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Kim López, en un jardín del complejo de Valencia donde reside.
Kim López, el lanzador que surgió de las aguas
CAMINO A RÍO

Kim López, el lanzador que surgió de las aguas

Kim López había logrado medallas en natación cuando se pasó al atletismo: «La piscina es aburrida, todo el rato ves lo mismo»

MOISÉS RODRÍGUEZ

Lunes, 16 de mayo 2016, 00:04

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valencia. Kim tiene un tatuaje en el dedo índice de su mano derecha. Una bala con la H de 'hermanos' en el centro. «Igual se ve demasiado, pero no me la voy a quitar. Representa a mi gente, porque cada uno se desperdigaba, pero tenemos claro que si en algún momento nos necesitamos, ahí vamos a estar», afirma. Se define a sí mismo como un chico de la calle: «Mi hermano siempre me llevaba encima, como un llavero». Valora cada minuto que pasa con su familia o con sus amigos: «No necesito mucho, con salir de casa y charlar con ellos, me siento feliz». Pero aquello hubo un tiempo en que le gastó una mala pasada.

  • uSilla. El pueblo en el que nació y creció, eso sí, los años en que no estuvo en internados.

  • uMiopía magna. Su enfermedad, por la que compite como deportista adaptado en la categoría F-12. Es hereditaria y la padece su abuela y sus tías. «De tres hermanos me ha tocado a mí. Soy el más rechoncho, pero también el más simpático», bromea.

  • uÉxitos en 2015. Plata en disco y bronce en peso, en el Mundial disputado en Doha.

«Estuve por lo menos seis años en un internado de Alicante al que me enviaron porque era muy mal estudiante. Mi carrera empezó allí», admite Kim López. «Al principio creía que mi madre no me quería, pero ella lloraba todos los días porque no estaba en casa». Luego, ya de más mayor, probó a regresar a Silla: «Yo mismo me di cuenta de que no podía seguir así. Me saltaba las clases, así que me marché a Madrid, que además allí está el centro de alto rendimiento».

Por aquel entonces practicaba natación. Había ganado un par de medallas de plata y otras dos de bronce en el Mundial junior. No se le daba mal. A decir verdad, Kim López ha tenido siempre habilidad para los deportes: «Estuve un año en un equipo de fútbol sala y fuimos campeones de España». Pero lo suyo era el atletismo. Lo descubrió de casualidad. «Un amigo me retó a ganarle en la piscina, él nadando con aletas. No se lo podía creer cuando yo fui más rápido. Él hacía disco y me dijo que ahí me iba a pasar por encima. No había lanzado nunca y también le gané», recuerda.

El entrenador del chaval propuso a Kim López quedarse y ahí está. «La piscina es aburrida, todo el rato ves lo mismo. Al principio me llamaba más el salto de longitud, pero ahora para mi los lanzamientos son lo máximo. Te haces rápido, fuerte y potente», sostiene. En su primer Mundial, se llevó sendas medallas de oro en peso y disco.

La de Kim López es otra historia de superación. El chico de la calle ha de convivir también con una miopía magna. «En el último año me ha aumentado una dioptría. Sólo acudo a la óptica para que me gradúen las gafas y las lentillas. No voy al médico porque no quiero que me pongan fechas. Si me quedo ciego, ya aprenderé a vivir así. Hay personas especializadas que te ayudan y la gente en general es buena», indica: «Me preocupan quienes se quedan en casa sin hacer nada. Aunque no debo hacerlo, yo he conducido un coche. ¡No iba a irme al otro lado sin saber qué se sentía!».

Indomable y competitivo. Así es Kim López, al que muchos han intentado colgar ya el cartel de sucesor de David Casinos: «Eso son palabras mayores. Ojalá consiguiera las medallas que tiene él. Puede chapar su casa en oro». Pero se muestra ambicioso. De cara a estos Juegos y al futuro: «Yo en Río no quiero bajarme del podio. Y a Tokio, por supuesto que pienso en ir».

Máxime cuando, entre decisiones de seleccionadores y cambios de normativa, se quedó fuera de los Juegos de Londres cuando ya había estado preparando el lanzamiento de disco. Este verano, buscará la medalla en peso, donde tiene marca para subirse al cajón.

A principio de junio irá en el Europeo, que se celebra en Italia. «Quiero notar la presión de lo que es competir. Estoy entrenando bien, pero me está costando. Nosotros valemos esa hora, si no consigues medalla no eres nadie», lamenta Kim López, que cuenta con el respaldo del Proyecto FER, el Plan ADO y una empresa de suplementos alimenticios: «Yo vivo del atletismo. No súper bien, pero me mantengo. Tengo que compartir piso».

Por el momento, Kim López se dedica a entrenar. «Ya te digo que soy muy mal estudiante. Trabajo duro, pero luego me siento incapaz de encerrarme toda la tarde en un cuarto a leer. Soy callejero», bromea. ¿Y el futuro? Primero Río, luego ya se verá. «También soy muy positivo y creo que me va a ir bien. Tengo a mi gente, a mis amigos y seguro que habrá algún proyecto. Pero todo va a depender de lo que haga este verano en los Juegos».

la marca que ha conseguido entrenando. Considera que si es capaz de lanzar a esa distancia en Río, tendrá medalla.

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