Va por ti, Bernat

cheste. A Bernat le hubiera gustado despedirse así. Sobre el asfalto de Cheste, donde en tantas ocasiones había apretado el puño que le entregaba el gas suficiente para arañar una décima. Otra más. Así lo pidió de forma expresa la familia, castigada por un antojo del destino que sesgó la vida del piloto valenciano el pasado 19 de julio. En Laguna Seca, en el estado de California, una terrible salida provocó el impacto entre dos españoles: Bernat Martínez y Dani Rivas. Ambos perecieron sobre el asfalto cuando perseguían el sueño americano, un nuevo capítulo en sus carreras después de tanto bregar en los circuitos españoles.

Mientras los aficionados iban llegando al Ricardo Tormo de Cheste, las autoridades y los pilotos intentaban dar consuelo a los familiares de Bernat, en especial a su hermano Álex, otro imprescindible en las carreras de la Comunitat. Esas en las que Bernat se forjó mientras se iba haciendo hueco en el motociclismo profesional. «Todos sabemos de dónde viene Bernat, de dónde ha salido», decía Álex mientras se dirigía entre lágrimas a las más de mil personas congregadas en el 'paddock' del circuito de Cheste.

De fondo se escuchaban los soplidos de algún tubo de escape. Algún amigo de Bernat, de esos que acompañaron el coche fúnebre desde Alberic, pueblo natal del piloto, hasta Cheste. «Tengo que deciros que los dos hermanos Martínez eran muy queridos en este circuito. Traté bastante a Bernat, al que le movía la pasión por la moto. Sólo alguien así emprende un nuevo camino a los 33 años para hacer las Américas. Y lo hace bien», explicaba el director del circuito, Gonzalo Gobert, poco antes de dedicar un sentido minuto de silencio.

Héctor Faubel, uno de los que por edad más tiempo coincidió con el de Alberic en competiciones, tomó la palabra en nombre de todos los pilotos presentes. En Cheste estuvieron Nico Terol, 'Champi' Herreros, Juan Bautista Borja, Gino Borsoi, Julián Miralles, Álex Debón o el mundialista Jorge Navarro. «Lo conozco desde la infancia. Tanto él como sus hermanos y yo crecimos juntos en las calles de la Comunitat... Bernat era un currante de la moto dentro de una familia apasionada por el motor», destacó el edetano.

En un acto sencillo pero muy emotivo, en el que el sol fue ganando terreno a las nubes y la lluvia, no faltó el vicepresidente de la Federación Española de Motociclismo, Alfredo Teré de la Rosa. Ni tampoco el conseller de Educación, Cultura y Deportes, Vicent Marzà. Él fue el encargado de entregar a la familia de Bernat el libro de condolencias en el que habían escrito pilotos, autoridades y aficionados. «Bernat era un deportista de los que se esfuerzan, de los que dignifican el deporte. En mi familia hay gente que lleva gasolina en las venas y les pregunté por él. Todo eran alabanzas hacia Bernat. Era un grandísimo campeón de nuestro territorio», culminó el conseller, quien recordó al mismo tiempo la figura de Dani Rivas y agradeció la presencia de los aficionados que llegaron desde fuera de la Comunitat.

El momento álgido del homenaje estaba por llegar. Y así lo anunció Gonzalo Gobert. Pidió a los más de 500 moteros que escuchaban con atención cada palabra que encendieran los motores para iniciar la vuelta al Ricardo Tormo. El coche fúnebre se adelantó, y a partir de ahí se vivieron los instantes más emocionantes del tributo a Bernat Martínez. Una mini-moto comandó al medio millar que circulaban a una velocidad de crucero. Los familiares observaban la comitiva compungidos pero satisfechos: si Bernat debía despedirse, lo haría sobre el asfalto de uno de los circuitos que más le había visto rodar.

Al finalizar los 4.051 metros del Ricardo Tormo, se escuchó un sonoro aplauso y tanto el coche fúnebre como las motos que le acompañaban abandonaron la recta principal del trazado valenciano. La comitiva se marchaba hacia Alberic, donde a las 11 estaba prevista la misa funeral del piloto. Allí esperaban, entre otros, Jorge Martínez 'Aspar'. «Fue un piloto muy valiente al que le gustaba arriesgar en las carreras», dijo el alzireño sobre el '76'. «Nos ha dejado un campeón mundial, un gran amante del motociclismo», se lamentaba 'Champi' Herreros.

El mejor resumen al acto de homenaje hacia Bernat, que sólo tenía 35 años, lo pronunció su hermano Álex. «De corazón os puedo decir que si nos estuviera viendo, estaría muy contento de todos vosotros. También de la familia de Alberic, de la de Crevillent. Muchas gracias a todos los que nos habéis ayudado», zanjó. Las calles de Alberic fueron testigo de los últimos aplausos de cariño hacia el piloto. Los de sus vecinos, orgullosos del ilustre que no supo entender su vida sin el motociclismo. Va por ti, Bernat.