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Márquez,junto a Rossi en Montmeló.
¿Por qué se odian Rossi y Márquez?

¿Por qué se odian Rossi y Márquez?

Los protagonistas de la patada más famosa de la historia de MotoGP compartieron risas y motos en El Rancho de Rossi. Para 'Il Dottore', Márquez ahora es «un bastardo»

FERNANDO MIÑANA

Jueves, 5 de noviembre 2015, 19:15

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Qué lejos queda aquella cándida foto de 2008 en el circuito barcelonés de Montmeló. Un barbilampiño Marc Márquez posa feliz como un niño, lo que era a sus 14 años, con Valentino Rossi, el mito, el mejor piloto de la historia y, quizá, también el más carismático. Esa temporada, el chaval de Cervera (Lérida) hacía sus pinitos en 125 cc. El toscano ya era un rey sobre dos ruedas. "Yo tenía una buena relación con ambos y le dije a Marc si quería conocer a Valentino", recuerda Jaime Olivares, el fotógrafo que organizó la imagen más reproducida estos días. "Márquez tenía un casco de Scalextric y sabía que Valentino era aficionado al slot -como se conoce esa modalidad de coches a escala-. Además había pilotado el año anterior un Subaru Impreza, así que le pedí que cogiera las miniaturas y me lo llevé al hospitality (el recinto donde hace la vida el equipo). Tuvieron un trato supercordial y él le firmó los coches. Uno lo tiene el italiano, otro Márquez y otro yo".

Siete años después, Il Dottore le ha enseñado los colmillos a aquel crío, hoy estrella de MotoGP, para recuperar una corona que creía perdida para siempre. Es una lucha feroz, sin muchos precedentes, contra Jorge Lorenzo, con quien nunca tuvo empatía, y Marc Márquez, sorprendente aliado del mallorquín (corren en equipos diferentes). La temperatura fue subiendo a medida que se acercaba el final del Mundial y en la penúltima carrera, en Sepang, ambos forcejearon en una curva y Márquez acabó en el suelo después de que el italiano, provocándole, le cerrara el paso y soltara la pierna del estribo, según la versión oficial. Otros ven una clara patada.

Aquel incidente no se quedó en el asfalto, sino que se fue inflando más y más. «Bastardo» fue el insulto más fino que le soltó Rossi cuando Márquez le acusó de derribarle. Ahora mismo la tensión es extrema y la empresa Dorna Sports, que explota los derechos del campeonato, ha decidido suspender la rueda de prensa de los jueves, donde se reúnen los aspirantes. El diario La Repubblica comparaba Valencia -la ciudad acoge el domingo el desenlace del Mundial- con Tombstone (Arizona), donde se produjo el famoso tiroteo de OK Corral, donde Wyatt Earp y sus hermanos acabaron con la banda de Los Cowboys. Y se refería a la carrera como a un ajuste de cuentas entre pandillas: pilotos, aficionados y periodistas. Pues todos parecen tomar partido en una disputa más propia del fútbol que del motociclismo.

El odio se ha desparramado por el paddock con un triángulo del que saltan chispas: Rossi-Lorenzo-Márquez. ¿Pero por qué se detestan? Lo que más llama la atención es la inquina surgida entre el nueve veces campeón del mundo y el piloto catalán. Rossi recibió con regocijo la sonada irrupción del nuevo talento de las motos hace tres años. El aspirante no escatimó reverencias y la leyenda replicó con elogios. Más o menos le señaló como su heredero después de haber ninguneado y hasta menospreciado a otros dos españoles: Lorenzo y Dani Pedrosa.

Hasta que el niño dejó de hacerle gracia. En Argentina se tocaron y Márquez acabó en el suelo. En Assen se desató el desafío. En medio de un pulso al límite, Rossi atajó por la chicane y entró primero en la meta. Se excusó argumentando que Márquez le había cortado la trayectoria y no tenía otra opción. El vigente campeón del mundo le contestó con ironía: "Hoy he aprendido de él a hacer motocross". Y luego llegó Sepang y la ya archifamosa patada/no patada.

