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Fernando Llorente celebra su gol ante el Madrid.
La pizarra de Emery desarbola al Real Madrid
11ª jornada

La pizarra de Emery desarbola al Real Madrid

El cuadro blanco, que se adelantó en el marcador gracias a un espléndido tanto de chilena de Sergio Ramos, sucumbió en el Pizjuán ante un Sevilla superior en la segunda mitad

luis f.gago

Domingo, 8 de noviembre 2015, 00:24

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Derrota dolorosa blanca ante la sonrisa cómplice del Giraldillo como ya lo sufriera el Barcelona hace poco más de un mes. Un Sevilla muy maduro, de menos a más, remontó el tanto inicial de Sergio Ramos para ahondar en la crisis de juego y sensaciones en la que vive el nuevo Madrid de Rafa Benítez, al que las críticas arreciaran tras el mal juego de sus hombres en tierras andaluzas

Todo ello pese a que colocó sobre el tapete del Sánchez-Pizjuán todo el arsenal del que disponía que estuviera en plena forma. De ahí la presencia en el once inicial Bale, pero no la de James. Benítez enviaba desde el comienzo un mensaje a los aficionados. No iba a arriesgar nada en un encuentro ya de por sí bastante complicado.

Esta nueva versión madridista, con una mezcla de estrellas de las portadas de los periódicos de medio mundo y los currantes que hablan en tono de personajes secundarios, desarrolló un buen juego en la primera mitad. La presencia de unos laterales muy arriba provocó que el Sevilla estuviera demasiado encerrado en su área, sin posibilidad de desplegar ese juego de rapidez que caracterizaba en las dos campañas anteriores el sistema de Unai Emery. Era un cuestión de tiempo que la lata de abriera en favor del equipo merengue y ello ocurrió más pronto de lo esperado por culpa del plan trazado desde el banquillo por el técnico vasco. En un córner, en una jugada magistral de Sergio Ramos, el sevillano y canterano sevillista marcó el tanto de la jornada con una asombrosa chilena. Pero bien es sabido que nada perfecto existe en el mundo del fútbol. La mala suerte fue que cayó sobre uno de sus hombros maltrechos y tuvo que ser cambiado antes de finalizar la primera parte.

El tanto desató al Madrid y llenó de dudas a los hispalenses durante unos minutos. Bale pudo dar carpetazo por la vía rápida al duelo, pero Rico estuvo acertado. El infortunio de la lesión del defensa volvió a equilibrar el aspecto psicológicos de los dos contrincantes. El Madrid tuvo una rasgadura en su seguridad cuando Varane y Pepe todavía hablando de cómo debían colocarse en el nuevo esquema. Ese nubarrón de dudas lo aprovechó Immobile, también en una jugada de saque de esquina, para colocar las tablas en el marcador antes de marcharse al vestuario. El gol dejó cabizbajo a Benítez, que oía susurrar de nuevo las críticas por el juego de los suyos, mientras a Emery lo dejó con el alma más ensanchada.

Isco se enfada con Benítez

El cambio de actitud de Unai influyó en el juego sevillista en la segunda mitad. Konoplyanka fue un quebradero de cabeza constante para Danilo y de sus botas salió el tanto que daba la vuelta al partido. Una gran carrera del ucraniano junto a Immobile la remató Banega ante la alegría de una afición que necesitaba buenas noticias frente al mal trago de su club en la 'Champions'. Benítez decidió quitar a Isco, toda vez que su magia quedó perdida en la tierra del duende, para dar entrada a James, la última bala a la que se aferraba el preparador blanco.

Al centrocampista malagueño se marchó lanzando mala mirada a su jefe, denostando la decisión del patriarca. El americano demostró que estaba en plena forma y su sonrisa característica aterró a los sevillistas. Los rojiblancos se atrincheraron esperando que el temporal en formato colombiano pasara lo antes posible. Tanto Cristiano como Casemiro tuvieron la posibilidad de volver a poner el empate, pero primero la mala puntería de un pésimo Cristiano Ronaldo y después una gran actuación de Rico evitaron tal eventualidad. Lo que sí se logró fue que Llorente se desquitara de los silbidos que le lanzaron en el encuentro de la Liga de Campeones frente al City con el tercer tanto sevillista. Marcó solo, en el área pequeña, tras un buen pase de Mariano, ante la permisividad defensiva madridista.

El punto fuerte de la manera de plantear los duelos de Benítez, la fortaleza atrás, quedó desmotando cual puzle en una guardería por la pizarra de Emery. El tanto en el descuento de James sólo sirvió para maquillar la lección magistral del vasco a su colega madrileño que deja a los sevillistas como los únicos que de momento han vencido a Real Madrid y Barcelona esta campaña. Días duros esperan en la capital de España. Más tranquilos, a orillas del Guadalquivir.

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