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M. RODRÍGUEZ
Viernes, 21 de abril 2017, 23:26
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«Ha sido un placer poder vivir estos años como pilotari profesional. Me siento muy agradecido por todo el cariño que he recibido». Dani es desde ayer Daniel Gómez fuera de cualquier trinquet y un mito entre la gente que suele frecuentarlos. Su gente. La que ha disfrutado de una prodigiosa carrera deportiva que se ha extendido durante más de dos décadas y que, da la sensación, podría haber estirado un poco más.
Como prueba, la partida de ayer. Dani se despidió con victoria y entre amigos. Escudando a su apreciado Genovés II y con Álvaro Gimeno, uno de los chavales hacia los que profesa simpatía, delante. Vencieron en un duelo enorme a Pablo de Borriol, Jesús y Héctor de Laguar (60-50). Y lo hicieron en una de sus canchas preferidas.
Vila-real. El trinquet que gestiona su gran amigo Mezquita, quien tuvo un detallazo con Dani. Le entregó un cuadro con una foto de un torneo que ganaron juntos. La composición estaba aderezada de una preciosa leyenda: «Companys per molt de temps, amics per sempre». Juntos gestionan la cancha de Burriana, aunque el mitger residirá desde el mes que viene en Barcelona, donde trabaja su mujer.
Este ha sido uno de los motivos de que haya precipitado la retirada. «Llevaba pensándolo un tiempo y eso lo ha precipitado. Quizás hubiera jugado la Copa, pero no sé si habría acabado el año», ha venido comentando. El trinquet de Vila-real estuvo a punto de llenarse. Faltarían no más de 20 personas para completar el aforo. «Pareu ja, que hem de jugar», reclamó Dani, medio avergonzado, para tratar de parar el maratoniano aplauso que se le dedicó cuando estaba pronunciando su discurso. Daniel, su padre, estaba en la escala. También acudió a Vila-real Marta, su madre, que llevaba años sin ir al trinquet porque sufre viendo jugar a su hijo, al igual que María, su mujer, y María, su hija. No quería, pero imposible contener las lágrimas.
A Dani aún le queda otro gran homenaje. El de la Catedral, Pelayo, en la tarde del 3 de junio, aunque él ya no vestirá de blanco. En la jornada de ayer, y antes de su última partida, hubo otra de grandes figuras que ya estaban en el olimpo al que ahora accederá el de Benavites. Paco Genovés, Tato y Ribera se enfrentaron a Mezquita, Sarasol II y Solaz. Este último pasó al otro equipo al lesionarse Ribera. El choque se disputó sin concesiones y acabó imponiéndose el gestor de Vila-real (60-40).
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