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Jesús juega una pelota de volea durante la final de ayer ante la mirada de Pere Roc II. Txema Rodríguez
El tiempo de Pere Roc II
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El tiempo de Pere Roc II

La victoria ante Francés, Javi y Bueno le permite firmar un hito que sólo han logrado otros cuatro restos: Mezquita, Pigat II, Genovés II y Sarasol I Gana su segunda Lliga consecutiva, esta vez con Jesús y Carlos (60-50)

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Lunes, 19 de marzo 2018, 00:35

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Pere Roc II ha iniciado una era. La de su reinado en las competiciones por equipos. Se ha acostumbrado a disputar finales y a cosechar un alto porcentaje de éxito. «Yo voy a prepararme la siguiente competición y a intentar ganarla», recita cuando se le interroga por su siguiente objetivo. Maneja el tiempo a su antojo. El de la partida y el de la temporada. Su reloj sonó ayer a las 6.30 horas. No había amanecido. Necesitaba tiempo, sólo unos minutos, para dedicárselos a Yumba. Rodrigo Sebastià paseó a su perra como si fuera un día cualquiera porque, en cierto sentido, afrontar partidas como las de ayer se ha convertido para él en algo casi cotidiano. «¡Venga, que ha llegado el momento!», exclamó a sus compañeros de vestuario cuando, 15 minutos antes de las 11, saltó a calentar a las losas de Pelayo.

La catedral. El escenario donde un puñado de veces al año se para el tiempo para rendir pleitesía a la vaqueta. Y en las tres últimas grandes citas ha estado Pere Roc II. Ganó la Lliga de 2017, perdió el Individual y, ayer, revalidó el título de la máxima competición por equipos de la escala i corda profesional. Lo hizo en una partida excelsa, en la que junto a Jesús y Carlos doblegó a Francés, Javi y Bueno (60-50). Rodrigo Sebastià marca, de este modo, un hito que sólo ha estado al alcance de otros cuatro escaleters en 27 años de historia del campeonato: Pigat II y Sarasol I encadenaron dos Lligas y Mezquita y Genovés II prolongaron su reinado hasta los tres años.

Pere Roc II quiere un reinado todavía más longevo. Con sólo 25 primaveras siente que el tiempo es suyo. Derrocha ambición, esa que le lleva a indignarse cuando las cosas no salen como él quiere. «Yo veía que si éramos regulares teníamos más posibilidades. Esa discontinuidad no me gustaba, pero también he de comprender que estamos en una final y no todo sale como quieres», admitió tras la partida.

Se refiere al inicio, en que Francés, Javi y Bueno se marcharon de tres juegos (30-15). O al nuevo bajón cuando habían igualado a 35 y los azules colocaron un 45-35 que volvía a ponerles en jaque. «¡Venga, vamos! ¡Hacemos este!», gritó cuando pasó al dau después de suturar esa segunda sangría. El trío rojo volvió a equilibrar la contienda, ambas formaciones intercambiaron golpes y volvió a pararse el tiempo.

Hubo un 15 en el que se acabó la final. «Yo creo que no es un tanto, ellos se llevan los dos últimos juegos con claridad», negaría después Francés. Pero no. Hubo un 15 con iguales a 50 que se asemejó a la película 'Atrapado en el tiempo', versionada en un trinquet. Si uno la pasaba de forma inverosímil, del otro lado de la cuerda hallaba una respuesta parecida. El intercambio de golpes del año. Cuando tras varios minutos de pulso sin cuartel sumó el conjunto rojo, hubo una lluvia de almohadillas. Paco Genovés abandonó la catedral, expresando con un gesto en el rostro su incredulidad por lo que acababa de ver.

Después del 15 maratoniano

Aquello fue el preludio del desenlace. De que Pere Roc II acelerase ya no el tiempo, sino el tempo. La intensidad en la partida. Tras perder el 15, Javi quedó tendido en la escala. El escaleter de Benidorm que ha mutado en caníbal olió la sangre. Un rato antes había abroncado a Jesús. «Nos hemos pasado todo el campeonato así. Creo que ese ha sido uno de los secretos para ganarlo, que nos hemos metido la intensidad en el cuerpo el uno al otro», desveló el mitger. Pero en ese instante no hicieron falta las palabras. Pere Roc II, Jesús y Carlos se olvidaron de estrategias e hicieron su juego, se centraron en no cometer fallo y, con una pizca de suerte, sellaron por la vía rápida una victoria que habían cocinado a fuego lento.

Tiempo. Es el que siente que no tiene Jesús. «Estoy muy feliz. Soy consciente de que con 35 años esto se acaba. Quiero disputar la Lliga todas las veces que pueda», afirmó. Carlos siente que tiene tiempo para cumplir su sueño, que es el de dar el paso atrás y conquistar el campeonato como mediero. «Ahora voy a celebrarlo. Me gusta que pueda ganar uno de Genovés, que allí últimamente todos juegan a raspall. Sólo quedamos José y yo», apuntó.

Tiempo. El que sabe que tiene por delante Javi, aunque se sienta ya veterano. «Nos ha faltado rematar, pero llegar a esta final cuando nadie contara con nosotros y haber podido ganarla... es para estar satisfecho por mi trabajo y el de mis compañeros», indicó el de Massalfassar. «Para que gane uno, el otro tiene que perder. Me había ilusionado, sobre todo por Bueno y por Francés, y por la pasión de la gente de Petrer. Si la jugamos otro año juntos, intentaremos conseguirlo. Seguro que se ven en otra de estas», pronosticó. ¿Y él? Las ganas de Javi están intactas y, aunque también empieza a ser de los veteranos, no va a dejar de luchar. «Estoy satisfecho por mi carrera, pero creo que una más me la merezco», deslizó el mitger que ha disputado cinco finales de la Lliga y ha ganado sólo una.

El despertador de Álvaro Francés también sonó a las 6.30 horas. Se subió al coche y condujo hasta Silla. Jesús, natural de esta localidad de l'Horta, cogió el tren de antes. Ambos bajaron en la estación del Norte ilusionados y confiados en sus posibilidades. Jesús conquistó su tercera Lliga -antes ganó una de punter y otra de mitger en pareja- y el alicantino deberá esperar.

El tiempo juega a su favor. Recién iniciada ADE, compagina la carrera universitaria con la prometedora trayectoria de pilotari. Escaleter elegante, recuerda mucho a Miguel, con el que se ha criado como deportista. «Estaba un poco nervioso al principio, quería disfrutar. He aprendido que en las finales hay que ir a por todas desde el principio», indicó. Víctor Bueno también mira al futuro. «Mi siguiente objetivo es disputar la Copa. Creo que he demostrado que se puede contar conmigo», proclamó el escaleter.

El futuro empieza hoy. El de seis pilotaris que tienen en sus manos la posibilidad de escribir muchas páginas gloriosas, como la final de la Lliga de ayer. Pere Roc II vuelve a dejar correr el tiempo.

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