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Sergio Ramos, entrenando en la Ciudad del Fútbol de La Rozas. Pierre-Philippe Marcou (Afp)
150 veces de un impoluto Sergio Ramos
Selección española

150 veces de un impoluto Sergio Ramos

El central alcanza el centenar y medio de internacionalidades como capitán con tres títulos y sin haber sufrido una sola expulsión con la camiseta de España

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Jueves, 22 de marzo 2018, 09:28

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Sergio Ramos no se esconde y tampoco es de los que se arruga ante las situaciones complicadas. «Justo al contrario», asegura. Palabras con las que suele rebatir él a los periodistas desde que debutara con la selección en 2005 en Salamanca ante China (3-0) con sólo 18 años. «Las críticas no me afectan. En partidos clave prefiero leer lo que dicen. No me vengo abajo con las críticas ni me vengo arriba con los halagos. Es imposible ponerte de acuerdo con todos. En general hay críticas que compartes y otras que no. Estamos expuestos a la opinión de profesionales y hay que tenerles el respeto que a veces no tienen con nosotros», afirma el defensa sevillano del Real Madrid, que se dispone a cumplir 150 internacionalidades con España.

Nunca en la historia del fútbol europeo un jugador llegó tan pronto a los 100 partidos con su selección (sin cumplir los 27 años), y lo hizo con un gol (ante Finlandia en marzo de 2013). Lo logró además teniendo en su palmarés la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008 (que celebró recordando al malogrado Antonio Puerta), el Mundial de Sudáfrica de 2010 y la Eurocopa de 2012, en la que marcó el recordado penalti a lo Panenka en las semifinales, siendo elegido además MVP del partido. «Las enseñanzas de Luis Aragonés y Del Bosque me han hecho mejor jugador y mejor persona», reconoce. El anterior seleccionador le consideró «el mejor lateral en Sudáfrica y el mejor como central en la Eurocopa de Polonia y Ucrania». «Es uno de los mejores defensas del mundo, pero además, un futbolista capaz de atacar y meter goles desde la línea defensiva», recordaba Luis Aragonés.

Aunque en el Real Madrid ha acumulado tarjetas hasta el punto de convertirse en el defensa más expulsado de la historia de la Liga (19 de las 24 con su club), nunca ha visto una roja con España. «Yo soy feliz por encima de todo. Como decía el gran abuelo, y quizá suena antiguo y demás, tengo la espalda y el culo 'pelao' (dice sonriendo en alusión a Luis), pero ni cuando me han halagado me he venido arriba ni cuando me han criticado me van a destruir», afirma. «Por lo que está pasando en los últimos partidos me tienen cogida la matrícula», apuntó en Turín en octubre de 2016 cuando se le recordó que había cometido cuatro penas máximas en lo que iba de campaña y visto ya seis amarillas. Se calmó y fue capaz de ganar su tercera Champions, la segunda consecutiva como capitán levantando la Copa de Europa.

Brazalete y retirada «lejana»

En la selección también luce brazalete. Ahora tiene otras funciones en el grupo. En la Eurocopa ya ejerció de capitán de facto, ya que Iker Casillas era suplente y tenía una relación tensa con el cuerpo técnico, como desveló el propio Vicente del Bosque. «Nos hemos malacostumbrado a ganar», avisó antes del torneo. Sacó la cara por sus compañeros, Piqué, De Gea y cualquier otro que fuera criticado, pero reaccionó, algo raro cuando se terminó la aventura. «Con una bolsa de papas y desde el sofá es fácil hablar», respondió el camero a las críticas. Después se arrepintió. «Sacar alegrías a nuestro país no tiene precio. A todos los jugadores que estamos aquí nos une un país. Da igual el escudo que cada uno represente a nivel de clubes. Aquí venimos todos a una para defender a España». El central recordó que hay cohesión en el grupo. «Hemos formado un grupo muy bueno de jugadores, con un gran ambiente», deseó.

Sus compañeros le respetan. «Es un referente para todos nosotros», explica Andrés Iniesta. «Es un gran capitán», apunta Nacho. Estrenó el brazalete con la llegada de Julen Lopetegui, cuando sumaba 136 internacionalidades, y pidió «toda la humildad del mundo para estar en el próximo Mundial». El central confiaba en que el grupo se iba a adaptar rápido al cambio de entrenador. «Vamos a intentar recuperar el dominio de los partidos, que es lo que hemos hecho en los últimos años». Más complicado pareció por momentos lo ajeno al césped, sobre todo por las polémicas con Piqué... con el que al final será socio en una empresa. «Nos gusta tirarnos alguna piedrecita. Nos hemos acostumbrado. Que no haya pitos ni a Piqué ni a nadie. Hay que respetar siempre a los jugadores que defienden nuestra camiseta y nuestro escudo. Ya lo dijo Geri. Tenemos una relación muy buena pese a que pensamos de manera diferente. Cuando Piqué está bien me hace mejor a mí y yo a él. Que los dos estemos a buen nivel es bueno, pero prefiero que juegue bien en la selección antes que en el Barcelona», señaló.

No sólo hubo tensiones deportivas entre Madrid y Barça, sino también políticas e incluso institucionales tras la salida de Ángel Villar y de María José Claramunt. «Hemos mezclado deporte y política y considero que ese es el primer error. No seré yo el que diga lo que tiene que hacer la gente, pero como capitán tengo el deber de unir a la selección. Cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre, pero todo va bien», dijo en Alicante, justo antes de certificar el billete mundialista ante Albania.

El central jugará en Rusia su cuarto Mundial tras los de 2006, 2010 y 2014, pero no cree que el de 2018 vaya a ser el último. «Pienso en el día a día, pero no que pueda ser el último Mundial. Eso sí, yo no tengo en mente que sea mi último Mundial. todo lo contrario. Si puedes alargar la felicidad, ¿para qué pensar en cerrar el cuento?». El andaluz, que el próximo día 30 cumplirá 32 años, llegaría a Catar 2022 a punto de cumplir los 37, ya que ese torneo se disputará en noviembre de ese año. Él no se ve una fecha de caducidad. «No estoy pensando todavía en la retirada porque lo veo lejísimos. Creo que estoy en el meridiano de mi carrera, jugando a un buen nivel y que me queda mucho tanto en el Real Madrid como en la selección. Intentaré seguir rindiendo al mejor nivel posible. Intento resetearme cada día y no conformarme con lo que he ganado. Mientras siga manteniendo esa ilusión y el cuerpo pueda, intentaré jugar lo máximo posible en mi club para seguir viniendo».

Sin rojas y un gol pendiente

A Ramos, con un palmarés envidiable, le falta un gol en una fase final de un gran torneo. No ha marcado ni en Mundiales (2006, 2010 y 2014), ni en las Confederaciones (2009 y 2013) ni tampoco en las Eurocopas (2008, 2012 y 2016). Ha lanzado incluso penaltis en distintas tandas, como el recordado a lo Panenka en las semifinales ante Portugal en 2012, pero no ha sido capaz de anotar ni siquiera desde los once metros en la final de la Copa Confederaciones 2013 ante Brasil ni en la pasada Eurocopa frente a Croacia, cuando el marcador era 1-1 y había muchos especialistas en el campo. Un fallo que a la postre fue decisivo para el camino que afrontó España, que le tocó medirse con Italia en octavos. Allí 'La Roja' tocó fondo y fue eliminada de manera rotunda tras una pobre actuación colectiva y personal del andaluz, que hizo una falta innecesaria en la acción que generó el 1-0.

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