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GUILLEM SANCHIS
Miércoles, 29 de julio 2015, 00:03
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valencia. Puchol II y Santi evidenciaron ayer, en la gran final del XXVI Trofeu Tío Pena de Massamagrell, la distancia existente en estos momentos entre ellos y el resto de pilotaris. La pareja se plantó en una de las finales más esperadas del verano convencida de sus posibilidades, jugando de memoria y haciéndolo fácil. Juntos ganaron el Circuit Professional el pasado mes de marzo, y mantienen esa magia que les permite jugar de memoria, sin apenas fallos. Como un reloj, puntuales a la cita con el quince. Están en un momento formidable. Y esta vez, sus víctimas fueron Genovés II, Salva y Héctor II, a los que derrotaron por un claro 60-35.
La partida, muy esperada, prometía mucho en los primeros juegos. En esos intercambios iniciales de golpes, la agresividad de Santi y de Puchol II encontró respuesta en las manos de Genovés II y los suyos. Sin embargo, en esos primeros compases de igualdad ya se vieron algunos errores de compenetración del trío. Errores que fueron a más conforme crecía la absoluta fiabilidad de la pareja. El poder de este dueto se basa en la pegada de los dos componentes, del primer al último quince. Juntos, siempre tratando de actuar al unísono. Buena preparación, velocidad de piernas, criterio a la hora de jugar y convencimiento en la victoria son los valores que convierten a esta pareja en algo histórico, un equipo que será recordado y que hoy por hoy parece difícil de desbancar. Quizás sea el momento para que alguien les plantease un desafío. Visto el ambiente de ayer en el trinquet de Massamagrell, rozando el lleno absoluto, sería una bomba de taquilla. Sin duda.
La partida fue avanzando bajo el signo del dominio rojo. Salva, incómodo a lo largo de toda la tarde, era incapaz de hacer daño con sus voleas, mientras Héctor II, que pudo entrar poco en juego, se entonó al final de la partida, tal vez demasiado tarde. La estrategia de la pareja fue clara, buscar pelotas profundas y secar a Genovés II, el mejor del trío, aunque muy desasistido ayer por su compañeros.
Con 50-15, el trío anotó el primer juego, y después tuvo posibilidades de val para acercarse incluso a dos parciales de distancia con 35-50. Pero el cansancio también influyó en los últimos parciales, especialmente en los brazos y las piernas de Genovés II, el más castigado de los tres. Santi también lo pasó mal, porque el calor y el sudor acabaron despegando las protecciones de su mano derecha. En la segunda mitad del choque, el pilotari de Finestrat jugó prácticamente con la mano desnuda y, aún así, todavía anotó un buen puñado de quinces. Una reacción que explica el nivel que está mostrando tanto él como Puchol II.
En definitiva fue una partida muy decantada de inicio, en la que el público de Massamagrell todavía disfrutó con la batalla del tramo final. A pesar de las ganas del trío, la actuación perfecta de la pareja no les dejó opción alguna. Puchol II y Santi levantan uno de los grandes de la temporada, y esperan nuevos retos. Ya se llevaron el Circuit Professional, ayer levantaron el Trofeu Tío Pena y ahora se preparan para recibir más desafíos.
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