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Marc Márquez gesticula a su llegada al circuito de Sepang, donde este fin de semana se disputa el Gran Premio de Malasia. AFP
«He crecido en la capacidad de  pilotar en cualquier condición»

«He crecido en la capacidad de pilotar en cualquier condición»

«Hasta hace media hora no me había parado a mirar las posiciones que tengo que hacer en función de Dovizioso para ser campeón», explica Marc Márquez Piloto de Moto GP

BORJA GONZÁLEZ

SEPANG.

Sábado, 28 de octubre 2017, 01:01

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«Está claro que sientes algo especial, que no es un gran premio cualquiera, pero no me quiero dejar influir por el hecho de que mucha gente ya da por hecho que aquí se va a ganar el título. Es cierto que es mi único objetivo, y a mí me da igual cuándo y dónde». Marc Márquez afronta este fin de semana su primera oportunidad de cerrar su sexto título Mundial, el cuarto en MotoGP. Un hito histórico para el motociclismo español. «Prometo que hasta hace media hora que no me había parado a mirar las posiciones que tengo que hacer en función del resultado de Dovizioso», confesaba en el arranque de la cita de Malasia, que puede suponer el cierre a un año en el que el de Cervera ha mostrado una gran solidez en la temporada más igualada de la historia de la clase reina.

-De los años que lleva en MotoGP, descontando 2015, cuando terminó tercero, ¿está siendo este el mejor?

-De lo que pecamos un poquito es de que en cada año y en cada carrera nos ponemos a decir: '¡Esta ha sido la mejor carrera! ¡Este ha sido el mejor año!'. Lo que es cierto es que, si miras a nivel de resultados, diría que el mejor fue 2014. Aunque es verdad que allí tenía la mejor moto. Y lo dije ese año y lo digo ahora: ahí tenía una moto superior. Y, sí, gané diez carreras seguidas, pero también porque la moto me ayudaba. El año pasado fue bueno, pude coger ventaja al principio y después gestionarla. Este año el hecho de remontar, de que se rompiese un motor en medio de la temporada, de tener dos caídas y tres ceros en total, hace que me haya tenido que superar en muchas ocasiones y olvidar cosas que sí que me han hecho más fuerte, sobre todo, en pilotar en todas las condiciones. Especialmente en este año he crecido en eso, en pilotar en agua, en seco, en frío... en cualquier circuito.

-A principio de año dijo: «Vamos a necesitar tres o cuatro carreras para que esté todo en su sitio». A partir de Alemania los resultados son brutales. ¿Dónde está la clave de ese punto de inflexión?

-Lo dije en pretemporada y en el inicio de la temporada: necesitábamos, el equipo y yo, cuatro o cinco carreras. Quizás en Mugello pensé 'mmm, demasiado tarde...', porque ya había demasiada desventaja. Pero sí que es cierto también que luego en Montmeló cogí confianza. Hicimos un test de dos días que me ayudó muchísimo, también el del lunes posterior a la carrera, donde la cosa cambió un poco, y vinieron carreras que me fueron muy bien. Como dices, Alemania, por el simple hecho de ganar allí y de tener después un entrenamiento de dos días donde cambiamos bastante el balance de la moto, me hizo cambiar el estilo, me hizo cambiar la confianza, y me hizo cambiar la mentalidad también. Porque me veía con la capacidad de atacar en cualquier circuito.

-¿Y sonriendo? Porque el año pasado confesó que desde su equipo le pedían que sonriera, porque no disfrutaba con su moto.

-(Sonríe) Hombre, al final cuando un piloto empieza tan fuerte como lo hizo Viñales, asusta. Aparte, quieras o no, la gente le hacía campeón y estaba obteniendo unos resultados para serlo. Pero luego vas entendiendo las cosas durante la temporada. En Jerez sufrieron las dos Yamaha, ahí se abrió un poco la puerta y pensé: 'Eh, esto es muy largo, cada circuito es un mundo, hemos llegado a Europa y pueden cambiar mucho las cosas'. Me costó sonreír, sobre todo en Le Mans y en Mugello. Ese fue el momento crítico, crítico, pero tuve la gran suerte de que, ¡pam!, Montmeló me abrió un poco las puertas y luego también, sinceramente, el cambio del neumático delantero de Michelin me ayudó. Todos los pilotos mejoramos aunque quizás yo fui uno de los que más lo sintió. Dovizioso también. El otro (neumático) no te daba esa confianza.

-Tal vez el elemento negativo sean las caídas: 24 en dieciséis grandes premios. ¿Puede encontrar una manera de llegar al límite evitando este riesgo?

-Sí, sí (dice con decisión), y es una de las cosas que me autoexijo y que tengo pendiente de mejorar. Es casi, la principal, más que el pilotaje, o las salidas, o las últimas vueltas. Los deberes que tengo es intentar mejorar eso. Aunque también soy sincero: no puedo salir a pista pensando en 'voy a mejorar en no caerme'. Porque enseguida perderás medio segundo por vuelta. Así que creo que es una cosa que tiene que venir sola. Cuando tienes una moto con la que te sientes a gusto, con la que puedes ir con cierto margen, esto te hace ser igual de rápido pero con un poco más de seguridad. Este año, para ser rápido como lo hemos sido se tiene que apretar desde la primera vuelta del primer entrenamiento libre, hasta la carrera.

-¿Está siendo más difícil pelear contra un rival inesperado como Dovizioso?

-Lo más duro es pelear contra alguien que no tiene la misma presión. Si 'Dovi' gana el Mundial sería una temporada increíble para él y si termina segundo sería una temporada increíble para él. Incluso si termina tercero sería una gran temporada tanto para él como para Ducati. Así que es duro por eso. Lo entiendes cuando hablas con otros, o con los periodistas: yo puedo perder el campeonato, pero él sólo puede ganarlo. Necesitas gestionar esto.

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