"Son irreconciliables"

En el box de Rossi (Yamaha) no entienden que Márquez (Honda) trate de ayudar a Lorenzo (Yamaha) con tanto ahínco. Y en el garaje de Márquez creen que el italiano, desesperado porque es su última oportunidad de ganar el Mundial y en la pista va una décima más lento que Lorenzo -se encuentra líder, dicen, más por los fallos de sus rivales que por supremacía-, ha perdido los papeles.

"Su relación es irreconciliable a corto plazo. No sé si con el tiempo tendrá arreglo", explica Ramón Márquez, tío del campeón español horas antes de la gran batalla de Cheste, con las entradas agotadas. El circuito Ricardo Tormo es un territorio poco propicio para Rossi. "Esa pista me da asco", llegó a decir el excéntrico piloto, ganador en Valencia en 2003 y 2004, el último año que logró que sonara Il Canto degli Italiani. Y allí también se produjo el mayor error de su carrera: una caída en 2006 le regaló el título Mundial de MotoGP al estadounidense Nicky Hayden.

A Jorge Lorenzo nunca le abrió las puertas del Rancho, la finca que posee cerca de Tavullia, el pueblo donde defienden a su ídolo con vehemencia. Allí mandó construir un circuito y, un día después de competir juntos en el Gran Premio de San Marino, en Misano, recibió la visita de Márquez para divertirse con el dirt track, un pilotaje sobre una superficie deslizante para entrenar las derrapadas.

El mallorquín fue el primero que zarandeó el trono de Il Dottore y, además, al contrario que Márquez, jamás le rindió pleitesía. Al mítico 46 le molestó mucho que Yamaha, la marca que él y solo él devolvió a la primera línea de MotoGP, colocara a su lado en el box al peor rival, al más competitivo. El primer año, con neumáticos de firmas diferentes, encontró ahí una excusa para levantar un muro entre él y el español. Pero cuando se unificaron las gomas, el de Tavullia, receloso, se negó en redondo a derribarlo.

Rossi se marchó de Yamaha por despecho. Pero cuando dejó Ducati y regresó a la marca del diapasón admitió que le había molestado que ficharan al piloto más rápido. "Después de haber ganado el Mundial en el 2004 y el 2005, después de tantos años en Yamaha, cuando yo estaba pasándolo mal, decidieron que tuviera un compañero de equipo muy fuerte (Lorenzo). Y me enfadé mucho por aquello. Pero ahora me doy cuenta de que me equivoqué. Porque el trato en Yamaha siempre ha sido el mismo con los dos pilotos. Incluso en 2008, cuando llegó Jorge, las reglas eran las mismas para ambos. Y sigue siendo así", señaló en 2014 al portal motogp.com.

"Esta pista me da asco"

Vale nunca ha negado su animadversión hacia Lorenzo y en 2010, en una entrevista con la revista GQ, pidió lo mismo a sus contrincantes. "Dicen Ah, Valentino, mi ídolo de juventud, pero no es cierto, es mentira. Yo soy un obstáculo, un rival, como Biaggi era para mí. Dejadles que digan lo que piensan, me gustaría".

Chicho Lorenzo, el padre del piloto español, lo recordó hace unos días. "(La polémica) Ha sido más por parte de Rossi que de Lorenzo. Rossi ha reconocido que necesita odiar a los rivales para poder luchar contra ellos». Desde el Fan Club de Márquez también señalan con el dedo al toscano. «Han llegado a un momento con todo muy apretado y la presión y los nervios han influido más de la cuenta. Rossi no ha sabido controlarlo. No digo que fuese expresamente a por Marc, pero en ese momento (la patada) se equivocó", lamenta Ramón Márquez, el tío del joven que está barriendo todos los récords de Il Dottore.

Una de las paradojas de este embrollo es que Lorenzo, que el domingo puede lograr su tercer título de MotoGP, parece no pintar nada. Rossi y Márquez acaparan los focos. Del italiano cuentan que está desesperado por temor a que se le escape su décimo (y quizá último) Mundial. Del español, que no quiere que un triunfo de Rossi le aleje de un rey al que persigue destronar de manera obsesiva. Cheste dictará sentencia.

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