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Soro III durante la final del Individual de 2015 en Pelayo . :: txema rodríguez
El debate de las galerías libres
pilota

El debate de las galerías libres

Jugadores y trinqueters pusieron reticencias desde el principio a una norma que busca sobre todo dar seguridad al público

MOISÉS RODRÍGUEZ

Domingo, 28 de agosto 2016, 00:02

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La pilota está en un periodo de cambios en que lo inusual parece garantía de éxito para los promotores de partidas. Hoy se busca atraer gente a los trinquets y para ello se rompe con todo. Incluso con una norma que tiene menos de un año de vigencia y que parecía que ya estaba digerida por los actores de la escala i corda profesional: la de las galerías prohibidas. Burriana y Massamagrell han abolido, aunque sea de forma circunstancial, la regla que no tiene todavía ni un año de vigencia.

José Luis López impulsó esta prohibición pensando sobre todo en el público. Es más, tras comprar Pelayo colocó un cristal para que no haya tanto en el palquet de baix. Aunque la primera razón para estas medidas reside en los espectadores, también se pretende ver partidas interesantes, en que los jugadores amasen el quinze y en las saque no prime tanto la potencia. Que no haya demasiados tantos que se resuelvan en un santiamén con la vaqueta en lo alto de una galería. Pero esto, en cierto modo, era secundario. Existe una realidad y es que tradicionalmente el espectador del trinquet no podía distraerse bajo el riesgo de recibir un doloroso pelotazo. Y aún así, el asiduo a la piloto suele atesorar sus recuerdos u heridas de guerra.

Esto, sin embargo, no casa con la voluntad de atraer nuevos públicos al trinquet, sobre todo niños cuya atención a la partida no es del 100% en cada quinze. La decisión de prohibir las galerías tiene inconvenientes, más allá de los aficionados más tradicionales que aplauden al resto o al mitger potente que la encala en la grada en cuanto la tiene buena.

Sobre todo lo padecen los jugadores, a quienes buscar el quinze por dentro les exige un mayor esfuerzo. Los intercambios se eternizan y algunos de los pilotaris, incluso ciertos preparadores, alertan de un mayor riesgo de lesiones, especialmente en la zona del hombro. También hay aficionados que se quejan de la duración de las partidas que, incluso en las de un marcador con cinco o más juegos de diferencia, se va al menos a las dos horas.

El debate nunca ha estado zanjado y ha cobrado fuerza este verano, cuando los trinquets que no cierran por vacaciones han tenido que competir con las partidas de fiestas. Burriana ya organizó el pasado lunes una partida con galerías abiertas y hubo una mayor afluencia de público. Massamagrell, gestionado por la familia de Soro III ha seguido el ejemplo de cara a este martes. El propio pilotari disputará la partida: en compañía de Monrabal se medirá a Pere Roc II y Santi.

Hay una corriente que defiende la prohibición de galerías sólo para partidas oficiales y dejar libertad en el día a día. Eso daría más empaque a la competición oficial. En el pasado invierno, encalarla en la grada siempre ha sido falta, menos en el Individual. Eso parece que se mantendrá para los torneos oficiales, pero en el funcionamiento cotidiano de los trinquets mandará la afluencia de público. Massamagrell será en dos días el próximo ejemplo. Habrá que ver qué sucede cuando reabra Pelayo a mediados de septiembre.

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