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M. R.
Lunes, 14 de noviembre 2016, 00:02
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cheste. Noviembre de 2011. Johann Zarco era el villano perfecto. El piloto impredecible, capaz de ganar a lo grande pero de liarla de la forma más absurda, que llegaba a Cheste con opciones de impedir que Nico Terol se erigiese en el primer valenciano campeón del mundo en 40 años. El francés apretó tanto al alcoyano que fue él mismo quien se fue al suelo, cediendo el último campeonato de 125 al piloto del Aspar Team.
Cinco años después de aquel fracaso, Zarco llegaba ayer como un piloto mucho más maduro, que ha revalidado su título de Moto2 en la gira asiática y antes de subir a MotoGP. Quiso darse una última alegría en la cilindrada intermedia, batió a Morbidelli y Luthi en un apretado final y lo celebró con un salto mortal frente a la misma grada que estalló ante su caída de 2011. El valenciano Iker Lecuona acabó vigésimocuarto.
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