Una tradición peligrosa

Cheste se gestó en decenas de carreras entre balas de paja y a escasos centímetros de bordillos de acera. Jorge Martínez 'Aspar' y Manuel 'Champi' Herreros aún recuerdan esas peligrosas pruebas, de pueblo en pueblo, en las que se iniciaron como pilotos. En esos trazados urbanos nació también la leyenda de Ricardo Tormo. Hay día, ya entrado el siglo XXI, los románticos de las dos ruedas quieren rendir tributo a esos orígenes con carreras como la que el domingo costó la vida a Timothy Hector Swinscoe en Algemesí. Profesionales y aficionados saben que se trata de una tradición peligrosa, en la que hoy día casi nunca pasa nada. Pero en ocasiones, se dan todos los condicionantes para que una caída acabe en tragedia.

Eso ha ocurrido desde que se inventaron las carreras urbanas. Ramón Torras, un prometedor piloto que iba para estrella, dejó su vida sobre el asfalto de un municipio de El Vendrell al caerse de su Bultaco. Aquello sucedió en 1965 y desde entonces han sucedido de forma puntual tragedias como la de Algemesí.

La nueva alcaldesa de la localidad de la Ribera, Marta Trenzano, aseguró ayer que revisará las medidas de seguridad para el evento que costó la vida a Swinscoe. La prueba, según relataron ayer fuentes federativas, cumplía esos requisitos, con balas de paja a lo largo de todo el trazado y refuerzos en los lugares más peligrosos. Además, el Club Deportivo de Motociclismo Sant Onofre, organizador del evento, disponía de un seguro de responsabilidad civil y los 73 pilotos inscritos debían tener su respectiva licencia.

La carrera de Algemesí se encuentra dentro del Campeonato Tradicional Valenciano de Velocidad, que además de esta cuenta con otras cuatro citas: una ya celebrada en Benifaió, una en L'Algenya, otra en Xàtiva (muy consolidada y que tiene lugar durante la Fira d'Agost), y otra todavía por determinar.

En este certamen hay tres modalidades, y se pretende mantener vivo el origen del motociclismo. «De ahí salimos una generación de pilotos, Aspar, Tormo y yo. Nosotros luego luchamos por que hubiera una instalación como el circuito de Cheste. Ahora hay unas medidas de seguridad brutales, pero nosotros empezamos en circuitos urbanos», señaló ayer Manuel 'Champi' Herreros: «Accidentes siempre ha habido, pero ahora las medidas de seguridad son mucho mayores. Los cascos, los monos, las botas y, sobre todo, los neumáticos. No tienen nada que ver con los que utilizamos ahora. Además, esas motos no alcanzan grandes velocidades».

Mientras tanto, el mundo aficionados sigue en estado se shock por lo sucedido a primera hora de la mañana del domingo en Algemesí. La Federación Valenciana de Motociclismo publicó ayer un comunicado de condolencias a la familia por el fallecimiento de Swinscoe.

El piloto aficionado de 54 años y origen británico residía en Orba y solía acudir a entrenarse al moto club de Albaida. El fallecido será enterrado el viernes. En la jornada de ayer circuló un mensaje por las redes sociales en que un portavoz de la viuda convocaba un homenaje para el fallecido durante su funeral, a las 13 horas: «Que podamos juntar todas las motos posibles y durante un minuto hacer todo el ruido posible para darle el último adiós».