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JUAN F. MILLÁN
ALICANTE.
Viernes, 10 de noviembre 2017, 01:15
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No es amante de los elogios gratuitos y menos cuando sabe que el objetivo queda muy lejos. Claudio Barragán ha devuelto la confianza a los jugadores y al entorno. Le gusta el optimismo general, pero huye de la euforia. «Es mala compañera de viaje», dice. El sábado tratará de llevar al Hércules hacia el primer triunfo de la temporada fuera de casa, uno de los grandes problemas del equipo (sólo 3 puntos de 18 posibles lejos de Alicante).
«No hemos hecho nada. Hay que tener humildad y trabajo porque si nos salimos de ese guión, no somos nadie», reconoció el preparador valenciano. El Hércules visita el sábado a las 18 horas la Ciudad Deportiva de Paterna para enfrentarse con el Valencia Mestalla. «Es un rival complicado porque no sabes lo que te puedes encontrar. Su propuesta es diferente y juegan sin temor», indicó el técnico, quien elogió la capacidad goleadora del filial valencianista (el más realizador del grupo), aunque también precisó que es un equipo que recibe muchos goles.
Desde la llegada de Claudio, el Hércules no conoce la derrota y ha sumado ocho puntos de doce posibles (dos victorias en casa y dos empates como visitante). El técnico, que podría colocar al Hércules en zona de promoción por la vía rápida en caso de un resultado positivo ante el Mestalla, dijo que eso no le obsesiona. «Lo que quiero es que el equipo gane fuera y mantenga esta dinámica buena que llevamos».
A Claudio se le comparó ayer la reacción que está experimentando el Hércules con el salto que dio el Cádiz cuando llegó a su banquillo hace unos años, acabando incluso como campeón del grupo IV de Segunda B. El técnico no quiso mirar tan lejos y lo solventó con una frase: «Si se mira muy lejos igual no se ve el socavón de ocho metros que hay delante».
El preparador de Manises habló de la incómoda situación que le está tocando vivir a Adriá Vilanova, quien pasó de jugar como titular ante el Peralada y marcar un gol en el último partido de Gustavo Siviero al frente del equipo a quedarse fuera de las convocatorias. «No lo he visto jugar nunca y confió más en Samuel, Santamaría y Pol, que son a los que conozco. He hablado con él y lo entiende. Su comportamiento es espectacular», dijo el técnico.
Por último, Claudio se refirió al entrenador del Mestalla, Lubo Penev, al que se enfrentó en numerosas ocasiones durante su etapa como jugador, incluida una final de la Copa del Rey a mediados de la década de los noventa en la que el Deportivo de la Coruña de Claudio se impuso «en el partido de la lluvia» al Valencia de Penev por 2-1 con gol de Alfredo Santaelena. «Era un pedazo de delantero. Competitivo, goleador y ambicioso, pero también un gruñón y, sobre todo, un ganador nato», aseveró Claudio.
El técnico evitó pronunciarse sobre la polémica habitual sobre si los filiales debería tener una liga propia. «No creo que mi opinión cambie las cosas», concluyó.
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