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Cristina Alonso y otros alumnos, ejercitándose en la playa. :: Eva Pavía
La esgrima vuelve a sus orígenes
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La esgrima vuelve a sus orígenes

Nadie cobra en el club, ni el maestro Orduña, que abandonó la Sala d'Armes València para impulsar un ambicioso proyecto junto a sus alumnos

ALBERTO MARTÍNEZ

Lunes, 2 de noviembre 2015, 00:18

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valencia. La historia cuenta el estrecho vínculo entre la esgrima y el Cabanyal. Allí, junto a los embarcaderos, Valencia descubrió esta lucha con armas blancas. Eran los orígenes. Pero la técnica carecía de un sentido deportivo. Estaba dirigida a la protección de los marineros, quienes aprendían habilidades útiles para plantar cara al enemigo. Siglos después, nació la versión competitiva. Una larga tradición que defiende a capa y espada el club Marítim.

José Manuel Orduña se alza como el principal impulsor del nacimiento de la Sala d'Esgrima Marítim València. Él, como experimentado maestro, decidió que el Cabanyal necesitaba volver a contar con un club. Así que se puso en marcha.

«La esgrima ha tenido siempre raíces en el Cabanyal, de los pescadores cuando salían al mar para ir a las zonas del norte de África. Según me contó mi maestro, aquí se trabajaba la esgrima de alpargata, bastón y navaja. Ese es el origen de la esgrima en los barrios marítimos. Era defensa personal, enseñar a los pescadores a defenderse en los puertos. Pero a principios del sigo XX derivó en la esgrima deportiva. Muchos clubes son originales del Cabanyal», explica Orduña.

Este valenciano, licenciado en Derecho, está muy ligado al barrio. El club Marítim, fundado el pasado mes de mayo, cuenta ya con unos 30 alumnos sumando todas las categorías, desde infantiles a sénior. El proyecto arranca con fuerza.

«Nosotros formábamos parte de la Sala d'Armes València, que estaba en el polideportivo del Cabanyal. Hace unos años este club se desplazó a Benimaclet porque le ofrecieron unas instalaciones deportivas de alto rendimiento. Toda la gente somos del Cabanyal y echábamos de menos el barrio. Había diferencias de opinión y de planteamientos. Yo, como maestro, con mis alumnos y los padres, decidimos montar otra cosa, con otra misión. Queríamos volver al barrio, que es el que nos ha visto crecer. Pensamos que tenemos que estar aquí porque es nuestra casa y hay que recuperarlo», apunta Orduña.

En el Cabanyal también se encuentra el club Ágora, pero dispone de una actividad mucho menor. En la ciudad, al margen del Marítim y la Sala d'Armes, hay tres equipos más: el Esgrima Valencia, el Mediterráneo y el Dinamo de Valencia.

El presidente del Marítim, Benito Fidalgo, tiene un reto: «Nuestra idea es incluir el club en el entramado social del barrio y que haya más gente que participe». Incluso cuenta con el soporte económico de negocios de la zona: «Unos 20 comercios han hecho pequeñas aportaciones. Entre eso y las cuotas hemos conseguido salir adelante. Pero la idea es ser más grandes y tener acceso a unas instalaciones mejores». De momento, se entrenan en el polideportivo Doctor Lluch, gestionado por la Federación de Tenis de la Comunidad Valenciana.

«Cuando el maestro propuso la idea, casi todos los alumnos se vinieron con él», destaca Fidalgo. En la esgrima existen tres modalidades: sable, florete y espada. El Marítim, de momento, se centra en la última especialidad. Orduña, quien imparte clases de 1999, ha sido campeón de España en infantil y cadete.

El Marítim tiene en sus filas a talentosos tiradores, como Fran Valero, Toni Carles, Pepe Ivars o Cristina Alonso. La asturiana, quien ocupa el décimo puesto en el ranking nacional femenino sénior, se marca un objetivo: «Me gustaría lograr una medalla en el Campeonato de España». Dentro del club, también ejerce las funciones de vicepresidenta, técnico y árbitro. Por ahora, todos trabajan de forma altruista.

Cristina Alonso, ingeniera química de 31 años, quedó prendada de la esgrima cuando tenía 12: «Reúne un montón de condiciones, como fuerza, potencia, flexibilidad, coordinación... Y aparte influye mucho la mente y la inteligencia. Alguien que sepa jugar con la estrategia puede obtener muchos mejores resultados que una persona que sólo sea muy buena físicamente», asegura.

Orduña lamenta el desconocimiento sobre la esgrima: «Hay gente que piensa que ya no existe. Y es un deporte olímpico de origen español. Está olvidado, como muchos deportes minoritarios». Y el club Marítim se ha propuesto recuperar los orígenes para revitalizarlo.

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