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A octavos con el mínimo esfuerzo
FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

A octavos con el mínimo esfuerzo

Un gol de Benzema decidió un duelo de guante blanco en el que Cristiano se quedó sin igualar el récord de Raúl

Ignacio Tylko

Martes, 4 de noviembre 2014, 00:23

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En su partido más gris de los últimos tiempos y con una rigurosa aplicación de la ley del mínimo esfuerzo, el Real Madrid selló su clasificación para octavos de final de la Champions al vencer por la mínima a un triste, tímido y desarraigado Liverpool. Bastó un solitario gol de Benzema en una cita en la que sorprendentemente Cristiano se quedó sin mojar e igualar el récord de 71 goles que aún mantiene Raúl como máximo artillero de la gran competición continental. Casillas disfrutó de forma plácida del día en el que se convirtió en el jugador con más presencias en este torneo (144).

Para un club con tanto rango como el Liverpool, cinco veces campeón de Europa, supone una falta de decoro presentarse prácticamente con su equipo B en un escenario único. Es verdad que el sábado recibe al Chelsea en Anfield y que las habichuelas en Champions se las jugará contra el Ludogorets y el Basilea, pero es feo arrojar la toalla antes de empezar.

Dejar de inicio fuera del Bernabéu a jugadores como Gerrard o Sterling, por no hablar ya de los Glen Johnson, Coutinho, Henderson o el discutido Balotelli, resulta irrespetuoso para los 4.000 hinchas reds que se dieron cita en Chamartín. Y una señal inequívoca de debilidad de un equipo venido a menos que en noviembre ha perdido sus opciones en la Premier y en el viejo continente está contra las cuerdas.

Brendan Rogers, el técnico norirlandés que conduce al Liverpool, reservó a sus mejores jugadores para la cita ante los blues y, de paso, les castigó sin comparecer en el coliseo madridistas tras el desastre de Anfield, hace dos semanas. Carlo Ancelotti, en cambio, sí alineó al mejor equipo posible. La única rotación era la de Varane por Pepe, que acabó agotado en Granada. Como dejó entrever el técnico en la víspera, Gareth Bale tuvo que esperar después de cuatro choques ausente por una lesión en un glúteo.

Sin urgencias

Igual porque los halagos debilitan o más bien por la falta de urgencias y la alineación de su oponente, el campeón salió con una marcha menos. Se molestó Ancelotti al ver que James no achuchaba como en partidos precedentes, que Isco buscaba aventuras en solitario y que a Kroos le costaba recuperar la posición.

Sin acelerar y sin aproximarse a Casillas, los ingleses tocaron más al principio. Lucas y Emre Can, de origen turco pero nacido en Alemania y fogueado en la cantera del Bayern de Múnich y luego en el Leverkusen, manejaban el balón sin verse presionados. Y los españoles Manquillo y Alberto Moreno se sentían cómodos en sus laterales.

Corriendo lo justito para combatir el intenso frío, los blancos siempre dieron la sensación de generar más peligro que el Liverpool. Cristiano, que antes de comenzar se retocó el pelo para salir más guapo en las fotos y los vídeos en un día señalado, dispuso de un par de opciones para igualar el récord de Raúl ya en el primer tiempo, pero el portero belga Mignolet estuvo notable. Ahí supo el luso que no era su noche.

Por el dietista, porque le ha visto las orejas al lobo o, simplemente, porque ha madurado, Benzema es otro. Ofreció dos pases brillantes a James y a Cristiano y marcó el gol que se veía venir, tras un gran pase de Marcelo. El francés se lanzó al suelo, remató y hasta se golpeó el pecho en la celebración. Magnífico también Varane. Si sus rodillas de cristal no se lo impiden, puede ser central del Madrid durante una década. Es rápido, como demostró en una carrera junto al serbio Markovic, elegante, tiene visión de juego y toque preciso. Pepe es más contundente pero Varane es más futbolista. Le dio un gran pase bombeado a Benzema que casi acaba en autogol antes del descanso.

Si en el primer acto no se empleó a fondo, tras el descanso el Madrid jugó casi al paso. Permitió crecer a los británicos, acercarse tímidamente a Casillas y encender a sus hinchas, situados en lo más alto de la grada del fondo al que atacaban. Carletto decidió que era el momento de recurrir a Bale en lugar de James. Vuelta al 4-3-3 porque, aunque el galés se situé en la teórica posición del colombiano, no baja a achicar. Participó poco Gareth pero lanzó al larguero y luego obligó a lucirse a Mignolet en un tiro de falta. Y el choque, ya con Gerrard, Sterling y Coutinho en el campo, murió tan frío como la noche.

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