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Mbia vuelve a aparecer de modo salvador en Rijeka
Fase de grupos

Mbia vuelve a aparecer de modo salvador en Rijeka

Como sucediera en Mestalla, el centrocampista aprovechó un centro lateral para conseguir otro gol clave en la prolongación

Rodrigo Errasti Mendiguren

Jueves, 2 de octubre 2014, 00:53

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Una nueva aparición estelar de Stéphane Mbia en la prolongación, como la recordada en Mestalla de la pasada campaña, evitó otro disgusto de un Sevilla que iba a caer en Rijeka para complicarse su participación en la Liga Europa. El vigente campeón logró un empate que a proiri hubiese parecido escaso, pero viendo cómo se desarrolló el encuentro lo puede considerar un gran botín. Se adelantó, pudo sentenciar pero cometió un error defensivo que le costó un penalti y expulsión que cambió todo. Con diez estuvo a merced de un corajudo club croata que también rozó certificar sus tres puntos, pero le faltó acierto y acabó cediendo un empate que evita el atasco en el grupo G, ya que el Feyenoord venció al Standard de Lieja.

Emery optó por hacer cambios respecto al debut ante el Feyenoord: Beto, Coke, Iborra, Vidal y Aspas aparecieron por Rico, Figueiras, Mbia, Deulofeu y Bacca. Vitolo, que juega todos los partidos importantes, fue uno de los descartados con Pareja y Arribas. El once pareció una manera conceder minutos a Kolodziejczak, que terminó el día en la caseta antes de tiempo. El Rijeka, que vivía la jornada como un duelo histórico, renunció a la altura de Krstanovic (1,96) y optó por el brasileño Moisés, más veloz y que sumaba tres goles en seis partidos de liga croata, donde el Rijeka es segundo tras el Dinamo de Zagreb. Invicto en su estadio en sus últimos nueve partidos, la visita era más complicada de lo que podía parecer. Su plan era esperar replegado el error del campeón y salir rápido tras la presión a los medios centros sevillistas. El equipo español tomó la iniciativa sin muchas ideas pero dispuso de opciones con intentos de media distancia (Coke y Krychowiak) y gracias a combinaciones entre Aspas y Reyes, que llegó a cabecear al más puro estilo Zamorano. Pensó el Sevilla que estando concentrado y con el laboratorio de Emery en la estrategia podía ser suficiente. Iborra casi aprovecha un barullo en el área tras saque de banda pero lo consiguió a la segunda, Iago Aspas. Fallido despeje de Tomecak de cabeza que el gallego aprovechó para hacer un regate con la diestra a Mitrovic y batir a Vargic con un zurdazo raso y cruzado. 269 días llevaba sin ver puerta Aspas, que se quitó un peso de encima. Con 0-1, tuvo que mostrarse más el Rijeka, cuyo dominio era estéril ya que no aplicaba la suficiente intensidad en la salida de balón.

Iborra, ya al regreso de la caseta, no fue capaz de aprovechar otro fallo defensivo en el área local. Leskovic dejó muerta una bola pero su derechazo se marchó paralelo a la línea de cal. Era la ocasión de fininquitar a un rival inferior al Sevilla pero con un carácter ganador propio de los Balcanes. Entonces, una jugada aislada de Kramaric, máximo goleador del campeonato croata e internacional absoluto, cambió el partido. El punta le ganó la espalda a Kolo y forzó el agarrón. Roja y penalti que transformó el propio delantero porque aunque Beto aguantó, no llegó a desviarla a diferencia de la recordada tanda de Turín. Se vino arriba el Rijeka y su afición. Emery hizo dos cambios de golpe para adaptarse a la inferioridad, sobre todo cuando vio que el parche de Iborra no servía. Jugovic se quedó sólo ante Beto pero la mandó desviada. Tremoulinas se colocó de lateral, Fernando Navarro pasó al centro de la zaga y MBia se colocó en medio junto a Iborra y Krychowiak. Aspas era la referencia con Vidal haciendo de centrocampista box to box. A media hora del final un punto no parecía mal botín, viendo las llegadas locales y lo poco que le duraba la bola al Sevilla. Kramaric tiró un desmarque a la espalda de Carriiço, lo vio Leovac que se la puso al espacio para que llegase hasta la línea de fondo y la pusiera al punto de penalti. Allí Kvr¸i controló con problemas pero logró disparar a la media vuelta y tras rozar en Navarro la bola superó a un Beto ya vencido. El portugués sacó una buena mano para evitar el 3-1 en un derechazo de Moisés. Emery tiró de Bacca, que tenía algo más de un cuarto de hora para evitar la derrota. El cansancio convertía en un imposible el empate. De hecho, estuvo más cerca el 3-1. Cuando ya se celebraba la victoria en el Kantrida apareció el factor MBia.

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