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Marc Márquez, durante la sesión de entrenamientos libres en el Ricardo Tormo de Cheste. AFP PHOTO / PIERRE-PHILIPPE MARCOU
Doohan no perdona a Márquez

Doohan no perdona a Márquez

El español se cae en la misma curva en la que Rossi perdió el Mundial de 2006El líder de MotoGP se va al suelo a tres minutos del final de una jornada en la que él y Pedrosa tienen más ritmo que Dovizioso

MOISÉS RODRÍGUEZ

Sábado, 11 de noviembre 2017, 00:57

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cheste. «Por el espectáculo, estaría bien que ganase Rossi, pero este año no podrá ser», aseguró Mick Doohan en una reciente entrevista con El País. De mito a mito. A Il Dottore se le revuelve algo por dentro cada vez que piensa en Doohan. No en Mick, sino en la maldita curva de Cheste en la que perdió un título que tenía medio ganado. En 2006, el italiano se fue al suelo y desde entonces su relación con el Ricardo Tormo siempre ha sido tensa. Como lo será para siempre con Marc Márquez. Los mitos no olvidan. Era impensable que dos genios convivieran sobre la pista y mantuvieran la relación de admiración que se profesaban desde que el de Cervera puso patas arriba el Mundial. El español, el chico de la eterna sonrisa que amenaza todos los récords, recibió ayer un serio aviso de otro mito.

«Creo que Márquez se merece el título», indicó Doohan en la misma entrevista. El piloto de Repsol Honda consiguió en 2015 trece victorias en MotoGP. La última, la de Cheste en la carrera que cerró el Mundial. Reventó así la marca en la clase reina que estableció Doohan en 1997, aún en la era de 500, al subirse 12 veces a lo más alto del podio.

Los mitos no perdonan, y de algún modo debía cobrárselo el australiano. El destino quiso que Márquez se fuera al suelo en la curva que lleva el nombre de Doohan. La 2 del circuito de Cheste. No sucedió en el peor momento del fin de semana -esto sería evidentemente mañana en la carrera-, pero sí en el menos oportuno del viernes. Al líder del Mundial se le fue su Honda de delante y en un santiamén se vio resbalando por el asfalto. Se levantó de la propia inercia y alzó la mano, pidiendo perdón a sus aficionados.

Se cayó frente a la zona que habitualmente ocupa su fan club el viernes. No le hizo ninguna gracia. En el box, el chico de la sonrisa eterna estaba más serio de lo habitual. «Estoy intentando empujar y siempre vigilas el neumático frío en algunas curvas, pero cuando toca apretar tienes que asumir algunos riesgos», argumentó Márquez.

Quizás lo peor de todo, después de comprobar que estaba bien físicamente, fue que no pudo ensayar la salida. Dicen que este es uno de los puntos flacos del español, pero después de algunas como la de Sepang esto ya puede discutirse. Márquez sabe que mañana tendrá que correr con la calculadora, al menos mientras Dovizioso cuente con opciones de victoria. Por ello, al menos en los entrenamientos, no ha querido resistirse.

El viernes se dejó llevar por su instinto depredador. «Puedes cambiar la mentalidad y ser más conformista, ver que ya tienes ritmo y bajar el listón, pero no es mi mentalidad, al menos en entrenamientos. Por eso doy esa vuelta, tengo confianza y lo que me sale de dentro es apretar más, y ya iba rápido», reconoció Márquez. En cuanto se sosegó en el box hizo la lectura positiva. Olvidó que se había ido al suelo a falta de tres minutos para acabar la jornada y de que no pudo ensayar la salida. Ya sabe un lugar donde tiene que andarse con cuidado.

Porque Doohan no le va a perdonar. «En las carreras puede pasar de todo y por supuesto lo que le pasó a Rossi, pero no quiero pensar en eso, sólo en lo bueno. En cómo acabó 2013, en cómo acabó 2010 y te olvidas de no caer, porque si sales a rodar a no caerte enseguida eres un segundo más lento, sin darte cuenta, así que ese pensamiento de momento no se pasa por mi cabeza», señaló Márquez.

Pese a la preocupación inicial, después de analizar la jornada de libres, en Repsol Honda no se es pesimista. El propio Márquez y Dani Pedrosa tienen más ritmo que las Ducati. Y a Pedrosa se le da perfecto Cheste. Lideró la tabla de tiempos durante casi toda la segunda sesión hasta que apareció por ahí Lorenzo. El balear también guarda grandes recuerdos del Ricardo Tormo, pero no parece previsible que este domingo vaya a escribir una de las páginas doradas de su carrera deportiva.

Sabe que mientras Dovizioso tenga opciones de campeonato, la estrategia en Ducati será que gane el italiano. «Tenemos una buena velocidad y esto es siempre importante, pero las sensaciones con la moto no son óptimas y somos conscientes de que no vale con lo que hemos hecho, sino que tenemos que mejorar», indicó el transalpino: «Vivo la situación de una forma relajada porque siento que la gente me aprecia y eso me hace feliz.

La afición también quiere a Márquez. Si menos de dos horas después de la caída hacía una lectura positiva, pocos minutos más tarde ya era incapaz de dejar de sonreír. Pasadas las 18 horas paseaba por el paddock en la scooter, chocando la mano a los niños que coreaban su nombre. Ya a punto de hacerse de noche, incluso firmó algún autógrafo junto a los camiones de Repsol Honda. El Márquez de siempre, el que necesita apretar el viernes para poder correr con la calculadora el domingo. «Dovizioso tiene tres pilotos con más ritmo por delante y a él sólo le vale ganar», apuntó el líder de MotoGP. Cuenta con 21 puntos de ventaja con respecto a su oponente y le vale con acabar undécimo. No hay razón para dejar de sonreír, aunque Doohan no le perdone.

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