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Nico Rosberg tras su paso por la línea de meta.
Un Hamilton en modo maestro minimiza la victoria de Rosberg
gp de bélgica

Un Hamilton en modo maestro minimiza la victoria de Rosberg

El alemán gana el GP de Bélgica, pero el británico acaba tercero tras salir en la 21ª posición

David Sánchez de Castro

Domingo, 28 de agosto 2016, 01:38

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Spa Francorchamps nunca defrauda. El Gran Premio de Bélgica, como casi todos los años, deparó una de las carreras más emocionantes de la temporada, si no la que más, con acción tanto delante como atrás, donde Lewis Hamilton y Fernando Alonso cuajaron dos remontadas épicas, especialmente la del británico, que acabó en el podio.

Tan movida fue la carrera que la previsible victoria de Nico Rosberg quedó casi en un segundo plano. El alemán no ha sacado todo el provecho que podría de un fin de semana que se le había puesto muy de cara merced a esa múltiple penalización que le endosaron a su compañero. Hamilton ha minimizado los daños con un tercer puesto no sólo con sabor a victoria sino casi a campeonato. De los 25 puntos que quería haberle recortado Rosberg a su enemigo íntimo, sólo le pudo morder 10. La actuación de Hamilton fue digna de poner en una academia de pilotaje, si bien el contexto ayudó: la suerte del campeón, este domingo más que nunca, estuvo de su lado.

Ya en la salida se quitaron de encima tres rivales. Un toque que involucró a Max Verstappen, Kimi Räikkönen y a Sebastian Vettel en la primera curva les alejó de la lucha por la cabeza muy pronto. El holandés, que era uno de los grandes atractivos de la carrera, dejó expedito el camino a un Rosberg que de golpe se había quitado a su gran enemigo de este domingo, y a los Ferrari, que deleitaron a los aficionados al drama con un nuevo y grotesco episodio de caos. Aparte del toque entre los dos corredores, a Kimi Räikkönen le tocó vivir en sus carnes un incendio en su coche y un fallo en el cambio del alerón tocado le hizo perder todas sus opciones de podio. No obstante, lo peor llegó justo después.

Tremendo accidente de Magnussen

Todos los pilotos saben que hay un punto crítico en el circuito de Spa Francorchamps: el Raidillon en Eau Rouge. La más mítica de las míticas curvas del espectacular trazado de las Ardenas fue el escenario del golpe más fuerte en la carrera de Kevin Magnussen, cuyo Renault acabó estampado tras perder el control en ese punto. La violencia del impacto hizo temer lo peor, pero el piloto salió por su propio (y lesionado) pie, aunque la bandera roja fue obligada después de unos cuantos giros tras el coche de seguridad.

Esta indecisión de los comisarios fue un factor clave para que tanto Hamilton como Fernando Alonso, que se había enganchado a su rueda en busca de la remontada, parasen en boxes para realizar sus primeros cambios de neumáticos del domingo. En ese momento, Alonso era cuarto y Hamilton quinto, con lo que la bandera roja les dio alas para soñar con una 'machada'. El español no fue rival para el británico, que llegó al ecuador de la carrera en un tercer puesto que le sabía a gloria. Sólo tenía que afianzar esa posición con una estrategia acertada. pero sus mecánicos fallaron. Uno de los gatos hidráulicos que levantaba su Mercedes en la segunda parada se quedó atascado, lo que hizo perder un valiosísimo tiempo a un Hamilton que ya se veía en lo más alto del podio.

El incidente en boxes le obligó a olvidarse de la victoria, pero no del segundo puesto. Ricciardo comenzó a sentir en su nuca el aliento del tricampeón, pero éste decidió cubrir una segura tercera plaza a jugársela por una hipotética segunda posición. En su última parada en boxes, que esta vez fue bien, se cubrió a la perfección de Nico Hülkenberg.

La victoria fue para Rosberg, seguido de Ricciardo y del propio Hamilton, que se mantiene al frente de la clasificación general con sólo nueve puntos de ventaja.

Cara y cruz

La actuación de los españoles fue muy en la línea del resto del fin de semana, aunque esta vez la mecánica respetó a Alonso y no a Sainz. El asturiano demostró que aún tiene redaños para resistir como el granito los arreones de monoplazas teóricamente más potentes, como los Williams o el Ferrari de Sebastian Vettel. Al final acabó séptimo, razonablemente satisfecho dado que partía desde el fondo de la parrilla.

Bastante peor fue lo de un Carlos Sainz que culminó un fin de semana de pesadilla con un abandono. El madrileño, que aprovechó el caos inicial para ponerse en la zona de puntos, acabó antes de tiempo su participación en el GP de Bélgica por culpa de un reventón provocado por los restos de otro monoplaza, que ya le hizo rodar desde la vuelta 1 con un neumático pinchado.

Este resultado ha provocado que McLaren adelante a Toro Rosso en la clasificación general, lo que a la postre puede ser vital para el devenir tanto de Alonso como del propio Sainz.

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