Los Hércules valencianos

José Ruiz es empleado de la factoría de Ford de Almussafes. Bajo la ropa de trabajo disimula su cuerpo de atleta, esculpido durante horas de entrenamiento que le obligan a pasar sueño. Su fisiología roza la perfección. En algunos momentos del año, este vecino de Silla es todo músculo. Esto le ha valido para subirse recientemente en el tercer escalón del podio del Mundial de culturismo natural, en la categoría de -80 kilos.

Lo hizo al clasificarse justo por detrás de su entrenador, Alfredo Lloria, presente durante muchos años en las competiciones de judo y que ahora se dedica a la preparación de deportistas. «La diferencia con las habituales competiciones de culturismo es que nosotros no utilizamos compuestos químicos, de hecho está prohibido. En la competición hubo dos chicos a los que descalificaron porque les detectaron anabolizantes en el organismo. Esto lo suplimos con muchas horas de entrenamiento y con sacrificio», asegura.

El Mundial se celebró recientemente en Madrid. También acudió Agustín Alapont, de Beniparrell, que quedó segundo en la categoría senior. Alfredo Lloria incide una y otra vez en que en el culturismo natural no se emplean compuestos químicos. Lo dice en varias ocasiones durante la entrevista. «Por eso estas competiciones son menos espectaculares y con una repercusión más reducida. Habitualmente en el culturismo se ven cuerpos con mucho volumen y en esta modalidad todo es más normal», precisa.

Eso sí, los vencedores también son los cuerpos con una musculatura más definida y una pose más atlética. «La verdad es que los días previos a las competiciones lo pasamos bastante mal, porque hay que hacer una deshidratación. Utilizamos productos naturales, por ejemplo consumimos té verde», indica Alfredo Lloria, quien añade: «A media tarde del día antes de la competición dejamos de consumir agua para definir. Ten en cuenta que los músculos deben estar totalmente pegados a la piel».

Quizás por un ínfimo detalle se puede perder una medalla. La competición es totalmente subjetiva. Arranca los viernes con el pesaje, que determina la categoría en la que cada uno compite. Para ello atletas deben posar primero de forma individual ante los jueces y el público. Posteriormente, después de una primera valoración, se enfrentan unos con otros para determinar la clasificación definitiva.

Pero el mayor éxito de Alfredo Lloria, José Ruiz y Agustín Alapont no ha sido subirse al podio en este Mundial. Ya supone toda una victoria llegar. No basta con llevar un ritmo de vida casi marcial, con una dieta rica en proteínas y un entrenamiento estrictamente pautado durante todo el año. Luego hay que elegir cuidadosamente las competiciones a las que se acude. «A esta hemos ido porque se celebraba en España. Todo sale de nuestro bolsillo. Hacemos esto porque nos gusta, nos ha costado unos 300 euros a cada uno», comenta Lloria.

En este Mundial se han dado cita culturistas de Francia, Portugal, el Reino Unido, Italia y México. «El año que viene también queremos ir porque parece que se va a celebrar en Barcelona. Luego, depende de cómo nos vaya, nos plantearemos, pero es complicado», dice Lloria.

Un modo de vida

Este entrenador profesional y fisioterapeuta, que igual prepara a un deportista para un reto extremo que rehabilita a un anciano, defiende el culturismo en su vertiente cultural como un modo de vida. «Es una foma de cuidar los huesos y las articulaciones para el futuro. Puede practicarlo cualquier persona», asegura Alfredo Lloria.

Precisa que hay que tener fuerza de voluntad y ser constante. «No empiezas a ver los resultados hasta que llevas un año entrenando», asegura Lloria, quien asevera que el culturista natural no sólo se prepara en el gimnasio. «Yo también practico otros deportes. Por ejemplo, participo en carreras populares siempre que puedo».

Para competir, eso sí, se necesita ya más dedicación, así como un mayor tiempo de entrenamiento. «Los resultados empiezan a verse al año, pero para estar preparado se necesitan alrededor de tres o cuatro». Alfredo Lloria es el mejor embajador para esta modalidad de culturismo. Siempre se ha dicho de estos deportistas que cuando dejan de prepararse, la musculatura se cae.

«Esto no ocurre con los culturistas naturales. Todo lo que tienes es tuyo y si en algún momento dejas de hacer deporte, con cuidar un poco la alimentación te mantienes más o menos igual», asegura Alfredo Lloria. De momento, ni él ni sus dos compañeros tienen previsto abandonar esta modalidad, a pesar de todos los sacrificios para esculpir sus cuerpos hercúleos. Miran con ilusión al campeonato de Barcelona de dentro de un año.