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Cristiano Ronaldo, durante el partido.
Kiko Casilla entró con buen pie en Shanghái
pretemporada

Kiko Casilla entró con buen pie en Shanghái

El nuevo portero madridista evitó dos goles de Bacca y fue decisivo en los penaltis ante el Milan

ignacio tylko

Jueves, 30 de julio 2015, 07:24

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Sin alardes, esta vez con poco ataque pero con buen orden defensivo, el Real Madrid cerró su exótica gira con un soso empate sin goles ante un Milan que ha perdido grandeza y al que intenta reflotar el serbio Sinisa Mihajlovic, tras las experiencias fallidas en el banquillo con ilustres exjugadores rossoneri como Inzaghi y Seedorf.

El equipo de Rafa Benítez se quedó sin marcar por segunda vez en cuatro partidos pero conquistó la International Champions Cup, en su versión asiática, por penaltis. Se tuvieron que lanzar nada menos que 22 penas máximas hasta que se resolvió el trámite en el abarrotado horno de Shanghái. Y ganaron los blancos 10-9 porque, cuando ya les correspondió disparar a los porteros, Kiko Casilla marcó el suyo y detuvo el del jovencísimo Donnarumma, procedente del equipo Primavera. Antes, en la primera tanda, habían errado el colombiano Bacca y el germano Kroos.

Aunque al Madrid se le exige ganar y brillar hasta las pachangas, la pretemporada está para cargar fuerzas, ir cogiendo el punto físico, ensayar movimientos con diferentes jugadores, administrar minutos y probar incluso las alternativas más extrañas imaginables. Por eso, de salida Benítez dejó fuera a titulares indiscutibles como Sergio Ramos, a punto de renovar hasta 2020, Marcelo o Kroos, y realizó un par de experimentos: Casemiro y Modric como pareja de medios y Lucas Vázquez de extremo derecho.

Aunque en verano todo es coyuntural, sí hay algunas conclusiones que parecen innegociables en el dibujo de este Real Madrid que vuelve a casa invicto, tras dos victorias, dos empates, siete goles a favor y sólo una en contra. Benítez apuesta por una línea de cuatro en el fondo y dos jugadores por delante con órdenes de no perder la posición defensiva para no dejar espacios entre líneas. A partir de ahí, mandan la versatilidad, la improvisación, la libertad de movimientos y la destreza de los jugadores.

A vueltas con Bale

No obstante, el amigo de Mourinho insiste en Bale de enganche, donde pierde metros para correr al tener a Benzema por delante. El galés, empero, permuta su posición con todos los atacantes y en especial con Cristiano, al que se la da poco respiro incluso en verano porque en el banquillo más que descansar, el portugués se quema.

El Milan supo contrarrestar bien al Real Madrid con una defensa bastante adelantada y las líneas juntas, lo mismo que quiere Benítez en su equipo pero que todavía debe de trabajar más para lograr esos automatismos que tanto alaban los entrenadores. No hubo continuidad ni ritmo en el juego porque las acciones técnicas fueron deficientes. Si los controles y los pases no son precisos, el balón pasa enseguida de un equipo a otro. Y eso fue lo que ocurrió en Shanghái, donde el calor y la humedad eran insoportables y no colaboraron con el espectáculo.

Con decir que Casemiro y el holandés De Jong fueron los que más se dejaron ver en el primer acto, está todo dicho. Y no, precisamente, por su capacidad para combinar, sino más bien por su contundencia defensiva. Ambos realizaron faltas tácticas que aplaudieron sus entrenadores pero que en Liga o Champions serían sancionadas con tarjeta amarilla. El árbitro chino fue muy permisivo. Diego López era un espectador privilegiado y Keylor Navas apenas tuvo que intervenir dos veces, la más peligrosa tras internada de MBaye, delantero francés de familia senegalesa. Dejó buenos detalles el gaditano Suso, ex del Liverpool que jugó cedido en el Almería.

Con los cambios, sobre todo con las incorporaciones de Jesé y de Isco, el Madrid ganó en chispa, movilidad, toque, control en campo contrario y profundidad. Dominó e inquietó más al Milan, sobre todo tras un pase hacia atrás del canario que remató cerca del poste Kroos, llegando desde atrás, como suele hacer con la Mannschaft y mucho menos en el Real Madrid. Diego López al fin tuvo que intervenir para desviar con el pie un testarazo picado de Cristiano, tras gran jugada de Isco.

Los lombardos tuvieron menos el balón pero jugaron siempre con un puntito más de intensidad. A los puntos, seguramente hubieran ganado en un combate de boxeo. Kiko Casilla jugó toda la segunda mitad, suficiente para convertirse en la estrella de su equipo, ya antes de los penaltis. Salió bien por arriba en un par de ocasiones en las que impuso su estatura y le hizo dos grandes paradas al exsevillista Bacca, una tras tiro lejano y la segunda casi a bocajarro. El ex del Espanyol, con grandes cualidades pero irregular durante su todavía corta carrera, dejó claro que no ha fichado como comparsa. Y una curiosidad, De Jong y Casemiro fueron los únicos que bregaron el partido completo.

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