Borrar
Lotería Cuatro jugadores ganan 50.630 euros con el sorteo de la Primitiva de este jueves
Thiago celebra el 1-2 final

Ver fotos

Thiago celebra el 1-2 final REUTERS
Cuartos de final

El Sevilla se suicida ante el Bayern

Dos goles en propia meta de los hispalenses dan ventaja para la vuelta en Alemania al equipo bávaro, que fue superior en el cómputo general del choque

Luis F. Gago

Sevilla

Martes, 3 de abril 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Busto, Romero, Campanal, Valero, Maraver, Arenas, Liz, Arza, Ramoni, Antoniet y Loren. Estos fueron los últimos once jugadores del Sevilla que jugaron unos cuartos de final en la máxima competición continental. Sesenta años después vuelve el club más laureado del fútbol andaluz a la Copa de Europa durante la eliminatoria que dirime a los grandes de los mediados, cuando se decide quién tendrá derecho a entrar en el Olimpo de los dioses del fútbol mundial o se quedará un tiempo más haciendo cola. Es el Sevilla de las cinco Europa League el que quieren ver sus aficionados en la ida ante el Bayern de Múnich. El Ramón Sánchez-Pizjuán deberá lucir sus mejores galas este martes (20.45 horas) para intentar tumbar a otro gigante del viejo continente como ya hiciera en los octavos ante el Manchester United de Mourinho.

Al igual que ocurriera ante los ingleses, en esta ocasión los sevillistas tampoco tienen muchas opciones según los expertos del fútbol mundial. Mismos expertos que se equivocaron y que ahora pueden volver a hacerlo. El preparador de los hispalenses, Montella, deberá intentar golpear primero en el asalto a las semifinales con más dificultades añadidas de las que ya vienen de serie en esta eliminatoria. Para enfrentarse a los alemanes el italiano no podrá contar con Banega, sancionado para el primer duelo de ‘Champions’, mientras que Mercado y Navas sus dos únicos laterales derecho en la competición están entre algodones para la disputa del partido. Encaje de bolillos el que deberá hacer el hombre que ha hecho creer al sevillismo en que soñar durante la primavera, una temporada más, es posible. Nadie lo esperaba viendo el inicio de la campaña, con Berizzo dando bandazos y exiliando a algunos jugadores claves como NZonzi por decisiones personales e inoportunas a veces. Pero con la llegada del transalpino las malas sensaciones se han retornado en grandes esperanzas. Con la final de la Copa del Rey a la vuelta de la esquina ante el Barcelona, el Sevilla prepara su propia etapa reina de montaña cual Tour de Francia cualquiera en el camino.

En las próximas semanas, los andaluces comprobarán de qué pasta está hecha la plantilla, demasiado corta, eso sí, para las pretensiones tácticas con las que ha llegado Montella. El entrenador sevillista solo ha usado a 13 jugadores. Tiene un once titular tan claro que no hay posibilidad de recambios ni de frescura con la entrada de determinados hombres. Esta tónica del cansancio en las piernas ya se vio en el pasado duelo liguero ante el Barça. Los últimos minutos pesaron, tanto física como mentalmente, en los jugadores, agotados por tres meses de continuos partidos, jugando dos por semana, casi siempre los mismos, y sin posibilidad ni tan siquiera de entrenar aspectos tácticos con tranquilidad.

Pese a ello, este último aspecto no preocupa al ex técnico del Milan. «La motivación que tienen estos muchachos es tan grande que el cansancio no será un problema», aseveró el sevillista para reafirmarse: «A veces la cabeza tira de las piernas en estos encuentros, por lo que debemos dar el máximo de nosotros posible».

Sevilla, color especial

Durante la rueda de prensa previa al encuentro, Montella no quiso desvelar posibles titulares, porque está a la espera de los lesionados. «Algo se me ocurrirá», matizó quien que sabe que tras su salida fracasada del club rossonero, una buena campaña en el Sevilla puede abrirle las puertas a cotas más altas en un futuro cercano como bien le ha ocurrido en la última década a muchos entrenadores que pasaron con gloria y éxito por la plantilla nervionense. Aunque no solo de técnicos ha vivido la época dorada sevillana, ni tan siquiera del director deportivo ahora que Monchi se ha marchado. Porque hay una variable en la ecuación de éxitos que no se puede comprar ni vender como bien saben incluso ya el rival que tendrá este martes el Sevilla enfrente.

Solo hay que preguntar a Thiago, el mediocentro de la selección española y del Bayern, sobre qué hace especial esta eliminatoria de cuartos. «Ellos tienen algo especial, distinto, porque en los partidos importantes todo parece ser diferente. El utilero te coloca las botas perfectas, te dan el mejor bocadillo… la grada del Pizjuán se transforma», dijo el jugador bávaro enfatizando el ambiente mágico que se vive en las grandes noches europeas del Pizjuán.

