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Sergio García y Angela Akins, a su llegada al club. :: d. torres
Angela Akins, la guía susurrante del campeón de Augusta

Angela Akins, la guía susurrante del campeón de Augusta

M. R.

Miércoles, 26 de abril 2017, 00:14

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Sergio llega a las 11 y pocos minutos al Club de Campo del Mediterráneo. Lo hace de la mano de su novia, Angela Akins. Cogidos de la mano. La norteamericana reacciona antes. Dibuja una sonrisa justo una décima de segundo antes de que la horda de fotógrafos empiecen a disparar. Susurra algo al oído de su prometido, antes de soltarse y dejarlo solo ante el peligro.

Vuelve a acercarse un instante después de que le lancen los primeros vítores. Para observar el mural que sus amigos y la gente del club han preparado en su honor. Para volver a decirle algo a un milímetro de distancia. No borra un instante la comedida sonrisa. Cuando Sergio García toma asiento para la rueda de prensa, Angela Akins hace lo propio en una discreta mesa al fondo de la sala, entre los padres del campeón de Augusta.

Permanece allí, paciente, la casi hora y cuarto que dura la comparecencia. Apenas gesticula, ni cuando su novio admite que ella ha sido pieza clave para conquistar la chaqueta verde. A Sergio García le apuntan que la mitad de la preciada prenda es de Angela. «Bueno, habrá que cortarla», bromea. «Sin duda me ha ayudado mucho, pero no es la única. Mi equipo, mi familia, la suya... Sin duda ha puesto de su parte, pero al final el que da los golpes soy yo. Siempre es importante tener cerca gente que te quiere y te apoya», apunta.

Sergio García recuerda el apretón de mano de Angela previo al desempate en el Masters. El 29 de julio, ambos volverán a unir sus manos. Será en la boda, que se celebrará en el rancho del padre de ella. «La chaqueta verde aparecerá, pero no será la que llevaré cuando nos casemos», comentó, enigmático, el golfista.

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