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Unai Emery.
A Emery no le salen los números
ligue 1

A Emery no le salen los números

El entrenador vasco ya tuvo inicios complicados en el Valencia y el Sevilla, pero en el PSG la situación se agrava por sus problemas con Ben Arfa, Jesé y Verratti

ÁNGEL DE DIEGO

Miércoles, 26 de octubre 2016, 17:11

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Unai Emery llegó a París este verano con el objetivo de mejorar los resultados de su predecesor, Laurent Blanc, y codearse con mejores en la Champions. A pesar de que los caminos del técnico guipuzcoano y del París Saint-Germain parecían converger, ni el club ni el técnico están consiguiendo crecer al ritmo esperado. El empate de este fin de semana en casa frente el Olympique de Marsella (0-0), con el enfado de Marco Verratti tras ser sustituido en el minuto 59 como añadido polémico, deja tercero en la tabla al vigente campeón de la Ligue 1.

La marcha irregular del equipo, a 6 puntos del líder el Niza, pone en pie de guerra a una afición que demandaba competir con los mejores de Europa, pero sin descuidar la competición local, donde el PSG ha dominado el torneo regular durante los últimos 4 años. En Champions, tras disputarse los tres primeros partidos del Grupo A, marchan en segunda posición, empatados a siete puntos con el líder, el Arsenal, y con la clasificación para octavos prácticamente en el bolsillo, ya que Basilea y Ludogorets sólo tienen un punto.

El vasco no se rinde a las primeras de cambio, como ya ha demostrado en anteriores etapas. Tanto a su llegada al Valencia como al Sevilla, Emery se ponía al frente de dos equipos con una marcha irregular en los últimos meses y que necesitaban un golpe de timón para volver a ser temidos en Europa. En Valencia, tras la destitución de Ronald Koeman, la directiva decidió buscar un entrenador de perfil bajo, que se amoldase a las dificultades económicas que atravesaba el club, y el guipuzcoano cumplió, colocando al equipo tercero en tres de sus cuatro temporadas en el banquillo.

En Nervión aterrizó en enero de 2012 con la intención de remontar la mala marcha del conjunto sevillista para acabar logrando tres títulos Europa League consecutivos en cuatro años de éxitos. Pero el camino no fue de rosas, porque también comenzó en el Sánchez Pizjuán con algunos sonados traspiés.Dos clubes que compartían gran exigencia del fútbol español, y que, sin embargo, no tienen el poder económico del PSG, ni mucho menos pueden alcanzar su política de fichajes.

En los siete años que dirigió a ambos conjuntos, el entrenador tuvo que hacer frente al constante desmantelamiento de sus plantillas, de las que año tras año volaban los futbolistas más destacados, como Villa, Silva o Mata en Valencia, y Negredo, Jesús Navas, Alberto Moreno o Carlos Bacca en el club andaluz. La gestión de egos de la actual plantilla parisina poco tiene que ver con las de aquel entonces.

Acumulación de estrellas

Desde que Emery se pusiese en julio a trabajar en París, los problemas de indisciplina a sus órdenes se han multiplicado. Nada más comenzar la temporada, Ben Arfa, primer fichaje de la escuadra francesa para esta temporada, se quedó fuera de varias convocatorias debido a que para el entrenador no estaba listo.

Posteriormente, otro de los recién llegados, el exmadridista Jesé, fue objeto de críticas por parte de la prensa francesa y tampoco ha gozado de muchas oportunidades apenas ha jugado cuatro partidos y sólo uno de ellos como titular. Además, en una encuesta publicada recientemente por LEquipe, el 75% de los participantes calificaron su fichaje como un error.

El último capítulo de su estancia en el PSG ha sido un encontronazo con uno de los pesos pesados del vestuario, Marco Verratti. Su enfrentamiento en público durante el encuentro contra el Marsella, donde Emery sustituyó al italiano y éste le pidió explicaciones al preparador, hace dudar de si el español es el líder indicado para tratar de llevar al club del jeque catarí Nasser Al-Khelaifi a cotas mayores.

Entre tantas polémicas, el técnico, consciente de que su éxito no ha sido inmediato y no ha tenido el apoyo que esperaba, avisa: «Aún no me he ganado el respeto de los jugadores. En el Sevilla confiaban en mí y por eso ganamos tres veces la Europa League». Pero el técnico vasco ha sabido, a su vez, asumir los comentarios negativos: «Si no te gustan las críticas, solo tienes que quedarte en el equipo de tu pueblo».

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