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«La idea de Pelayo es buena y necesitamos un aliciente en el raspall»
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«La idea de Pelayo es buena y necesitamos un aliciente en el raspall»

José Francisco García 'Moro', pilotari profesional de raspall

Moisés Rodríguez Plaza

Lunes, 7 de marzo 2016, 00:07

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José Francisco García 'Moro' ofrece un discurso de autor. De pilotari curtido por sus 45 años de vida y 27 de profesional. No se esconde ante los temas controvertidos que rodean al raspall, como es la propuesta a los trinqueters para convertir Bellreguard en la Catedral de esta modalidad, o la polémica de hace un año con la aparición de la empresa A ma pilota. Aboga por una convivencia con la escala i corda y por romper las fronteras geográficas que limitan a ambas disciplinas.

¿QUIÉN ES JOSÉ FCO. GARCÍA?

  • En el trinquet

  • Alcántera del Xúquet Su pueblo, empezó a jugar en la calle.

  • Villanueva de Castellón Trinquet en el que debutó.

  • 27 años Los que lleva como profesional a sus 45 primaveras.

  • Fuera del trinquet

  • Cespiva Imparte clases de tecnificación de raspall.

  • Moro El apodo de su padre. «Me dicen José y ni me giro».

  • Núria y Nerea Sus hijas gemelas. «También juegan a pilota».

«Debemos jugar en todos sitios. Desde siempre ha habido comarcas en que se juega a diferentes modalidades y parece una barrera que no podemos atravesar. Si en Guadassuar y Bellreguard juegan a escala i corda, ¿por qué no podemos hacerlo a raspall en Pelayo», sostiene Moro, quien subraya: «Las dos modalidades son espectaculares, hay gente que ni siquiera ha visto una de ellas». Desliza como idea que la Catedral organice ocasionalmente partidas de raspall: «No todas las semanas, pero creo que sería una buena idea». Dentro de dos miércoles habrá una dentro del Festival de Falles en que se podrá testar la idea del mitger.

El veterano pilotari defiende la idea lanzada por los profesionales del raspall, precisamente para convertir Bellreguard en el trinquet de referencia de esta modalidad al estilo de Pelayo. «Llevamos un año de cambios, pasamos de estar sin nada a tener contratos. Era una solución muy buena para nosotros, sobre todo tener un sueldo seguro y cuando nos lesionamos tener algo en que agarrarnos. Daniel Sanjuán (presidente de la Federació) se empeñó y creo que es muy acertado. Tampoco podemos estar tan pendientes de la administración. Hemos de ver si podemos encontrar patrocinadores porque con el dinero público siempre surgen problemas», señala el Moro. «Hemos hablado con los trinqueters. Al haber acuerdos de las instituciones dejamos un poco de lado los premios a la corda. Nos quita un poco el aliciente, aunque nuestra obligación sea pegarle. La idea de Pelayo del 20% de la recaudación para los jugadores es buena. Los resultados se están dando. Dejamos las apuestas y las propinas de un lado y nos centramos en la partida», resalta el pilotari.

José García considera que las reticencias de los trinqueters se deben más a no aceptar que Bellreguard pueda elegir siempre antes que a la obligación de dar un premio cuando tengan prioridad en la rueda: «Hemos notado que la afluencia de público ha bajado. Hemos caído en una monotonía y creo que necesitamos un aliciente. Queríamos hacer esto en Bellreguard porque es un trinquet que se llena. Si hacemos eso, elegiría antes y los demás estarían en tercer lugar. Entendemos que el resto estén molestos. Hemos hecho una propuesta y ahora ellos han de contestar. No será fácil, pero los jugadores estamos unidos».

Hace un año, otra propuesta convulsionó el raspall profesional. Fue la aparición de la empresa A ma pilota, donde Waldo era una de las caras visibles, y que aspiraba a gestionar el día a día: firmó con los jugadores y su idea era cobrar a los trinqueters por organizar las partidas. «Fue una idea que surgió en un momento en que estábamos desengañados. Pienso que era buena en su momento, pero no es como ahora, no teníamos contrato. A lo mejor nos equivocamos en muchas cosas. Yo firmé porque pensé que era lo correcto, pero creo que nos precipitamos. No me arrepiento de nada», argumenta Moro, quien considera que después de aquello se enrareció el ambiente en el raspall.

Como los pilotaris de la escala i corda, cree que la televisión autonómica es vital para una mayor repercusión de la pilota. «Sólo el hecho de que se emita una partida y la gente en la calle te diga que te vio, lo es todo. Ahora voy a colegios y hay niños que no saben de qué estoy hablándoles. No puedo decirles que miren la tele el domingo».

También considera que hay otros estamentos que tienen su cuota de culpa en la escasa difusión del deporte autóctono. «Hay colegios que incluso he ido y un minitrinquet y lo usan de almacén. Tienen colchonetas, les digo que las apilen en el campo de fútbol... me dan la razón, pero al año siguiente, las colchonetas siguen en el mismo lugar», lamenta. Él pone su granito de arena con las clases que imparte en el Cespiva: ya ha decidido jugar una partida semanal, no disputar más la Lliga y centrarse en ello.

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