom fue clave, simbolizó aquel triunfo.

Antes del descenso a la EBA se disputaron dos partidos más entre ambos equipos, con una derrota que privó a los valencianos del factor pista ante el Cáceres en aquella eliminatoria de playoff donde se esfumó Europa con una actuación lamentable del árbitro Gallo, y una de las pocas alegrías de la 'era Brown'. El 90-82, en febrero del 95, fue un espejismo. Los 24 puntos de Grant y los 16 rebotes de Kidd fueron una gasolina esporádica que desembocó en la debacle en Huesca.

Tras la vuelta a la ACB del Pamesa habrá que esperar al paso de siglo para ver los enfrentamientos más espectaculares, con el cambio de color corporativo en el bando valenciano. Con la llegada del taronja aumentó la inversión de Juan Roig en las plantillas. El pique con Unicaja estaba servido. En 2001 el conjunto andaluz fue la bestia negra, venció en el partido de la liga regular y en los dos del playoff de cuartos disputados en la Fonteta (en una eliminatoria que venía 1-1 del Carpena). Abrams, con 26 puntos en el tercer partido, y Mrsic, con 21 en el cuarto, fueron los verdugos para un equipo que se quedó sin Euroliga. «No es cuestión de poner más pesetas sino de hacer las cosas bien», sentenció Roig.

La venganza se sirvió en una espectacular serie semifinal en 2003. Ambos equipos rascaron una victoria a domicilio, y el finalista ACB se decidió en Valencia el 15 de junio. El 80-67 metió al Pamesa en su hasta ahora única final de Liga, con una afición extasiada y donde Hopkins fue el maestro de la celebración haciendo su célebre gesto del pulgar cortando el cuello y regalándole el balón del partido al dueño. Unicaja se tomó una cruel revancha un año después, con la famosa zona de Scariolo (Mulero de ayudante) y el 26-55 en la segunda parte que heló a la Fonteta. La última polémica llegó en mayo de 2010, con un 82-83 en cuartos del playoff tras un arbitraje lamentable. El pique sigue vivo, es la salsa.

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