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Verrati celebra un gol.
El PSG saca a relucir las carencias del Barça
Fase de grupos

El PSG saca a relucir las carencias del Barça

Ter Stegen encajó tres goles en un precioso duelo en el que se impuso la mayor rapidez y agresividad de los franceses

Ignacio Tylko

Martes, 30 de septiembre 2014, 00:11

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En su primer duelo de alta exigencia esta temporada, el Barcelona perdió ante el PSG y, lo que es más preocupante, mostró una vulnerabilidad en defensa desconocida con Luis Enrique. Fue un gran partido en general, con dos equipos muy atrevidos y de gran manejo de balón, pero en los culés reaparecieron vicios que parecían desterrados desde la marcha del Tata Martino, muy criticado por el entorno desde el primer día. Hacía mucho tiempo que no se veía a un equipo ser tan valiente y decidido ante el Barça como este campeón francés que llegaba con dudas porque es cuarto en su país, acaba de firmar un empate ramplón ante el Toulouse y tiene a Ibrahimovic, Thiago Silva y Lavezzi lesionados.

Más rápidos y agresivos, los galos le complicaron el liderato final del grupo -no lo clasificación porque el Ajax y el Apoel son muy inferiores- a un Barça flojo en los laterales y en el centro de la zaga, donde no jugó Piqué, y tanto Mathieu como Mascherano se mostraron inseguros y descoordinados. Por primera vez en esta campaña, los catalanes se partieron en algunas fases, ya Rakitic y Busquets sufrieron como condenados en una mala noche.

Amigo de las rotaciones, Luis Enrique cambió nada menos que siete jugadores en relación al equipo inicial frente al Apoel. El portero alemán Ter Stegan, Dani Alves, Messi y Neymar fueron los únicos que repetieron, aunque el once de París parecía mucho más titular que el que compareció en el Camp Nou. Se trataba de un duelo de alto nivel frente a un nuevo rico de Europa y concluyó el asturiano que no era cuestión de insistir al principio con chavales como Munir y Sandro, a los que, sin embargo, recurrió durante la segunda parte. Muy discutible la presencia del guardameta porque, hoy por hoy, el chileno Claudio Bravo ofrece más confianza que el joven alemán.

Se presentaban los catalanes con la confianza y serenidad que siempre genera no haber recibido goles y resulta que en menos de media hora los franceses ya les endosaron dos. Y, para más inri, fruto de acciones a balón parado. Fueron dos errores graves de concentración y de colocación. En el primero, Lucas Moura sacó una falta lejana y Mascherano permitió a David Luiz controlar, darse la vuelta y disparar raso y cruzado. Ter Stegen hizo la estatua pero tampoco se le podía exigir mucho más. En el segundo, Thiago Motta lanzó un saque de esquina muy pasado que cabeceó Verratti. Erraron el portero y Rakitic al permitir que el gran centrocampista italiano, el más bajito de la clase con sus 165 centímetros, marcase su primer gol con el PSG y encima de cabeza.

Messi iguala a Cristiano

Entre esos dos goles, Messi había logrado el empate provisional en una jugada excepcional, ya que Neymar e Iniesta también participaron al primer toque antes del disparo sutil del argentino, que sellaba el gol número 500 de los azulgrana en la máxima competición continental y el 68 de los suyos en este torneo, donde está igualado con Cristiano y a sólo tres dianas de Raúl . Aunque anduvo más lento y previsible en la circulación de balón que en los primeros compases ligueros, no estuvo mal el Barça en cuanto a posesión y criterios ofensivos, pero mostró unas lagunas atrás impropias de un aspirante a ganarlo todo.

Aunque Luis Enrique insiste en el alto ritmo y la concentración como hábitos innegociables, reaparecieron viejos vicios en los culés. Mascherano, inmenso como centrocampista con su selección en el pasado Mundial de Brasil, erró en el primer gol, y Mathieu regaló algunos pases en la salida. También fallaron Dani Alves y Jordi Alba, ya que Cavani y Lucas Moura les ganaron la espalda con suma facilidad. El brasileño se empeñó en arriesgar en zonas prohibidas.

El choque discurría por los mismos derroteros en el comienzo de la segunda mitad. Como al Barça le faltaban temple y profundidad, Luis Enrique mandó calentar a Xavi y a Munir. Los parisinos controlaban la situación con oficio, desparpajo y buen juego. Sus jugadores son en general más veloces que los azulgrana e insistieron en romper las bandas. Así, de lado a lado, llegó el tercero, anotado por Matuidi ante la pasividad de toda la zaga. Neymar se estrenó poco después en esta Champions. Centró Alves, saltó Messi y el balón le cayó al paulista, que lo colocó junto al palo, justo donde puso el ojo. Entró Munir para buscar más mordiente en lugar de un desdibujado Pedro. Y luego Xavi reemplazo a Rakitic, en su peor versión con el Barça. Thiago Motta, inmenso en defensa y ataque, comenzaba ya a dar síntomas de cansancio. El Barça presionó mucho en el tramo final. Justo después de que Marquinhos salvase un gol cantado, tras remate a bocajarro de Dani Alves, Luis Enrique se jugó el todo por el todo. Fuera Alves y dentro Sandro. Munir lanzó al palo y no pudo evitar la caída del Barça en París, ante la atenta mirada de viejas estrellas del balompie como Cannavaro y Beckham, y hasta políticos como el expresidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy. Desde 2008, cuando ya estaba clasificado y se medía al Shakhtar, el Barça no encajaba tres goles en la fase de grupos.

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