Tiene un color especial Sevilla. Lo saben los jugadores entrenados por Heynckes y cualquier aficionado al fútbol europeo que no haya vivido aislado en los últimos años. Todo ello pese a que nunca se han enfrentado estos dos equipos en partido oficial. Solo hay un antecedente, en un encuentro amistoso, y fue durante la presentación de Maradona como rojiblanco. Le toca ahora al nuevo grupo formado por Montella demostrar qué significa jugar en Sevilla. El primer puerto de categoría tiene la dificultad de un Tourmalet, pero se llama Bayern. Toca golpear primero para ir con más seguridad a Alemania.

No pudo ser. El Bayern deja casi sentenciada deja la eliminatoria tras imponerse por la mínima en el Sanchez-Pizjuán a un Sevilla que lo intentó en la primera mitad, pero se vino abajo en la segunda. Dos goles en propia puerta dieron al traste con la esperanza rojiblanca en el duelo cosechada tras el tanto inicial de Sarabia. Sorprendió Montella desde antes de comenzar el partido con una apuesta arriesgada: colocó en la portería a David Soria en detrimento de Sergio Rico.

Decisión puramente táctica, sin ninguna razón médica apreciable, más allá de lo deportivo. Bien es cierto que el hasta este martes titular en la portería sevillista no ha vivido su mejor temporada y el rendimiento ha tendido siempre hacia abajo, en vez de haber estado a un nivel muy óptimo. Pero la pregunta que todo seguidor sevillista al conocer la alineación fue la misma: ¿Por qué ahora, en una eliminatoria de cuartos ante el poderoso Bayern de Múnich, decide Montella arriesgar de esta manera? La respuesta la darían los 90 minutos. De sentenciar los cuartos el Bayern, el italiano declararía su sentencia como preparador de grandes duelos, echando por el suelo lo alcanzado en Old Trafford. De lo contrario, con un buen resultado, el transalpino quedaría encumbrado.

SEVILLA

Soria; Navas, Kjaer, Lenglet, Escudero; Sarabia, Nzonzi, Pizarro, Correa (Sandro, min. 68; Vázquez y Ben Yedder (Muriel, min. 80).

1

-

2

BAYERN

Ulreich; Kimmich, Hummels, Boateng, Bernat Rafinha, min. 80); Thiago, Javi Martínez, Vidal (James, min. 36), Müller, Ribéry (Robben, min. 79) y Lewandowski.

  • árbitro Daniele Orsato (Italiano). Amonestó con tarjeta amarilla a Bernat, Ribery, Pizarro, Correa y Müller.

  • goles 1-0, min. 32: Sarabia; 1-1, min. 37: Navas (p. p); 1-2, min. 68: Escudero (p. p).

  • incidencias Cuartos de final de la Champions League. Lleno. 42.500 espectadores, más de 1500 de ellos alemanes.

En el desarrollo del encuentro poca historia en la primera media hora. Un par de tiros lejanos de los bávaros y alguna aproximación al área de Ulreich por parte sevillista, aunque con más fe ciega que resultado veraz. Parecía que hasta el rival alemán se había sorprendido por la apuesta en la portería de Montella. Todos estaban expectantes por ver cómo avanzaría el primer duelo de la Copa de Europa auténtica y nadie quería despejar pronto sus cartas. Mucho menos pensaba hacerlo Heynckes, que es demasiado viejo como caer en trampas ajenas en el ocaso de su carrera y viendo su segunda jubilación tan cerca.

En mitad de lo tedioso, el primero en golpear fue Sarabia, que antes marró un semipenalti por pegarla con su pierna mala, para rematar una buena jugada colectiva del equipo nervionense. El Bayern no tardaría en verle la cara al encuentro otra vez con la tragicomedia de una lesión. Porque la marcha de Vidal por problemas musculares la suplió un tal James. El colombiano, un minuto después de su entrada al campo, recorrió la trinchera rival para poner un centro que acabó por rematar con mala fortuna Navas en su propia portería. El novato en ‘Champions’ Soria poco pudo hacer más que maldecir como 40.000 personas más en el estadio.

Con el empate a uno, los bávaros se sacudieron los nervios, impropios de un club con tanto currículo en la Copa de Europa, y dejaron de estar para la segunda mitad atenazados por la presión local. Los sevillistas habían sido superiores en el control del juego durante 45 minutos y quedaba toda una parte para dirimir si esta historia de cuartos tendría aún interés en tierras germanas. Se encargó de nuevo el Sevilla en ponerlo más difícil clavándose el cuchillo un poco más profundo con otro autogol, esta vez de Escudero tras remate de Thiago. El 1-2 puede hacer justicia al control de los alemanes pero es resultado más de la falta de acierto arriba y en defensa del Sevilla que productividad germana. Tocará remar en Alemania, a contracorriente, como gusta hacer en noches mágicas al sevillismo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios