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Néstor Abad, en plena competición durante esta temporada.
El gimnasta que dio  con sus huesos en Río
CAMINO A RÍO

El gimnasta que dio con sus huesos en Río

Néstor Abad

MOISÉS RODRÍGUEZ

Lunes, 25 de julio 2016, 21:57

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Alcoi y Cottbus. Estas son posiblemente las ciudades más importantes para Néstor Abad. En la primera, nació, conoció a su mujer y creció hasta que la gimnasia, su gran pasión, le obligó a emigrar a Madrid. «Es que allí están los grandes entrenadores. Si quiero competir a primer nivel no puedo prepararme yo solo. Los del equipo nacional estamos allí, y algunos en Barcelona», comenta. En la ciudad centroeuropea pensó por primera vez en la retirada. «Pero a las tres horas ya estaba centrado en recuperarme», matiza. La primera vez que se rompió la rodilla se quedó sin los Juegos de Londres. Meses después, en el inicio del siguiente ciclo olímpico, Abad volvía a competir pensando en Río. Su progresión quedó de nuevo cercenada. En Cottbus, donde luego reapareció a principio de 2015.

«Fue algo extraño volver allí, pero yo me centré en competir», recuerda. Hasta hoy. En año y medio, Néstor Abad se ha reconstruido a sí mismo y ha sido capaz cumplir su sueño, el de estar en unos Juegos Olímpicos. «Londres me lo perdí por mi primera lesión de rodilla. Me lo imagino como una fiesta, porque es en la única competición en la que no he estado. He participado en el Europeo, en el Mundial, hasta en los Juegos junior... esto es lo que le falta a mi currículum», argumenta: «Está claro que la villa debe ser impresionante, pero lo que más espero disfrutar es la competición».

Néstor Abad se siente ahora más seguro. Le han curtido las lesiones. Se conocen la dos de rodilla. Las más duras, pero no las únicas. Se entrena seis horas al día, a lo que él añade un trabajo extra. «Hago ejercicios antes de los entrenamientos para prevenir las lesiones. La alimentación también influye. Como poca grasa, muchas frutas y verduras, prefiero el arroz sobre la pasta... pero cada deportista es un mundo», afirma. Se ha lastimado el codo, las muñecas, la clavícula... Claro está, después de Río quiere estudiar osteopatía: «Con el Preolímpico lo había aparcado, pero es algo que me interesa. En el futuro, cuando me retire, me gustaría ser entrenador, poder transmitir lo que he aprendido todos estos años», asegura.

Pero da la sensación de que queda tiempo para ello. Néstor Abad tiene pensado llegar a Tokio, y más después de que el equipo masculino de gimnasia quedase fuera de Río. «Fue una pena porque habíamos trabajado mucho, pero lo teníamos complicado. Somos un grupo joven y quizás esa falta de experiencia cuenta», comenta el alcoyano. Él sí. Fue seleccionado después de proclamarse por segunda vez consecutiva campeón de España este mismo mes.

Acompañará a Ray Zapata como únicos gimnastas en Río. Es el culmen de un sueño que empezó cuando jugaba entre colchonetas. Un día quiso probar con el fútbol. «Era el deporte que practicaban todos mis amigos. No me gustaba y duré tres días. Pedí a mi madre que me apuntara de nuevo a gimnasia. Me pasó lo mismo con el kárate», señala.

Desde entonces nada ha podido pararle. Iba todos los fines de semana a Alicante, pues en Alcoi no había gimnasio para sus entrenamientos. Le convocaron por primera vez con la selección con 14 años, pero fue con 17 cuando fue consciente que iba a ser profesional de un deporte que empezó siendo un juego para él. «Al principio veía el gimnasio como un gran parque de atracciones», señala. Su mujer, su familia, sus primeros entrenadores, todos juntos celebraron hace pocos días que ese niño haya vencido a las lesiones para convertirse en deportista olímpico.

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