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Marc Márquez grita exultante de felicidad la consecución de su sexto título mundial, el cuarto en la categoría reina.

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Marc Márquez grita exultante de felicidad la consecución de su sexto título mundial, el cuarto en la categoría reina. EFE/ Manuel Bruque
GP Comunitat Valenciana

La era de Marc Márquez

El español gana en Valencia su sexto Mundial, el cuarto de MotoGP, después de una frenética carrera en la que Dovizioso no tuvo opciones de asustar al líder. Con 24 años, el de Honda asciende sin freno en el Olimpo

Toni Calero

Valencia

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Lunes, 13 de noviembre 2017, 00:27

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Lo más sensato para intentar descifrar el secreto de un tipo que domina un deporte a su antojo es escuchar las opiniones de los que han compartido, disfrutado y sufrido la trayectoria del protagonista. Vaya por delante: la única duda que recorre el paddock del Mundial de MotoGP es si a Marc Márquez ya se le puede considerar como el mejor de la historia o si lo será. En cuanto al método, al estilo de un hombre sin límite, basta un adjetivo. Valentía. Márquez es una revolución y a la vez, una vuelta al pilotar callejero. La búsqueda incesante de la décima necesaria. El placer de vencer el cuerpo a cuerpo a un rival. A tu vecino en el box. Su estrategia es ganar y para ello requiere de un milagro cada fin de semana. "Parece que esté siempre a punto de caerse", se dice. O peor. "Es una locura verle y tiene la suerte de que nunca se ha hecho daño de verdad".

Suerte o no, nadie sabe cuánto puede durar la hegemonía de Márquez, 24 años, en el motociclismo. Con el de ayer son ya seis Mundiales -cuatro en MotoGP- que le sirven para superar a Mike Doohan y colocarse tras la estela de los otros ocupantes del Olimpo de este deporte, ahí donde ya entraron Agostini, Nieto, Hailwood, Rossi, Ubbiali, Read o Surtees. La era Márquez se inició en el Ricardo Tormo en 2010 y también en el circuito de Cheste se convirtió Marc en tetracampeón de la categoría reina.

"Tengo la sensación de que vivo en un sueño del que no quiero despertar", avisó Márquez durante una comparecencia de prensa interminable, posterior a las primeras felicitaciones. La de sus padres, Julià y Roser; la de su hermano Álex, la del hombre que ha ido moldeando su carrera, Emilio Alzamora. "Un piloto es el que está encima de la moto pero también tienes que saber rodearte de gente sin los cuales no sería posible. Desde los 11 años estoy rodeado de la misma gente", apuntó el catalán, que suma dos títulos consecutivos y tiene muchos años por delante para ampliar la colección. Este último llegó tras una carrera rara: no sufrió, pero estuvo a punto de entregarle a Andrea Dovizioso las armas para luchar en varias ocasiones.

«Tengo la sensación de que vivo en un sueño del que no quiero despertar», afirmaLorenzo no hizo caso a Ducati y frenó a Dovizioso; Pedrosa batió a Zarco al final

A Dovizioso, el antidivo, le recibieron en el box de Ducati con un tremendo aplauso cuando se bajó de la moto. El respeto fue sincero pese a la decepción de haberse quedado a las puertas del título. Ducati es una fábrica hecha a sí misma y Dovizioso, un piloto sin un talento desbordante cuyo recorrido ha estado marcado por el trabajo. "A principio de temporada nunca hubiera puesto a Dovizioso en las quinielas", reconoció Márquez. Con Lorenzo en fase de adaptación a Ducati; las Yamaha de capa caída y Pedrosa, como casi siempre, entre dos tierras, Dovi se fue consolidando como el rival a batir por el campeón. El único que aguantó el pulso hasta Cheste.

Sus posibilidades eran remotas puesto que necesitaba ganar y esperar la catástrofe de Márquez. El sábado aún se complicó más para el italiano, noveno en la lucha por la pole que había conquistado el español. Todo al revés. Dovi sin ritmo, las Honda con una firme puesta a punto para no dar lugar a ningún tipo de sorpresa. Así fue la salida, con Márquez y Pedrosa liderando y el resto a cola. "Me sentía tan fuerte que era difícil gestionar una carrera en 'plan amarrategui'", admitía el líder. Ni siquiera tener tan cerca el Mundial le hacía sentir cómodo en un papel conservador. No le va. Lo mejor que le pudo pasar a Márquez le pasó. Él con pista para abrir hueco y Dovizioso metido de lleno en el tráfico. El peligro se llamaba Johann Zarco, otro que no sabe reservarse nada. El francés se metía entre las Honda y Márquez no estaba para guerras menores. Dejó ir a Zarco, que de un hachazo se deshizo de Pedrosa. Por detrás, quinto y sexto, jugueteaban Lorenzo y Dovizioso. El italiano lo tuvo perdido desde el principio y, además, Lorenzo le perjudicó.

Las órdenes de equipo

Después de sufrir en los entrenamientos, parecía que Lorenzo estaba llevando a Dovi: las dos Ducati colaborando para reducir distancias con Márquez, Pedrosa y Zarco. Fueron pasando las vueltas y Lorenzo no se apartaba. Dovizioso le enseñó la rueda en un par de ocasiones y el balear, lo mismo. Fue así hasta que Ducati sacó el 'mapping 8' para indicarle al español que se apartara de una vez. Para entonces, Dovizioso había perdido demasiado tiempo a rueda de su compañero y ya sólo le quedaba esperar una caída masiva para levantar el título. 'Biscotto', se mascullaba en cada rincón del circuito donde hubiera un italiano. Amaño. Y más después de ver la portentosa acción de Márquez. En la curva de final de recta, la Honda se volcó y Marc, otro milagro, pudo levantar la moto y salvar la caída después de un paseo por la gravilla.

Ahí dolió más para Ducati el patrón que siguió Lorenzo. El líder no era frágil, pero este año ha sumado 27 caídas y podía suceder en cualquier momento. El destino, no obstante, estaba con Márquez. Justo cuando Lorenzo se fue al suelo víctima de un error de concentración, Dovizioso se salió cuando tenía pista por delante para exprimir a la Ducati. A falta de seis giros para el final de la carrera, Márquez ya era matemáticamente campeón. El duelo del día lo centraron Pedrosa y Zarco, precisamente los dos pilotos que estaban disputándose el tercer puesto del Mundial.

Pedrosa tiró de experiencia para superar a Zarco en la última vuelta y ganar por enésima vez en el Circuit, un trazado en el que ha brillando en innumerables carreras. Para Pedrosa fue la victoria y el podio del Mundial, para Márquez el premio gordo.

En una temporada que no arrancó bien para el de Cervera por falta de 'feeling' con la moto, alcanza la media docena de entorchados. Márquez resumió perfecto su presente, su futuro y el del Mundial: "Mientras podamos, disfrutemos".

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