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Miguel, en la escala mientras un grupo de escolares dan clase en Pelayo. :: irene marsilla
«Leí que Pelayo cerraba y me hacía cruces. Es como si tiraran Mestalla»

«Leí que Pelayo cerraba y me hacía cruces. Es como si tiraran Mestalla»

Miguel Barberá, que encarnó al pilotari Jaume de L'Alqueria Blanca, argumenta «La serie vino bien. La gente empezó a coger afición y había niños que querían jugar porque en sus casas veían una serie de pilota»

MOISÉS RODRÍGUEZ

Miércoles, 2 de marzo 2016, 21:29

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«¿Si volvería a actuar en 'L'Alqueria Blanca'? Por supuesto». Lo dice Miguel Barberá, aunque quizás el lector lo identifique más como Jaume, el pilotari de la inolvidable serie que reconstruía la sociedad valenciana de los 60. Ahora está sumido en un nuevo proyecto diferente a la interpretación, relacionado con el retoque digital para campañas publicitarias. Pero habla con pasión tanto del mundo profesional que le ayudó a construir el personaje como de la obra televisiva que le cambió la vida.

«Bueno, en el casting conocí a Nani (Jiménez, la actriz que encarnó a Assun Falcó) y seguimos juntos hasta hoy», comenta con una sonrisa. Gran defensor de las costumbres de la Comunitat, el papel de Jaume le ayudó también a conocer el deporte autóctono. «A nivel mundial, a pelota juegan los valencianos y los vascos. Se debería defender mucho más, es un deporte muy de costumbres», afirma.

Todavía recuerda el día en que ya le habían adjudicado el papel de Jaume. Indagó. Se compró ropa parecida a la que usaban los pilotaris de hace más de medio siglo y se pasó por Pelayo. «Hablé con Fredi. No tenían por qué confiar en mí, pero desde el primer momento me abrieron las puertas. Había partida aquella tarde. Enseguida estaba con los jugadores en el vestuario. Recuerdo que ese día jugaban Álvaro y Víctor. Me enseñaron cómo se preparaban las manos, me dieron pelotas... fui a Genovés y David Sarasol me permitió consultar libros. Se portaron genial conmigo», señala Miguel Barberá, quien añade: «Aquella tarde coincidí con Paco Gómez Diago, que era el guionista de la serie. Él ya sabía que yo iba a hacer de Jaume. Llegó a ser un padre para mí».

Hasta ese momento, su relación con la pilota era la de lector de periódicos. «No estaba enterado al 100%. En Castellón no despierta tanto interés. Hasta que no hice la serie, no entendí lo que tenemos en Valencia, creo que debemos defenderlo más», sostiene. Y en su discurso se destapa como firme paladín del deporte autóctono: «Esto es nuestro, una actividad milenaria que no se puede perder. En la escuela me enseñaron voleibol, balonmano, yo jugué a baloncesto... En el instituto hice hasta béisbol y dices: '¡Tío, que esto es nuestro!'. Es un deporte muy de costumbres en el que realmente ves gente honesta, gente que es muy de la tierra», indica.

Miguel Barberá compara la pilota de la época de 'L'Alqueria' con la actual. «Ahora está mejor a nivel de deporte. Se ha profesionalizado mucho. Entonces se manejaban más cosas por bajo con el tema de las apuestas. Aún así, es un deporte de valientes y en esa época era muy duro, sacabas poco si no eras una máquina». El actor cree que la serie benefició a la pilota: «La gente comenzó a coger. A los niños les apetece jugar a pilota porque su familia disfruta viendo una serie de pilota. Es como si vas con tu hijo a Mestalla. El niño quiere ser futbolista. La pilota y nuestra profesión necesitan una televisión de verdad».

Para defender lo nuestro. Las raíces valencianas. Y en ese sentido pone un ejemplo, esta vez relacionado con la serie que le encumbró: «Hace poco un chico que trabajaba en una obra en Loriguilla me reconoció. Empezó a hablarme en valenciano y a cantar la canción de 'L'Alqueria'. Era rumano». Miguel Barberá se posiciona claramente a favor de reabrir la televisión autonómica: «Lo pasé mal, nunca pensé que llegaríamos a eso. La imagen del fundido en negro de Canal 9 fue demoledora. Ha de volver por lo nuestro, no por las películas del Oeste. Debemos documentar nuestras costumbres. Si no hay tanto dinero para las series, da igual, hay que hacerlas con el presupuesto que se tenga. Hay gente que piensa que esto no es tan importante como la sanidad o la educación, pero series como 'L'Alqueria Blanca' sí tienen que ver con la educación».

Cuando a Miguel Barberá se le habla de los problemas que atraviesa la pilota, se muestra de nuevo claro. «¡A los jugadores hay que pagarles! Es nuestro deporte», proclama el actor. Este verano, cuando estaba en peligro el trinquet donde entró por primera vez para construir el personaje de Jaume, no se lo podía creer. «Cuando leí que Pelayo cerraba, me hacía cruces. Es como si de la noche a la mañana, tiraran Mestalla. Algo así no se puede perder. Hay que reformarlo, tenerlo siempre bien», indica.

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