Borrar
Unión. David Broseta y Pedro León posan juntos en el campo del EF Deportes Júcar.
Un gol contra la intolerancia

Un gol contra la intolerancia

David Broseta da la cara por Pedro León, que recibió insultos racistas

Toni Calero

Sábado, 16 de abril 2016, 23:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Salen disparadas del altavoz canciones en las que nadie repara mientras decenas de niños corretean sobre el cemento buscando un metro para marcar su territorio y darle al balón. Un grupo de hombres aprovecha el buen tiempo para dar cuenta de unas latas y exprimir el sorteo de Champions hasta la última gota. En la conversación se entremezclan acentos sin ningún tipo de problema para alcanzar un punto de encuentro. Si se quiere, se puede. De forma constante abandonan la charla y reservan argumentos, no los entierran, para más adelante. El césped reclama su atención. El gol de turno, el inconfundible chasquido de los tacos contra el suelo cuando los chiquillos dejan el campo para perseguir un balón que se pierde por la banda o un grito del entrenador corrigiendo algún movimiento de sus futbolistas.

Apenas unos metros separan el concurrido campo que varias tardes a la semana ocupa el EF Deportes Júcar con el puente de Exposición. Se eleva la obra de Calatrava y miles de coches atraviesan sus 131 metros de longitud cada día sin caer en el derroche de fútbol que se produce a sus pies. Unos minutos antes David Broseta y su madre, Elena, han realizado ese trayecto para reencontrarse con Pedro León. Llevan meses sin verse, pero David rastrea con la mirada al '99' del cadete del EF Deportes Júcar. Se acuerda perfectamente de él. ¿Seguro? Seguro. Ningún atisbo de duda. Aquel partido que enfrentó al Moncada con uno de los muchos equipos que entrenan y juegan en el río no fue uno más. Ojalá y lo hubiera sido.

Con el Moncada en la zona alta de la tabla (sigue jugándose el ascenso a día de hoy), el encuentro se enturbió. De ello puede dar cuenta Rubén Hernaiz, entrenador y director deportivo del EF Deportes Júcar. A él tampoco se le han borrado varias de las escenas de un choque que nació sin demasiada historia y finalizó del peor modo posible. Desde una posición privilegiada, el centro del campo, advirtió David Broseta que algo estaba ocurriendo. Vio cómo compañeros de su equipo insultaban al '99' rival. Sin interrumpir el juego, tampoco entendía demasiado bien los improperios al futbolista del EF Deportes Júcar.

«Negro de mierda», le gritaron varias veces a Pedro León. A David los insultos racistas le sentaron como un tiro. «No entendía nada», recuerda el capitán del cadete del Moncada meses después del suceso. Rubén Hernaiz decidió sacar del campo a su jugador, que salió derrotado, directo al banquillo. A partir de ahí, más madera con el Moncada intentando arañar tiempo para asegurar una victoria que le mantuviera arriba. Para entonces el fútbol ya había perdido su razón de ser. A los jugadores que insultaron a Pedro les cayó una buena reprimenda por parte de los responsables del Moncada. Y luego llegó el gesto de David. «No se me olvida. Ni se me olvidará nunca», repite Rubén Hernaiz. En realidad, justo es decirlo, fueron aquellas palabras de David Broseta al director deportivo del EF Deportes Júcar las causantes del reencuentro.

Con el pitido del árbitro, el mediocentro del Moncada se fue a buscar al entrenador rival. Aún repasando cada momento, su madurez abruma. Su tranquilidad. Le pidió perdón en nombre del equipo, en nombre de los compañeros que se habían saltado las normas para descalificar a Pedro León. Pidió disculpas en nombre del club. Con 15 años. Su discurso descolocó a Rubén Hernaiz. «No sólo fue por lo que dijo, sino cómo lo dijo. Me sorprendió que de esa manera tan sencilla y valiente intentara arreglar todo aquello», recuerda. Aceptó las disculpas pese a los nervios que aún sobrevolaban y continuarían haciéndolo durante algunos minutos más. El '14' del cadete del Moncada, «como Cruyff», interrumpe sonriendo David, intentó recomponer un puzzle incomprensiblemente destrozado en mil pedazos.

Escuela multicultural

Mientras David va y viene de la conversación, Pedro espera el momento para arrancar a correr y empezar el entrenamiento. Tampoco está con demasiadas ganas de rememorar aquel partido. En un suspiro arranca la carrera y la espalda del '99' cruza el verde para centrarse en el fútbol. Otra vez. No es el único extranjero que defiende los colores del EF Deportes Júcar, una pequeña escuela (presidida por Alberto Abellán) que aglutina niños y jóvenes de muchas nacionalidades. 14 equipos, 210 futbolistas aproximadamente. Este año se ha sumado al proyecto un psicólogo deportivo. «Nos ha dado un plus. Creemos mucho en la psicología para potenciar el desarrollo de los chavales», explica Hernaiz, insistente para destacar la educación por encima del signo del partido.

No se había dado un caso similar en la corta historia del EF Deportes Júcar. El relato de los dos mediocentros es una lección de vida. El mejor reclamo posible contra la intolerancia. Un caso real pero aislado. Nadie comprendía porque a Pedro le intentaron humillar llamándole «negro». Y siguen sin entenderlo. Lo arreglaron ellos mismos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios