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La Fonteta quiere seguir soñando de taronja
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La Fonteta quiere seguir soñando de taronja

La plantilla se motiva con los partidos decisivos que se han sacado adelante en la presente campaña para enfocar la presión de forma positiva

JUAN CARLOS VILLENA

Lunes, 2 de junio 2014, 00:09

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La Fonteta alberga hoy, desde las 20.30 horas, el partido más importante de la temporada en la ACB para el Valencia Basket. Y no es mal titular para la plantilla de Velimir Perasovic, puesto que en la actual campaña el equipo siempre ha respondido en los momentos críticos, tanto en la Eurocup como en la Copa del Rey. Esa motivación positiva, porque nadie en el club quiere ni mirar el paralelismo entre los dos primeros partidos de la actual serie contra Cajasol con lo ocurrido el pasado año contra el CAI, es la que ha utilizado el cuerpo técnico para preparar el decisivo partido contra el conjunto sevillano.

El Valencia Basket tumbó en la Fonteta al Asvel para clasificarse para el Last 32 de la Eurocup, una vez allí solventó una 'pelota de partido' en Bélgica para pasar a octavos, en Rusia levantó una eliminación casi cantada ante el Khimki en un minuto mágico... y las dos guindas fueron la remontada en ACB ante el Barça, en un partido memorable, y los tiros libres de Rafa Martínez en los cuartos de final de la Copa ante el Baskonia. Todo ese bagaje de motivación hoy también juega.

El conjunto valenciano buscará hoy la tercera semifinal liguera de su historia. Y lo hará ante su afición, a la que ha mandado un mensaje para que llene las gradas de la Fonteta con camisetas naranjas. Si de algo sirve la Liga Regular es para decidir los equipos que se ganan el derecho a disputar los partidos decisivos en casa. La clave para los valencianos será canalizar esa fuerza como en 2012, donde se solventó el tercer partido ante Lagun Aro.

Pero para evitar la gran decepción de la temporada, el Valencia Basket necesitará algo más que motivación y ayuda de la grada. La derrota del sábado en Sevilla dejó muy clara la linea que obligó a un tercer esfuerzo que restará, en caso de pasar, dos días de descanso para afrontar la semifinal ante un FC Barcelona que ya espera al ganador de esta noche. El Cajasol fue más constante en el juego interior, donde se aprovechó de la ausencia prolongada de un referente taronja, y sus porcentajes de tiro crecieron en la segunda parte. Justo en el momento en el que los exteriores de Perasovic no lograron encontrar los ajustes defensivos. Y con todas esas lagunas el Valencia Basket llegó a empatar el partido a falta de un minuto. Si se solventan esos errores, y los dueños de la Fonteta recuperan las sensaciones de baloncesto que han vuelto a llenar las gradas de Hermanos Maristas, el objetivo de la tercera semifinal no es una utopía.

La batuta de Van Rossom será clave. Porque el belga ha demostrado ser el más regular de su equipo en la serie (promedia 16,5 puntos y 20,5 de valoración). El base evidenció en el primer partido que puede compaginar la anotación con la defensa sobre Satoransky. Cuando el Valencia Basket logra que en un partido sus dos bases se complementen -Lafayette demostró en el último cuarto en San Pablo que es posible-, hay muy pocos equipos en Europa que les pueden hacer frente. Y más cuando a los directores de juego se les unen Sato y Doellman.

Hoy el equipo necesita la mejor versión del MVP de la Liga Regular y de su compañero en el quinteto ideal de la liga. El deseo expresado en el balcón del Ayuntamiento, en las celebraciones de la Eurocup, de luchar por el doblete no puede acabar esta noche. Pero tras el tropezón de Sevilla todo el mundo es consciente de que no hay término medio. Si hoy se pierde asistiremos a una decepción aún mayor que la de 2013. Si se gana, de golpe, el Valencia Basket certificará la segunda mejor temporada de su historia. Pudiendo superar la de 2003.

La gran incógnita en el Cajasol es el estado físico de Josep Franch. El catalán se lesionó en el primer partido y expresó tras el segundo su deseo de vestirse esta noche de corto. En el bando taronja los esfuerzos se centran en recuperar a los jugadores más cargados muscularmente, que notaron un bajón de rendimiento en el segundo partido.

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