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Libre Sancho, Liu Jing y José Manuel Barroso, en LAS PROVINCIAS. :: damián torres
El mejor golpe de efecto

El mejor golpe de efecto

El equipo de José Gómez asciende a Superdivisión de ping-pong y busca otro recinto: «He hecho mi sueño realidad. Pensaba que era inalcanzable»

ALBERTO MARTÍNEZ

Sábado, 20 de mayo 2017, 23:36

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Libre Sancho aprovechaba la mesa de ping-pong que había en la iglesia de la que era pastor su tío. Incluso se celebraba un torneo. «Jugábamos todos ahí y gané. Entonces me enteré de que mi primo jugaba en un equipo de Alicante, así que fui a verlo. Vi lo que era y me gustó. El primer año, disputé el Campeonato de la Comunitat», recuerda. Tiempo después, en Barcelona, José Manuel Barroso tenía un flechazo. «Jugaba a fútbol en el Badalona de División de Honor y tenía un buen nivel. Organizando un armario, me encontré una pala que le habían dado a mi padre en el banco. Me fui al parque a jugar con mis amigos de toda la vida. Algunos de ellos jugaban en clubes y me dijeron que fuera a mirar. Cuando llegué y vi cómo entrenaba la gente y lo que yo podía conseguir, dejé el fútbol. Me enfadé con mi padre, pero no quería hacer nada que no fuese jugar a esto. A partir de ahí, empecé a entrenar y a ver vídeos a todas horas. Encontrarme una raqueta ha significado mi vida. Porque ahora es mi vida», admite el joven. A casi 9.000 kilómetros de distancia, Liu Jing demostraba su talento. «En China, estuve en la selección juvenil. Conozco a muchos chinos que juegan por todo el mundo. Un amigo me dijo que un club de Granada necesitaba entrenador y jugador. Yo, en ese momento, no tenía trabajo fijo en China y decidí venir a España», relata el asiático. Estos tres deportistas se alzan como los artífices de la reciente gesta del Mediterráneo, que se ha convertido en el primer equipo valenciano en escalar a la máxima categoría nacional del tenis de mesa. José Gómez ha sabido guiarles hacia la gloria.

El pasado fin de semana, en el pabellón de la Fuente de San Luis, se disputó la fase de ascenso a Superdivisión. Y el Mediterráneo consiguió un billete para la élite. «En la historia de la competición, sólo ha habido dos equipos de la Comunitat en la máxima categoría. Sobre los años 70 estuvo el Alcoi. Y hace 20 años, el Alicante», destaca José Gómez, entrenador del conjunto valenciano.

El Mediterráneo está experimentando un crecimiento meteórico. En los últimos seis años, ha protagonizado tres ascensos. «He hecho mi sueño realidad. Yo pensaba que era inalcanzable formar un equipo masculino y llegar a la Superdivisión», admite. José Gómez, quien también ejerce como presidente de la Federación de Tenis de Mesa de la Comunidad Valenciana, se siente orgulloso del grupo que ha configurado. Y eso que, habitualmente, cada jugador entrena por su cuenta: «Lo bueno es la comunión que tienen entre ellos. Son más amigos que compañeros».

Liu Jing ha sido partícipe de los tres ascensos. «Llevo 12 años en España. Vine por el ping-pong. Estuve un año en Granada, tres años en Alicante y al final me he quedado en Valencia», señala el jugador oriental, quien trabaja en el puerto. Tiene dos hijos, por lo que apenas dispone de tiempo para entrenar. Además, escribe en mandarín en un periódico que se publica en España y que va dirigido a sus compatriotas. En China, el tenis de mesa es el deporte rey.

Libre Sancho, cuando tenía 16 años, conoció a Liu. Incluso ha visitado su casa de China para realizar entrenamientos de perfeccionamiento. En División de Honor, donde ha competido el Mediterráneo durante la última temporada, la gran mayoría de los jugadores cobran. «Puedes vivir de esto mientras juegas profesionalmente, pero no te deja rentas para cuando te retiras», señala el alicantino.

El último en llegar al equipo fue José Manuel Barroso, el benjamín del grupo. Aunque esta temporada ha sufrido un duro revés. «Tuve un accidente de moto y estuve dos meses parado. Volví y me costó engancharme. Tuve daños en las cervicales y en un hombro, pero ahora estoy mucho mejor», destaca el de Picanya, quien ha residido 14 años en Cataluña.

El Mediterráneo busca un nuevo recinto. «Desgraciadamente, en la ciudad de Valencia, sólo podemos jugar en la Fuente de San Luis. Es una sala que está en el sótano. Cuando hay eventos de mayor categoría, no podemos jugar. Esta sala vale para División de Honor, pero para Superdivisión no sirve. Ya hemos hablado con el Ayuntamiento para ver si podemos utilizar algunas instalaciones con pista de baloncesto o balonmano para tener las dimensiones oportunas», avisa José Gómez. El club ha dado un salto histórico y se duplicará el presupuesto. Ya prepara un fichaje de campanillas. Y ha puesto el punto de mira en China, la cuna del ping-pong.

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