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La enfermería vacía, un problema para Zidane
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La enfermería vacía, un problema para Zidane

Con todas sus estrellas disponibles, al técnico francés se le complican la gestión de los egos y la situación de Isco y Morata

Ignacio Tylko

Viernes, 24 de febrero 2017, 00:18

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Aunque sólo caído dos veces en lo que va de Liga y, todavía con el comodín pendiente de Balaídos, sigue líder con un punto de ventaja sobre el Barcelona y tres sobre el Sevilla, cada derrota produce una tormenta en el Real Madrid, que no jugó en Mestalla peor ni con una actitud más deficiente que en otras ocasiones en las que se ha impuesto con Zinedine Zidane en el banquillo. Los tres puntos perdidos ante el mejor Valencia de la temporada dejan varias consecuencias para el análisis, futbolistas molestos como Isco Alarcón y Álvaro Morata por no participar y jugadores señalados por su mala actuación como Raphael Varane, Keylor Navas y James Rodríguez.

Ya con toda la plantilla a su disposición, al técnico francés se le presenta un problema de gestión de egos que se agudiza siempre que los resultados no acompañan y los que no están se ven fortalecidos de manera indirecta. Hasta ahora, muchas de sus rotaciones eran obligadas por las lesiones. Pero en Valencia ya tuvo que elegir, dejar fuera de la convocatoria a tipos como el veterano Pepe, con pie y medio en el fútbol chino a partir de la próxima temporada, y el joven y pujante Marco Asensio, y no sacar ni un minuto a dos internacionales españoles que tienen de su parte a buena parte de la afición y de la crítica.

El caso de Isco amenaza con convertirse en un problema serio. El jugador está muy molesto porque no se siente importante, rechazó una oferta para renovar el contrato que vence en 2018 y , tras el penúltimo partido ante el Espanyol, ya dejó su futuro muy en el aire al afirmar que quiere jugar y la carrera es muy corta. En el club no han sentado nada bien esas declaraciones y le han dado un toque de atención para persuadirle de que el colectivo siempre debe primar sobre las individualidades. Hay cierta preocupación en el Real Madrid por si el Barcelona, equipo con el que Isco simpatizaba desde pequeño, pudiera estar detrás del malagueño.

Zidane dijo en la previa del choque ante el Valencia que entiende la disconformidad del malagueño, pero le dejó fuera del equipo pese a haber destacado en sus dos últimos encuentros. Se decantó por James sin que el colombiano hiciera méritos y prefirió sacar como posibles revulsivos a Gareth Bale, todavía falto de ritmo por su reciente y larga lesión, y a Lucas Vázquez. Decisiones que derivaron en muchos centros al área que hicieron felices a Mangala y Garay, dos centrales del Valencia que estuvieron imperiales.

Isco no pierde

En los duelos importantes, la titularidad en el centro del campo de Casemiro, Kroos y Modric, lejos de su mejor forma, es innegociable para Zidane. Pero, curiosamente, con ellos en el once llegaron las tres derrotas de 2017 frente al Sevilla, Celta en Copa y Valencia. Isco, que no sabe lo que es perder en los 24 encuentros en los que ha participado esta temporada, no quiso ni cruzarse la mirada con su técnico cuando volvió al banquillo de Mestalla tras calentar. Ahí charló luego con Morata, quien también se quedó sin salir pese a marcar un buen gol frente al Espanyol.

El delantero saludó y le deseó suerte a Lucas Vázquez cuando el gallego iba a salir, pero luego se le vio muy serio. Acabado el choque, Isco salió por la zona mixta cabizbajo, con el rostro semiescondido por una gorra. Y Morata justo detrás de él, también sin hablar y con un gorro de lana puesto.

En el capítulo de señalados, Varane falló en los dos goles, en el de Simone Zaza porque estuvo contemplativo y en el de Orellana por perder un balón en campo contrario. Completó su peor partido con el Real Madrid y encima se retiró lesionado, aquejado de un problema muscular que, si en la prueba de diagnóstico por la imagen a la que se someterá el viernes se confirma que hay rotura, podría tenerle un mes de baja.

El portero pudo hacer mucho más en el disparo en semifallo del segundo tanto y enciende todavía más el debate sobre si a día de hoy está mejor Kiko Casilla y si el curso que viene Florentino Pérez tiene que echar el resto para fichar a David de Gea o Thibaut Courtois. Y el colombiano apenas participó y tiró una vez a portería en 62 minutos.

Lecturas contradictorias

Lecturas diferentes y contradictorias entre Zidane, parte del vestuario y el capitán Sergio Ramos tras la derrota en Mestalla. Mientras el técnico habló en plan general y aseguró que su equipo «entró muy mal al campo, hizo todo al revés y fue castigado por estar poco listo y cometer fallos de concentración en los primeros 10 minutos», el defensa sevillano negó la mayor. «No ha sido falta de actitud, ni relajación. Comenzamos bien, pero nuestro juego ofensivo tiene riesgos atrás cuando nos roban la pelota y eso nos costó dos goles. Dos errores puntuales nos penalizaron», dijo Ramos.

Casemiro y Marcelo reafirmaron a su entrenador. «No salimos bien y nos marcaron dos goles que nos costaron el partido. Jugamos 80 minutos concentrados y 10, no. Estamos muy enfadados», remarcó el centrocampista. «Entramos muy mal al partido y no hay excusas. Los culpables somos nosotros», espetó el lateral. A todo esto, las cámaras de Cuatro cazaron a Cristiano Ronaldo exclamando «¡yo he marcado un gol!, ¿tú qué has hecho?», cuando se retiraba del campo. Poco después, el portugués se abrazaba al valencianista Nani. Inquietan a los blancos sólo cinco victorias en los últimos 10 partidos.

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