Borrar
Urgente Cuatro muertos, dos en Tarragona y dos en Asturias, por el temporal
Solo Isco brilló antes del milagroso VAR

Solo Isco brilló antes del milagroso VAR

El gol del malagueño, unido al de Aspas en la prolongación y el iraní ante Portugal, da vida a una España que saltó de Sochi a Moscú en un minuto por el videoarbitraje

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Kaliningrado

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 25 de junio 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Su exhibición no merecía una derrota. Y el minuto mágico del VAR, que concedió un gol a España y un penalti a Irán, hará que guarde un gran recuerdo de su duelo 31 con España, en el que dio un recital de toque, control, regate, quiebro, remate e incluso gol. Por eso se llevó el premio al jugador del partido. Dice que es tímido, que no le gusta mucho hablar en la prensa y prefiere hacerlo en el campo. Ahí se suelta. En Kaliningrado activó a La Roja cuando más dudas tenía. Tocó, buscó las fintas, se fajó en las disputas de balón y se asoció con todo aquel que le quiso buscar en el centro del campo. Y además marcó un gol en el momento de más angustia, tras el gol encajado en el surrealista error entre Sergio Ramos y Andrés Iniesta. Fue una gran acción al primer toque con el eterno '6' manchego en la que participó Costa y no desentonó.

El malagueño debutó con la selección en 2013 pero hasta la llegada de Julen Lopetegui a La Roja no explotó como jugador. En la selección y en el Real Madrid. El vasco nunca tuvo dudas: Europeo sub-19, Mundial de Colombia sub-20 y el Europeo sub-21 de Israel. Le incluyó en su primera lista pero se cayó a última hora porque estaba tocado. Un mes después, lo reclutó pese a que sumaba sólo 57 minutos oficiales.

En la 'era Lopetegui' se esforzó en devolver la confianza al entrenador y ser cada día por el mejor de La Roja. Hasta llegar a Rusia su mejor día fue ante Italia en el Bernabéu cuando hasta el seleccionador transalpino, Gian Piero Ventura, alabó aquella exhibición: dos goles desde fuera del área, y un caño mágico a Verrati. Aquel duelo que era medio billete para estar en Rusia. Ahora ha cogido los galones que le entregó Lopetegui. Incluso ha adelantado a Silva como ejecutor de las acciones a balón parado.

Canalizador de juego

Antes del partido algunos tenían dudas con Iniesta por su tono físico y es posible que el debate tenga algo de peso, más allá de su fallo en el 0-1, si hablamos de ritmo pero aportó al equipo en campo rival como falso extremo zurdo ya que eso concedió Isco para desde ahí generar tres jugadas de gol. Una de ellas la del empate con el que se llegó al descanso. En Kaliningrado estuvo en todas las salsas. Ante la ausencia de Koke fue él quien ayudó a completar el ritual inicial que tiene David De Gea. Le colocó los guantes y se los besó, aunque la primera parada en el torneo del meta fue con el cuerpo. Desde que giró el balón se vio que era uno de esos días que Isco está inspirado. Controló un buen desplazamiento en largo de Thiago y lo prolongó con el exterior. No perdió la calma pese al gol encajado.

Pedía la bola, se iba hacia dentro a ayudar a Thiago, se ofrecía, e intentaba que no hubiera tanta distancia entre líneas. Ramos y Piqué, debido al posicionamiento con pelota de España, eran los dos elegidos para defender 60 metros. Obligados a hacer milagros tampoco estuvieron finos. Y es que a España le falta juego colectivo, ante una selección eliminada todo se resumía a la inspiración de Isco e Iniesta. Marruecos, 20 años después de su último Mundial, no tenia la intención de ser convidado de piedra. Y menos ante España. Siempre quiso la victoria y encontró las facilidades que le dio España.

Así Isco buscó combinar en la banda con Jordi Alba, con el que se entendió de maravilla sobre todo en la primera mitad. El lateral siempre recuerda que Isco ya hacía malabarismos similares cuando subía desde el filial del Valencia, Al llegar a la caseta, supo que poco antes había anotado Quaresma para Portugal, en un gol que podría haber firmado perfectamente Isco al ser con ese exterior del pie. El 1-1 unido a la victoria de Portugal dejaba a España en el camino complicado, con los rivales más complicados y haciendo tres escalas para llegar a Moscú. Isco se negaba a ello. Pidió un par de faltas en la frontal antes de que Amrabat se estrellase contra el larguero, provocando el pánico en el banquillo de Hierro, que era un poema.

Locura en segundos

La hinchada marroquí revivió viendo el tembleque de los españoles aunque él mismo rozó el gol de cabeza. No es uno de sus puntos fuertes pero en un centro de Carvajal pasado lo golpeó al más puro estilo Santillana, pero Saiss le robó la gloria sobre la línea con una peinada salvadora. No perdió tiempo y acudió a botar un córner que Piqué estuvo a punto de embocar a la red por unos centímetros. Ahí tuvo la tranquilidad España. No aprovechó esos fogonazos de Isco y lo pagó caro en un córner mal defendido por Ramos.

Comenzó entonces el temor por un gol de Irán, cuyo portero había parado un penalti a Cristiano Ronaldo. Y entonces, cuando el camino bueno parecía una quimera cobró protagonismo el VAR. La tecnología concedió a España un gol legal, de Aspas con el tacón, en la prolongación después de que el uzbeko Irmatov lo hubiese anulado de modo erróneo. Y casi justo en el mismo momento, a casi 2.000 kilómetros, en el Mordovia Arena de Saransk se decretó penalti a favor de Irán que transformó Karim en el 93'. Llegó el final, Isco suspiró, musitó «increíble» a Aspas por su gol salvador y llegará a Moscú como líder de una selección que, en cualquier caso y por el momento, deja muchas dudas. La Roja necesita mejorar, y mucho, para superar a la anfitriona el domingo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios