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El trinquet Pelayo, durante una final del Circuit Professional. :: val net
Las últimas semanas de la Catedral de la pilota
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Las últimas semanas de la Catedral de la pilota

Arturo Tuzón pone fecha a su adiós a Pelayo: finales de julio

GUILLEM SANCHIS

Sábado, 20 de junio 2015, 00:09

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El trinquet Pelayo cerrará sus puertas, si nadie lo remedia, en la tercera semana del mes de julio. El actual trinqueter, Arturo Tuzón, no esperará más a una solución que se vislumbra muy complicada actualmente. Tras el descanso habitual por las vacaciones, la vaqueta no volverá a rodar por un recinto que se construyó en agosto de 1868 y se ha mantenido en activo estos 147 años. De hecho, no llegará a cumplirlos si no se encuentra una salida en pocas semanas.

Desde que Tuzón expresase su deseo de ceder la gerencia del trinquet hace más de un año, ha habido movimientos en el sentido de coger su testigo. Una sociedad compuesta por personas ligadas al mundo de la pilota, y que prefiere mantener el anonimato, negocia desde entonces con el dueño del trinquet unas nuevas condiciones para el alquiler. Las posturas entre las dos partes están muy distantes, y las negociaciones se encuentran estancadas a menos de un mes del cierre.

El principal problema ahora es que, si Pelayo baja la persiana y se pierde la licencia de actividad, recuperarla sería muy complicado. Las exigencias de los nuevos permisos obligarían a una enorme inversión adicional, que se sumaría a la adquisición o alquiler del trinquet, los gastos de su rehabilitación, y la gestión diaria. Fuentes de la negociación señalan que sería «imposible» reabrirlo, que «se cerraría para siempre».

Pero el dueño, según estas mismas fuentes, no cede en sus pretensiones de alquiler que, según aseguran partes de la negociación, «están totalmente fuera del mercado actual».

También se señala que la postura de Arturo Tuzón ha abierto nuevas soluciones, como una posible venta del trinquet. Su valor en función del IBI sería de alrededor de 400.000 euros, aunque se asegura que un recinto que por sus características y nivel de protección sólo puede ser utilizado para la práctica de la pilota, y con la situación actual del mercado inmobiliario, apenas superaría la mitad de esa cantidad. Un montante que el dueño tampoco acepta, por el momento.

El ultimátum de Tuzón ha hecho removerse a políticos y aficionados, que han iniciado una campaña en redes sociales con la etiqueta #SalvarPelaio, ensalzando el valor histórico y simbólico de uno de los recintos deportivos en activo más antiguos de Europa.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, se pronunció ayer el respecto: «Pelayo es una institución del deporte valenciano. Tendremos que trabajar para buscar alguna salida. En estos momentos es muy prematuro hablar de qué salida, pero no puede desaparecer algo tan emblemático». Ribó añadió que «es pronto para decir cómo lo vamos a abordar», pero ya tiene a «gente trabajando en ello».

El vicepresidente de les Corts y síndic de Compromís, Enric Morera, señaló que el dueño actual «no puede obstaculizar que los valencianos incrementen su patrimonio», aunque matizó que él no puede decidir sobre las medidas a adoptar. Asimismo, abogó por una «salida de consenso» para que los valencianos no pierdan una joya como Pelayo.

Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, en las últimas horas se han producido contactos al más alto nivel entre las fuerzas políticas de gobierno y oposición en el Ayuntamiento y en la Generalitat para solucionar la situación. Todos los partidos del arco parlamentario ya se pusieron de acuerdo en septiembre de 2014 para declarar la pilota Bien de Interés Cultural (BIC). Salvar Pelayo podría ser una forma de sustanciar una protección que no se dotó de presupuesto.

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